ㅤ⠀ ⠀ㅤ⠀ ⠀𝙀𝙉 𝘿𝙊𝙉𝘿𝙀 Freya Henderson junto a su equipo especializado tienen que rescatar a Ashley Graham, además de al desaparecido Leon S. Kennedy en España.
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━━ Géneros: Acción, suspense, terror, romance & drama.
━━ Es...
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ㅤ⠀ ⠀ EL ENTUMECIMIENTO DEL CUERPO FUE lo primero que notó al comenzar a recobrar la consciencia, junto a un pequeño escozor de las heridas recientes. De alguna forma, lo primero que se le vino a la cabeza es que se acabarían infectando si no se trataban rápido, algo raro, teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba. Aunque claro, volvía a estar perdida y sus recuerdos eran como un manto de niebla espesa; hasta pasar un rato, no entraría en contexto.
El suelo duro hacía mella también, sin olvidarnos del frío de la noche que calaba hasta los huesos de la pobre joven, falta de alguna ropa de más para abrigarse por cuestiones que desconocía pero intuía. Sus párpados, aunque pesados, se abrieron para dar paso a la oscuridad del lugar, solo un poco de luz bañada por la luna que decidía ser testigo y algo benevolente por las pobres almas descarriadas que sufrían en aquel castillo, era visible.
Le costó adaptarse, era como estar ciega. Una vez sus ojos se acostumbraron a la penumbra, divisó un cuerpo sentado delante de ella, en una posición relajada y despreocupada. Como acto reflejo, Henderson se sentó de inmediato, ignorando los llantos internos de sus músculos al ejercer movimiento repentino y sin cuidado. Buscó con las manos el trozo de madera que utilizaba, comenzando a recordar lo ocurrido con una amarga sensación en su boca.
─── No está.─── Habló la persona desconocida.
Sin embargo, desconocida no debería ser la palabra a gastar, más bien conocido ─debido a que no era en esta misión la primera vez que lo veía─. La voz de aquel hombre la reconocería para el resto de su vida a este paso, y aún más tensa, se pegó a la pared tras suya como mecanismo automático de defensa. Volviendo al lado del castaño rubio, este jugueteaba con un cuchillo en sus manos, teniendo la mirada en el objeto y no en la otra presencia.
─── Tu palo, supongo que habrá caído.─── Siguió contemplando su propia arma blanca antes de soltar más palabras de la boca.─── Has hecho mucho ruido antes, iban a ir a por ti pero me las arreglé para que esta zona quedará vacía. Vuelves a tener suerte, aunque te gusta llamar mucho a la muerte, ¿eh?
Freya apretó los labios, sintiendo una punzada en estos por el mordisco que le dio con anterioridad para superar el puzzle de las copas. Aquel gesto llamó la atención del antiguo agente especial, quién comprendió de alguna forma lo que tuvo que hacer y dónde pasó.
