-No te llamé antes porque tenía miedo.-Susurró Lisa, jugueteando con un hilillo suelto del cobertor.
-¿Miedo de qué?
Lisa suspiró, levantando la mirada hacia Roseanne. Ella estaba sentada con las piernas cruzadas junto a ella , mientras que la rubia estaba apoyada en el cabecero de la cama y tenía sus largas piernas extendidas al frente suyo.
No se estaban tocando, y eso la estaba carcomiendo por dentro. Necesitaba sentirla, abrazarla, besarla, saber que estaba allí y que no iba a dejarla.
Roseanne tenía los puños apretados sobre su regazo, en un profundo intento por mantener la conversación con Lalisa sin tocarla. Sabía que si la tocaba no se podría contener. La pegaría a ella y probablemente le haría el amor hasta dejarle demostrado a quién le pertenecía y que no la dejaría marchar nunca más.
-De ti.-Al ver como Roseanne arqueaba una ceja en su dirección, Lisa suspiró.-No me malinterpretes. Temía que me quisieras dejar, Roseanne. Que estuvieras tan enfadada que ya no pudieses perdonarme…
Roseanne suspiró, asintiendo levemente. Quizás si podría entenderlo.
-No lo entiendo, Lalisa.
O quizás no…
-Roseanne, yo…-Lisa bufó, levantando los brazos y dejándolos caer nuevamente.-No lo sé, no sé porqué lo hice, pero sentí que era lo correcto, que tú y la reputación de la banda ya estaban muy dañados por mi culpa, que iban a odiarme por eso y que debía intentar arreglar mi mierda yo sola.
Roseanne bufó, a punto de perder la paciencia.
-¡"La reputación de la banda"! Lalisa, ¡Por todos los Cielos! ¡Somos una maldita banda de Rock! No hay nada que nos importe menos que nuestra reputación, ¿¡De dónde sacaste esa ridiculez!?
-Jihyo lo dijo. Dijo que todo esto estaba afectando su imagen, que yo no era buena para la banda y-
-¡Pues, Jihyo es una maldita imbécil!-Lisa cerró la boca ante el exabrupto de Roseanne, y se mordió el labio mientras la veía bufar y volver a recostarse contra el cabecero, echando la cabeza hacia atrás.- ¿Cómo pudiste hacer esto por culpa del ridículo discurso de Jihyo?
Lisa se frotó la cara con ambas manos, intentando detener las lágrimas que corrían libres por su rostro.
-Ya te lo dije. Necesitaba arreglar mi mierda yo sola.
-¿Qué te dijeron tus tíos?
Lisa suspiró, desviando la mirada, sabiendo que si Roseanne seguía mostrándose tan distante, ella se rompería en cualquier momento.
-Hablamos durante horas, mi tía lloró. Parece que mi tío no es un total idiota, como yo pensaba, y solamente permitió lo de la entrevista por la venenosa influencia de mi tía y de Sorn. Mi prima está indignada. No puede creer que tú estés conmigo.-Bueno, yo tampoco puedo creerlo, pensó, pero decidió no decirlo en voz alta.-Me prometieron no entrometerse más. Harán su vida, yo haré la mía, y fin del asunto.
-Bien.
Lisa tragó saliva, volviendo a mirarla. Roseanne seguía con los puños apretados y no la miraba.
Ella no podía más.
Inspirando entrecortadamente, la castaña se levantó de la cama, mientras un pequeño sollozo se escapaba de su garganta, y tapándose la boca con una mano, se encaminaba hacia la puerta.
-¿¡A dónde vas!?-Antes de que siquiera lograra acercarse a la puerta, Roseanne ya la había alcanzado, tomándola por la cintura por detrás y pegándola a su pecho.- ¿A dónde vas?-Preguntó, suavizando la voz, mientras se inclinaba para apoyar sus labios en el hombro tembloroso de la castaña.
-Suéltame. Déjame ir…
-No volverás a dejarme, Lalisa.-Susurró Roseanne, mientras la rodeaba con los brazos, pegando su espalda a su pecho, y enterrando el rostro en el cuello de la muchacha.
-¿¡Para qué quieres que me quede si no vas a perdonarme!?-Chilló la castaña, sollozando.-Estás sentada ahí, tan distante y no, yo no…
-Sh, cariño, tranquila… Ya está, no sucede nada. Estoy aquí…-Roseanne la arrulló como si fuera una bebé, dándola vuelta en sus brazos hasta que Lisa enterró el rostro en su cuello.
La rubia la mantuvo pegada a ella rodeando su cintura con un brazo y posando su otra mano sobre su cabeza, enredándola en sus cabellos.
-Lo siento, lo siento.
-Está bien, ya pasó, tranquila.-Susurró Roseanne, besando su coronilla repetidamente.-No estaba distante, mi amor, sólo estaba pensando. ¿Cómo podría no perdonarte?
Lisa gimió levemente, sin separar el rostro de la remera de Roseanne, empapada por sus lágrimas.
-Te necesito.
-Lo sé, lo sé. Y yo te necesito a ti.
-No me dejes ir nunca más.
-Juro no hacerlo. O por lo menos intentarlo. Eres una pequeñita bastante escurridiza, ¿Sabías?
Lisa soltó una risita mientras se apartaba para mirarla a los ojos.
-No volveré a hacerlo, lo prometo.
-Te tomo la palabra.-Susurró Roseanne un segundo antes de tomar su trasero con fuerza entre sus grandes manos, haciendo que Lisa soltara un gritito de sorpresa y rodeara su cintura con sus piernas.-Hace más de una semana que no estoy dentro tuyo. Eso es inaceptable.
Lisa soltó una carcajada antes de bajar la cabeza para besar a Roseanne mientras ella la llevaba hacia la cama apresuradamente.
.
-Es bueno volver a verte, enana.
Lisa bufó, pero abrazó a Seulgi con fuerza, mientras la muchacha soltaba una risita y la rodeaba con los brazos a su vez.
-Gracias por no dejarla hacer ninguna locura.-Susurró la castaña.
-¿Quién dijo que iba a hacer alguna locura?-Lisa se apartó unos centímetros de ella , arqueando una ceja, y una pícara sonrisa se dibujo en el hermoso rostro de la muchacha.-De nada.
-Debemos estar en el aeropuerto en media hora, muévanse.-Lisa se giró hacia su novia y se puso de puntillas para apretar sus mejillas.
-Mi gruñonsita.-Susurró, y Roseanne giró el rostro para morderle la mano.
La castaña soltó un chillido y se apartó de un salto antes de golpearla en el hombro y caminar pasillo abajo, hacia el elevador.
Seulgi y Roseanne la siguieron de cerca, las tres caminaron fuera del hotel en el que se quedaban en Bangkok esquivando a los fans y fotógrafos que se amuchaban sobre la acera.
Habían pasado ya tres días desde que Roseanne la había encontrado, y Lisa había insistido en que deseaba volver a Corea cuanto antes. Era por eso que Roseanne había reservado tres asientos en el primer avión al Este de Asia que había encontrado, y ahora estaban a punto de partir.
Las esperaba un largo viaje por delante, y Lisa se recostó sobre el cuerpo de su novia en cuando el avión despegó.
La noticia de ellas dos juntas estaba por todos lados, empapelando cada ciudad e inundando todas las páginas de internet con imágenes de ella en la puerta de hotel, de ella levantándola del suelo y llevándola adentro, y de cómo ella se aferró a su espalda mientras enterraba el rostro en su cuello.
Se había pasado esos tres días respondiendo mensajes de Jennie y Hoyeon, y ya sabía lo que la esperaba al llegar a Corea.
Pero a pesar de todo, le encantaba. Le encantaba saber que aquellas personas increíbles habían estado preocupadas por ella, que la esperaban y que se enfadarían por haber desaparecido.
Era lindo sentirse amada.
-Tengo que conseguir un trabajo.-Susurró Lisa, pensando en voz alta, mientras dibujaba garabatos invisibles con el dedo sobre el pecho de Roseanne, que se dedicaba a juguetear con sus cabellos.
-No.
Lisa bufó, sin alzar la vista.
-Voy a hacerlo aunque no te guste.
-Quieres ser actriz, ¿Por qué no trabajas para ello y punto? Sabes que puedo ayuda-
-No. Definitivamente no, Roseanne. Te dije miles de veces lo que pienso respecto a eso.
-Ya veremos que sucede cuando lleguemos.
El tono de obstinación y completa seguridad en sí misma de la voz de la rubia la llevó a incorporarse sobre los codos, ignorando la mueca de Roseanne cuando los apoyó sobre su pecho, y la miró con el ceño fruncido.
-No hay nada que ver al llegar. La decisión ya está tomada, no voy a ser una mantenida y tú vas a dejar de meterte, ¿Entendido?
Roseanne rodó los ojos y empujó la cabeza de Lalisa hacia abajo hasta que volvió a recostarse sobre ella .
-No hay que discutir ahora.
La maldita era implacable.
-Como sea.-Susurró Lisa, enfurruñada, girándose en el asiento hasta quedar acostada de costado dándole la espalda a su testaruda novia.
La sintió gruñir y jurar entre dientes antes de girarse y tomarla por la cintura para pegarla a su pecho.
Lisa no dejó de fruncir el ceño, ni se giró, y Roseanne enterró el rostro en su cuello, suspirando y dándole escalofríos.
-¿Porqué eres tan difícil, maldita sea? Solo quiero cuidarte, ayudarte. Déjame ayudarte y olvida ese maldito orgullo que tienes.-Lisa abrió la boca para refutar, pero Roseanne se apresuró a cortarla con la voz ronca.-Ni se te ocurra interrumpirme.-La castaña cerró la boca y bufó, acomodando ambas manos debajo de su cabeza, y Roseanne giró el rostro para besar su oreja.-Quiero mimarte. Quiero que cumplas tu sueño y seas increíblemente feliz y el que vaya a ayudarte no quiere decir que no vayas a tener que trabajar duro para conseguirlo, Lalisa.
-Tú no necesitaste ayuda de nadie.-Masculló la castaña.
-¡Claro que la necesité! Este tipo de cosas simplemente no se consiguen sin ayuda. ¿Cuántas veces piensas que le cobré favores a todos aquellos que conocía para conseguir un contrato? ¿O una fecha en algún pub importante? ¿No crees que molesté a todas aquellas personas que podrían abrir aunque sea un maldito e insignificante puente entre una discográfica y nosotros? Lo hice, lo hice todas las veces que tuve que hacerlo, porque es la única forma en la que lo consigues, cariño.
-Roseanne Park, te juro que si intentas correr cada pequeño obstáculo que se me cruce en el camino, y sé que intentaras hacerlo porque eres una maldita y obsesiva sobreprotectora, voy a golpearte.
Roseanne sonrió con el rostro enterrado en su cuello.
-Prometo no entrometerme…Demasiado.
Lisa rodó los ojos, pero se giró en sus brazos y la besó en los labios una vez más antes de enterrar el rostro en su pecho y quedarse dormida.
-¡Oh, Dios, Lalisa Manoban, tu sí que te mereces una tunda!-Fue lo primero que gritó Jennie en cuanto la vio, y antes de siquiera poder dejar los bolsos en el suelo se vio envuelta de una marea de abrazos y besos en la mejilla, de retos y más abrazos.
-No vas a hacer esta mierda nunca más, enana. Voy a encargarme de que Roseanne te amarre a la cama la próxima vez, ¿Comprendido?-Dijo Hyeri tomándola por los hombros, antes de abrazarla.
-Voy a hacerlo, que no te quepa duda.-Susurró Roseanne mientras guardaba sus bolsos en el maletero del coche, seguidas por las de Lisa.
La castaña se mordió el labio, sonriendo y con los ojos brillantes mientras la seguía con la mirada.
"¿Qué?" Articuló Roseanne, apoyada en el coche mientras todos a su alrededor seguían con la cháchara.
"Te amo." Le respondió Lisa, sin emitir sonido alguno, y los ojos de Roseanne se dulcificaron antes de tenderle una mano y atraerla hacia ella .
El resto del día se pasó entre mucha charla, mientras Lisa contaba su versión de sus hechos y todos le recordaban lo tonta que había sido.
Cuando por fin llegó la hora de irse a la cama, Lisa estaba tan cansada que se arrastró hasta el centro antes de dejarse caer pesadamente boca abajo.
No sintió en qué momento Roseanne le quitó las zapatillas y las tiró a un lado, siguiendo por su jean, y cada pieza de ropa que tenía encima hasta dejarla completamente desnuda.
-¿No vas a dejarme usar pijama?
-No.
Lisa soltó una risita mientras se metía bajo las sábanas, y Roseanne la seguía luego de quitarse la ropa.
-¿Porqué?-Susurró Lisa juguetonamente mientras se acostaba sobre ella , piel con piel, aspirando su aroma y disfrutando de su calor.
-Necesito sentirte.-Susurró Roseanne, rodeándola con sus brazos.
-Te amo, nena.
-Te amo más, pequeña. Duérmete.
Lisa se acomodó sobre ella y apoyó su cabeza en el pecho de la rubia.
Quince minutos después, Lisa giró el rostro para depositar un beso sobre su clavícula.
-Estas mojad-
-Duérmete.-Masculló Roseanne, y Lisa soltó una risita antes de erguirse y morderle el mentón.
-Quizás no tenga tanto sueño después de todo.-Ronroneó...
slay💋
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They shine for you, my love 곷 Chaelisa
FanficLisa, inocente y entusiasta, huye a Seul, buscando cumplir su sueño. Roseanne ya lo cumplió hace tiempo, pero no es más que una estrella de Rock egocéntrica, cínica y superficial. Tan diferentes, pero destinadas.. ¿Verá Seul florecer el amor entre d...