ㅤ⠀ ⠀ㅤ⠀ ⠀𝙀𝙉 𝘿𝙊𝙉𝘿𝙀 Freya Henderson junto a su equipo especializado tienen que rescatar a Ashley Graham, además de al desaparecido Leon S. Kennedy en España.
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━━ Géneros: Acción, suspense, terror, romance & drama.
━━ Es...
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EL GRAZNIDO DE LOS CUERVOS RETUMBÓ EN LA HABITACIÓN, junto a los quejidos característicos del despertar de una persona. Abriendo con lentitud los ojos, sintiendo su garganta arder como si hubiera sido colgada de una cuerda, empezó a despejarse. Estaba desorientada, no recordaba nada de los sucesos pasados, incluso su visión estaba ligeramente nublada. Le costó un par de minutos ajustarse a la oscuridad, cayendo en la cuenta de todo.
De un movimiento rápido, se sentó en la cama mullida, llevándose una mano a la oreja en busca del aparato que le permitía comunicarse con los demás. Sin embargo, en su lugar no encontró nada.
Extrañada y asustada, palpó su cuerpo al sentirse ligeramente más helada, notando que no llevaba toda su ropa de operaciones especiales. Conservaba la camisa negra, los pantalones y las botas, mas su chaleco y armas habían desaparecido.
No veía absolutamente nada, pero a través de la poca luz que entraban de un par de ventanas cerradas, podía saber que era de noche.
¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Y por qué se encontraba en una habitación?
Levantándose con mucho cuidado, no queriendo hacer ningún ruido por si acaso. Se dirigió a la primera puerta que vio, siendo una a la izquierda, al lado de la cama. El ruido chirriante le hizo fruncir el ceño, aumentando los latidos de su corazón y la respiración entrecortada por la tensión. Solo era un cuarto más, con varios armarios, algún mueble y una mesa y sillas, bastante soso a decir verdad. Dejándolo abierto, caminó a las ventanas, tratando de abrirlas; cerradas.
Bufó en voz baja, hasta que lo de fuera le llamó la atención. Un laberinto con una fuente y una estatua en el medio, todo muy clásico y... raro.
¿Estaba en el castillo?
Trató de abrir también la puerta que conducía a ese laberinto, pero para su mala suerte estaba igual de bloqueada que lo demás. Como última esperanza, dio un vistazo rápido hasta notar al final otra puerta más, preguntándose cuántas habían para un dormitorio, pero no se quejaba pues eran más oportunidades de escapar. Moviendo el pomo, no pudo moverla, terminando por pegarle una patada por si podía derribarla.
Hizo un sonido fuerte, pero la puerta de madera se quedó inmóvil.
Maldijo en voz baja, estaba atrapada. Aunque no entendía que hacía allí, ni siquiera porque seguía con vida, cuando juraría que estaba a punto de ser asesinada. Ante el recuerdo, llevó una mano a un lado del cuello, notando un pequeño dolor. Le debió de apretar bien fuerte ese hombre.
