Capítulo 5 | ¿El loco de la bodega otra vez? Ay, no.

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2 días después

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2 días después.

—¿Por qué trajiste al Mercedes para estos lugares si sabías el estado en que estaban éstos caminos? —me quejé, mirando a Raphaël.

Se encogió de hombros.

—Porque está bonito y tenemos muchos más.

—Pero lo vas a ensuciar —refunfuñe.

—Es por algo importante, tranquila —se rio con tanta tranquilidad que casi me da algo ahí mismo.

—Claro, ir a ver unas hectáreas personalmente para darle nuestra opinión a papá con un Mercedes por unos caminos de tierra, estoy tranquilisima —le di una falsa sonrisa.

Se limitó a sonreír.

Padre nos pidió a Raphaël y a mi ir a ver unos terrenos para la construcción de un hospital en nombre y con el dinero de las dos empresas: Kosoda y Polkov. Íbamos a venir los hijos de los empresarios, pero el otro hijo del señor Louis no pudo porque le salieron unos imprevistos, y Raden se encuentra en recuperación en la casa.

El hospital que se va a construir en estos terrenos va a ser privado para el uso del bajo mundo, o sea, los mafiosos y otros que pertenezcan a este mundo tendrán la facilidad de acudir al hospital y ser tratados. Nosotros tenemos nuestro propio hospital privado, pero ese solo se usa especialmente para la familia Kosoda.

—¿Por qué no pudo venir papá y el otro hombre? —pregunte a Raphaël—. ¿Por qué tenemos que ser nosotros y no ellos si se supone que ellos son los que unieron sus empresas? No entiendo esto.

—Bueno, porque padre está ocupado con asuntos del bajo mundo y no puede estar atendiendo todo al mismo tiempo. Nosotros somos sus hijos y los únicos en quien confía para hacer esto.

Suspiré.

—Raphaël, padre tiene a Kenzo y más personas para venir a ver estas simples hectáreas, incluso, tiene un personal para hacer esto. ¿Qué hacemos nosotros aquí, sus hijos, por estos lugares, viendo unas simples hectáreas?

—Mira, ya llegamos. Déjate de quejar y muévete —se estacionó en una superficie plana del lugar.

Me bajé del auto refunfuñando y miré el inmenso terreno. Es demasiado extenso, además, toda su superficie es plana y ni un llano la porta. Solo esa superficie es así, lo demás se encuentra cubierto por grandes cantidades de llano de alto tamaño.

—Es perfecto —comentó Raphaël.

—Si, si, lo que sea. Ya lo vimos, ahora vámonos.

No esperé mucho y me subí de vuelta al auto. Raphaël me miró desde afuera acusatoriamente, luego entró él también al auto.

—Tenemos que ir a ver todo el terreno, ¿lo recuerdas, verdad? —me miró sin arrancar el auto.

—Si, pero ya me quiero ir, decirle a papá que el terreno es perfecto y ver cómo sigue Raden —me crucé de brazos.

Entre Líneas © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora