21. A ambos

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21. A ambos

Haberte encontrado mientras no buscaba
nada, fue lo más lindo que me pudo pasar
- Jose Urbano

Lilith Greco

—Mierda, está genial —alagó Lev, desde la pantalla de mi portátil.

Estaba en casa de Nic, ambos hacíamos una videollamada con los chicos para informar sobre los avances que estábamos haciendo con la organización que planeábamos.

Val nos estaba enseñando el logo que había hecho y realmente estaba genial. Era una especie de círculo con «LA MANADA» escrito en una parte del borde. Dentro, había un pasamontañas hecho en líneas finas.

—Realmente haces arte, Val —lo felicité. Dominic también alagó su trabajo, mientras descansaba su mano en mi muslo.

Él sonrió contento, agradeciéndonos y con las mejillas ligeramente sonrojadas.

—¿Y cómo van los trámites, Lil? —me cuestionó Ex.

—Están en marcha. Probablemente lo tendremos aceptado en dos o tres meses, luego solo tendremos que encontrar un lugar donde poner nuestra sede —sonreí—. Respecto a eso... Tengo una idea.

—Creo que pensamos lo mismo —los ojos de Lev brillaron.

—Santa Catalina —aseguró Abi, yo sonreí mientras asentía.

—Tienes que conseguirnos un contrato de compra y los permisos de obra —le pedí.

—Fácil —aseguró. Luego, alguien entró a su oficina y escuché vagamente como hablaba con la persona. Cuando quién fuese salió, nos miró con una mueca—. Tengo que colgar, me necesitan. Pero luego me informáis.

—Te haremos un acta —bromeó Ava.

La cachorra rió y colgó el teléfono.

—Ahora que se ha ido, necesitamos un consejo —se metió Lev, Ex rodó los ojos—. ¿Qué os parece mejor para nuestra luna de miel? ¿Las Maldivas o un tour de adrenalina?

Alcé una ceja.

—¿Es necesario preguntar eso? —reí.

—Te lo he dicho, hay que llevárnosla ha hacer puenting, de safaris y todo eso —le regañó su hermano—. Ahora, si no me necesitáis más, me voy. Tengo clase.

Colgó.

—¡Mamá Lil! —Eclipse llegó corriendo hacia mí y la subí en mi regazo cuando insistió en que lo hiciera— Mira mi dibujo.

Me puso una hoja delante de la cara. Se veía lo que creo que era una tortuga con alas volando. Reí un poco.

—Es precioso.

—Renacuajo, saluda —la regañó Dominic, Lipse dejó de verme para mirar a la pantalla y saludar con la mano.

—¡Hola!

—Hola, renacuajo —sonrió Trev—. Oye, ¿qué te parece si te llevo al parque esta tarde? Axel estará allí.

—No vas a usar a mi hija para ligar, Trevor.

Delirio (LM #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora