Capítulo 24 | ¿Una cita? Acepto.

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N/A: mientras escribía el capítulo I Wanna Be Yours se reproducía en mis playlist

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N/A: mientras escribía el capítulo I Wanna Be Yours se reproducía en mis playlist. 

Las imágenes constantes donde estoy yo y Drystan teniendo sexo por casi todo el yate recorren mi mente ahora mismo. Después de la habitación, en la mesa de la terraza, después de la terraza en la proa del yate frente al extenso cielo, después de la proa volvimos a la habitación y así fue durante toda la mañana. Muchas posiciones placenteras, muchos orgasmos intensos y mucha resistencia que me llevaron a ver más que las estrellas. Drystan tiene mucha resistencia, no quería detenerse, si por él fuera, estaría todo el día con su pené adentro de mi vagina y para ser su primera vez, no estuvo mal. Creo que precisamente por eso es que no quería parar, me confesó entre embestidas y besos que se había resistido tanto mientras veía mis piernas denudas cuando estuvimos en el muelle mientras yo caminaba hablando y eligiendo el yate en el que estamos ahora, también de que sintió celos cuando esos hombres me estaban viendo el trasero. Por curiosidad le pregunté si les había hecho algo a esos hombres y lo que me dijo fue: «Yo no les hice nada, ellos mismos se lo buscaron al mirar con lujuria a mi esposa. Nadie te puede dar ese tipo de miradas, excepto yo. Y si todavía lo quieres saber, ve a buscar sus nombres en el cementerio, pero bueno, no creo que mis hombres hayan tenido tiempo para enterrarlos en un cementerio.»

Sí, Drystan los mandó a matar por mirarme demás.

Cabe destacar que hacerle esa pregunta lo enojó, y mi castigo fue embestirme más duro, al contrario, ese castigo fue más mi placer.

Durante esa mañana viva, de profundo sexo apasionado, hubo varias confesiones de su parte, confesiones qué aclararon más mi mente. Una de ellas fue… De pronto siento los labios de Drystan presionar los míos mientras estoy con los ojos cerrados, pero de igual manera le respondo el beso. No es suficiente porque una de sus manos rodea mi cuello y profundiza más el beso hasta que nos separamos y abro los ojos. Le muestro una sonrisa sincera de labios cerrados cuando lo veo todo mojado de cuerpo completo, tanto que de su cabello caen gotas del agua del mar en mi cuerpo, pero no me molesto por ello.

—Quiero más —le pedí alzando una mano para acariciar su mandíbula haciendo un pequeño puchero.

Después de esa tanda excesiva de sexo en la mañana, Drystan quería nadar un poco en el mar y yo quise tomar el sol un rato. En este momento, yo cargo un conjunto de bikini de 2 piezas color turquesa y él un short corto de playa.
Lo veo hacerse puesto a un lado de mis piernas mientras continuo recostada sobre la silla de playa de la terraza del yate.

—Quiero hacer algo diferente hoy —murmuró, llevando una de sus manos a mis piernas para acariciarlas, al mismo tiempo que vi como me miraba, parece nervioso.

—¿Si?... Podemos continuar en…la cama, ¿quizás? —cuestioné entre pausas y con calma.

La verdad, me siento ansiosa por volver a tener a Drystan como lo tuve hace unas horas. Cabe destacar que me he resistido tanto mientras estuve con Drystan que no lo supe hasta hace un rato mientras estaba en sus brazos gimiendo su nombre.

Entre Líneas © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora