Getting used to it

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Roseanne le dio otra calada a su cigarrillo mientras observaba a su novia dormir al otro lado del cristal.

El sol que entraba a raudales por los amplios ventanales la habían despertado, y luego de pasar media hora viendo a Lisa dormir, la rubia salió a la terraza para fumar su primer cigarrillo de la semana.

Con un suspiro, levantó la pequeña mierdecilla que tenía entre los dedos, preguntándose como carajo haría para dejarlo.

Las drogas no habían sido demasiado difíciles, pues según el psicólogo, ella no tendía a tener una personalidad adictiva. Pero aquellas pequeños contenedores de nicotina eran un tema aparte. Simplemente... No veía la manera de dejarlos.

Aunque tampoco quería terminar postrada en una cama con un respirador artificial por culpa de ellos. Suspiró y volvió a llevárselo a la boca.

Tiempo al tiempo.

Roseanne observó con fijeza como su novia se desperezaba lentamente en la cama, y sintió que se volvía a excitar.

No tenía idea de que le pasaba con ella. Cada vez que la tenía cerca se comportaba como una maricona, sabiendo que haría lo que sea con tal de verla sonreír.

Con sólo pensar en ella se volvia a mojar, y deseaba enterrarse en ella una y otra vez, hasta que Lalisa sólo pudiera verla, sentirla y pensar en ella. Ayer había sido malditamente increíble, y Roseanne se sorprendió de sentirse tan posesiva con respecto a ella.

Ella había sido la primera. Y sería la última. Ella era suya, y al que se le ocurriera pensar lo contrario, se las vería con ella.

Sonriendo, Roseanne apagó el cigarrillo contra el suelo y caminó dentro de la habitación, en donde Lisa la observaba despatarrada sobre la cama con una sonrisita somnolienta en el rostro.

Mierda, era demasiado hermosa.

-Hola, nena...-Susurró mientras se sentaba en la cama junto a ella, y Lisa le sonrió más ampliamente.-¿Cómo estás?

Lisa arrugó la nariz encantadoramente.

-Algo adolorida, pero bien.

-¿Estás segura?-Lisa asintió.-¿Dónde te duele?

Mordiendose los labios, Lisa se sonrojó. Roseanne sonrió enternecida. No había una porción de su cuerpo que ella no hubiese visto ya, pero seguía sonrojandose tímidamente.

-Ya sabes donde.

-Yo creo que no.

Lisa inspiró hondo.

-Allí abajo.

Roseanne apoyó una mano sobre el vientre de Lalisa, haciendo círculos lentamente sobre su suave piel.

-¿Aquí?-La castaña negó, y ella bajó la mano hasta tenerla apoyada sobre su monte Venus, y Lisa negó con la cabeza. Sonriendo lascivamente, la rubia metió la mano entre sus piernas, abarcando todo si sexo con su gran mano. Lisa se mordió el labio, sintiéndose cohibida.-¿Aquí?

La castaña asintió levemente y Roseanne se inclinó hacia adelante para besarla con suavidad.

-Mi pobre pequeña...-Susurró contra sus labios, y Lisa sonrió irónicamente.

-No lo sientes ni un poquito.

Roseanne se alejó un poco para observarla con una ceja arqueada.

-¿Cómo lo sabes?-No lo negó, y Lisa soltó una carcajada.

-Eres tan posesiva que seguramente adoras la idea de que yo recuerde que tú fuiste la primera cada vez que me siente.

Roseanne contuvo el aliento ante las inesperadas palabras de su novia, y finalmente, una sonrisita se formó en su rostro.

They shine for you, my love 곷 ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora