They shine for you, my love 곷 Chaelisa

Tease

Lalisa contuvo el aliento, deteniéndose en el medio de la transitada calle para observar el título de prácticamente todos los periódicos y revistas que se vendían en aquel pequeño negocio.

"El escándalo de Roseanne Park."

"Roseanne Park se vuelve violenta para defender a su novia."

"La rockstar recae nuevamente en el escándalo."

"¿Park nuevamente borracha?"

Lisa bufó. Panda de idiotas.

Un tirón en su mano izquierda la obligó a desviar la vista de las revistas y mirar a Roseanne, que sacudió negativamente la cabeza.

-Sólo una...-Susurró la castaña.

-No.-El tono autoritario de Roseanne fue definitivo, mientras la tiroteaba hasta tenerla bajo su brazo y obligarla a seguir caminando.

-Lo leeré en internet.

-No, no lo harás.-Respondió la rubia, demasiado segura de sí misma.

Lisa no pudo distinguir su expresión bajo los Wayfarer negros, pero sabía que estaba enfadada.

Un grupo de muchachos sentados en un bar cercano comenzaron a saltar en su lugar cuando vieron a la pareja caminar por la calle, reconociendo a Roseanne a pesar de los RayBan y de la capucha negra.

Gracias a Dios, el Volvo ya estaba cerca, porque Roseanne no estaba de humor para soportar a una multitud rodeándola.

Se había levantado con la intención de pasarse todo el día en la cama con Lalisa, pero el maldito teléfono no había parado de sonar, obligándola finalmente a atenderle a una bastante cabreada Jihyo, que le informó sobre la entrevista de esa mañana, por sí se le había olvidado.

Estaba decidida a no ir, sin alegar nada más que un brusco "No se me da la puta gana de ir", pero no contaba con que Lalisa le expusiera todos los aspectos por los cuales hacer eso era una falta de respeto, así que con un gruñido de resignación le marcó nuevamente a Jihyo para avisarle a regañadientes que iría a la entrevista.

Abrió la puerta del copiloto y la cerró detrás de Lalisa una vez que ella se hubiese subido al coche, antes de rodearlo y encaramarse en su asiento.

-Cambia esa cara.-Susurró la castaña, recibiendo un gruñido como respuesta.-¿Tanto odias las entrevistas?

-Sí.

Lisa suspiró y se dispuso a mirar por la ventana, pero la mano de Roseanne que apretó su rodilla cariñosamente le impidió ignorarla como hubiese querido.

-Lo siento, nena.

Lisa sacudió la cabeza.

-Está bien.

-Tenía planeado pasar el día entero contigo, sin movernos de la cama, y detesto que mis planes se jodan de esa forma.

Lisa soltó una risita mientras acariciaba los nudillos de la mano de la rubia que ahora había apresado entre las suyas.

-Tenemos todo el día luego de la entrevista, y mañana, y y el domingo, para no movernos de la cama.

Roseanne esbozó una sonrisita, mientras levantaba la mano de Lisa para besar delicadamente su palma.

-Te tomo la palabra.

El viaje fue corto, y en cuanto llegaron al estacionamiento subterráneo de la BBC, Roseanne rodeó el coche para ayudarla a bajar.

El estudio era gigante, de pasillos anchos e inmaculadamente blancos, con puertas regularmente ubicadas cada unos tantos metros.

La castaña se sentía algo incómoda con la procesión de seis personas que caminaban detrás de Roseanne y de ella, dando indicaciones sobre cómo se llevarían a cabo las cosas.