Capítulo 8 | La traición de parte de quiénes más amas te transforma...

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Cerré la puerta tras de mi y emprendí mi camino hasta la habitación de Raphaël. Desperté hace media hora, dónde me enteré que había dormido toda la noche y ahora exactamente son las 8 de la mañana. Ir a ver a mis hermanos no era algo que me debía preguntar, ni pensar, es algo que tengo que hacer.

La culpa en mi pecho no se va ni por más que quisiese, ni mucho menos los recuerdos de ayer y mi pensamiento no ha cambiado, no me voy a comprometer con Drystan Polkov. Por mucho que eso me traiga problemas con mi padre, no lo haré. Con él estoy enojada más que enojada, por incumplir su promesa. Me sentí y me siento traicionada y más doloroso cuando viene de mi padre, mi progenitor.

No quiero saber nada de Drystan, tampoco de su padre, son las personas que menos quiero ver hoy.

Empujé la puerta con cuidado y asomé la cabeza para ver si Raphaël estaba ahí. La habitación de Raphaël no es muy diferente a la mía, azul oscuro en las paredes, una mesa con dos sillas y papeles encima de ella, un juego de sofás de cuero color chocolate, un toca discos, en el techo una simulación de estrellas que se ven increíbles con las luces apagadas y la habitación a oscuras,

—Pense que estarías dormido —comenté, sonriendo nerviosa.

Me acerque y me senté junto a él en el sofá. Se encuentra encorvado con los brazos apoyados en sus rodillas.

—El efecto del tranquilizante solo dura 9 horas —habló, con la vista en el suelo.

Nos quedamos en silencio unos segundos sin mirarnos.

—Lo siento —hablamos los dos al mismo tiempo, al igual que conectamos miradas. Nerviosos, una pequeña sonrisa se coló en nuestros labios.

—Empieza tú —me señaló con la cabeza.

—No, empieza tú —lo señalé con la cabeza y una sonrisa.

—Si, voy a empezar yo —asintió, cerró los ojos y respiró hondo—. Lo siento, por no haber hecho casi nada anoche. Es enserio cuando te digo que yo no tengo nada que ver con el compromiso, ni sabía de el y haberlo sabido, hubiera hecho lo posible para que ayer no llegarás a la mansión y yo mismo haber arreglado eso sin involucrarte. Me sentí una mierda al abrir los ojos y que los recuerdos en mi mente me dijeran que no hice nada para ayudarte anoche.

Con una sonrisa y los ojos picando, lo atraje hasta mi y lo apreté fuerte en un abrazo.

—Agarra esos pensamientos y tirarlos a la basura —me aparte de él sin despegar el abrazo y lo mire con el ceño fruncido negando—. Me ayudaste solo como lo sabe hacer mi hermano mayor, hiciste más de lo necesario. Casi te vas a los golpes con ese hombre por mi, le gritaste a papá, lo enfrentaste cómo nunca lo habías hecho, y, aunque no me enorgullezco de que hayas hecho eso, porque después de todo, es nuestro padre y estuvo mal ese comportamiento. Somos hermanos y solo buscabas una forma de protegerme. Así que, no te mates pensando que es tu culpa no haberme protegido. No es tu culpa, ni la de Raden, tampoco de papá, ¿si?

Entre Líneas © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora