Capítulo 4 | La gala.

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—¿Quién dirá el discurso de hoy? —Papá nos miró a cada uno, Raden y yo señalamos a Raphaël

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—¿Quién dirá el discurso de hoy? —Papá nos miró a cada uno, Raden y yo señalamos a Raphaël.

—Muy bien. Sonrían para los medios y digan algo bonito que de hablar por una semana —tranquilamente nuestro padre bebió de su champán.

Entré los tres nos miramos y sonreímos.

—Padre, ¿puede creer que les gané a los chicos y Raphaël fue el último en llegar ayer? —mientras me burlaba de ellos me metía uno de los tantos aperitivos que traía la limusina a la boca.

Raphaël bufó y rodó los ojos con fastidio. Mi padre alzó las cejas sorprendido, al igual que dejó la copa de champán a un lado, de sus labios salió una mini sonrisa.

—Hizó trampa, padre. ¿Así quién no gana?

—Tú —respondió Raden, sin poder evitar echarse a reír del mini berrinche que estaba haciendo Raphaël.

De mis labios resonaron unas lentas risas apoyando a Raden. En cambio, Raphaël nos miró con la boca levemente abierta a los dos, primero a mí, después a Raden. Raden y yo compartimos una mirada sin dejar de sonreír.

—Con que las cosas son así —murmuró Raphaël, dolido—. Ya verán…

Está vez, al segundo después que Raphaël terminó de hablar, conecté miradas con Raden alarmados. Porque si Raphaël nos advertía de esa manera era porque algo traía en manos. El pensamiento se esfumó al escuchar la voz de mi padre.

—Me alegra saber que se divirtieron —sonrió papá. De una manera sirvió, porque logré despejar mi mente por unas horas de todo—. Y ahora, prepárense —los tres nos miramos entré nosotros y después a nuestro padre—. Porque lo que se viene después de está gala será impactante y agotador.

Fruncí el ceño, queriendo saber más, pero me contuve y decidí seguir comiendo un poco más de los aperitivos de la limusina. Sea lo que sea, no creo que sea algo realmente "impactante". Seguro son negocios importantes de papá, lo más probable.

La gala pará celebrar la unión de una de las empresas de un señor que no sé su nombre todavía, con una de mi padre. Es una famosa gala dónde tienes que ir con tu mejor vestido de noche porque eres la hija de un reconocido e importante empresario, mostrar tu linda sonrisa y decir algo increíble para los medios de comunicación y digan que eres la hija más amable y ejemplar a seguir que puede existir en toda Francia.

Tan increíble, ¿no?

Entré muchos de los vestidos que me mostraron los diseñadores de moda más fomosos que contrató mi padre, me decidí por un vestido largo ajustado al cuerpo de manga larga de color Lace colorado con una abertura en la pierna derecha desde el muslo hasta más allá del pie. Cuenta con unas decoraciones de tela de seda. Por último, unos tacones de aguja altos, de color gris decorados con pequeños diamantes, hacen lucir mis pies. Mi cuello porta un delgado collar de rubíes color gris. En el dedo anular está un anillo con la letra O de mi nombre y en mis orejas unos aretes preciosos no muy grandes de color gris. Mi cabello está suelto con leves ondas. Y por último, una pequeña bolsa de mano color gris decorada con pequeñas piedras del mismo color.

Entre Líneas © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora