I love you

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Cuando Roseanne llegó el sábado a la mañana, Lisa ya la esperaba en la puerta del edificio vestida con unos jeans ajustados y un sweater beige de hilo, algo grande para su cuerpo, pero muy cómodo.

Ayer, cuando Roseanne la dejó en su casa, prácticamente no le había dejado opción. O salía de paseo con ella o salía de paseo con ella.

-Hola, Lili-La castaña se estremeció cuando Roseanne la rodeó con los brazos y la estrechó contra ella, mientras hundía el rostro en su espesa cabellera y depositaba un beso en su coronilla.

-Hola, Rosie...

Ella finalmente se separó, abrió la puerta del copiloto y la cerró tras ella.

-¿Cuál es el plan de hoy?-Preguntó Lalisa una vez que Roseanne hubo puesto en marcha el coche.

-No estoy segura. Comenzaremos en Gyeongbokgung y Itaewon. Más tarde decidiré por donde seguir...

Lisa se encogió de hombros, contenta con la idea.

Hacia semanas que vivía allí, y todavía no conocía las mayores atracciones de Seul.

Mientras Roseanne conducía por la ciudad, Lisa se dedicó a observarla. Había algo diferente en ella aquel día. Seguía siendo igual de guapa, muy femenina y relajada, pero había una expresión diferente en su rostro, cierta determinación.

Roseanne condujo hasta Gyeongbokgung sintiendo la mirada de la castaña sobre ella. El no saber qué pasaba por la cabeza de su castaña cuando la observaba la ponía de malas. Ella necesitaba saber qué pensaba ella sobre ella. Si la querría, le daría lo mismo, o si la estuviera observando con tanta fijeza para no olvidarse de su aspecto cuando volviera a Tailandia. Ese pensamiento le produjo un escalofrío.

No, claro que no. Ella no se iría. Ella estaba decidida a hacerla quedarse allí, con ella. Ayer, lo único que se le había ocurrido era incentivar la a quedarse mostrándole lo hermoso que era Seul, lo mucho que podía llegar a amar esa ciudad, lo feliz que podría ser allí.

Sí tan sólo Roseanne hubiera sabido que lo único que se cruzaba por la cabeza de Lisa cuando lo miraba, era cuánto la amaba, y el deseo de no alejarse nunca, nunca de su lado.

-Es hermoso...-Susurró Lisa un par de horas más tarde, mientras observaba el imponente Big Ben alzarse sobre ella.

Nunca se hubiese imaginado que llegaría a estar allí, con Roseanne Park parada a su lado, sonriendo mientras la miraba a ella.

-Sí, es lindo...-Respondió en un susurró la rubia.

Lisa se giró para mirarla, sonriendo e ignorando a la gente que cuchicheaba y revoloteaba alrededor de ellas, sin quitarles el ojo de encima.

-¡Quiero un recuerdo!-En menos de un segundo, Lisa ya se había acercado a una de las tiendas cercanas, en donde se exhibían toda clase imaginable de chucherías, entre ellas pequeños Big Ben's de miniatura.

Roseanne sintió como sí le hubiesen robado todo el aire de los pulmones.

¿Recuerdos? Claro, recuerdos. Quería un recuerdo de Seul para cuando volviese a Bangkok.

Tragando saliva, Roseanne la siguió, intentando que nadie, ni Lisa ni los camarógrafos y turistas que la observaban con los ojos como platos, notara el dolor en su rostro.

.

-¿Podría ser esto más perfecto?

Roseanne suspiró, bajando la mirada hacia la castaña cabellera que reposaba sobre su pecho, mientras Lisa se apoyaba contra ella y observaba la increíble vista que la Lotte Tower les ofrecía de la ciudad.

They shine for you, my love 곷 ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora