Capítulo 3 ─ Entrenamiento

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Nuevo capítulo queridos lectores.

Se siente mucho el estilo slice of life, diferente a mis otras novelas donde ocurren un montón de conversaciones, eso se debe a que hay excusas con quien conversar, aquí no... o al menos no tanto.

Un capítulo dedicado a desarrollo nuevamente, lo mejor es que vamos formando vínculo entre Regulus y Russell.

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Después de llegar a la ciudad fui directo al lugar donde me dijeron los caballeros que estaba el comerciante de esclavos.

Estaba en la parte más oculta de la ciudad, no le daba la luz debido al tamaño de los edificios que lo cubrían.

Parece que nadie debe saber que hay uno.

Entré y un hombre de apariencia misteriosa me recibió.

Le dije que quería que este tipo sea mi esclavo.

Antes de decirme cuanto costaba el hechizo de esclavitud, me explicó cómo funcionaba el tema de la esclavitud en este país.

Para empezar, la esclavitud es ilegal ya que es mal visto por la sociedad.

El Imperio Avrora es quien dio esta orden para todos ya que serían penados con sanciones económicas.

Parece muy lindo, ¿no?

Lo hicieron para ser ellos los únicos que tuvieran esclavos, pero como la esclavitud es como cualquier negocio ilegal, busca ser legal y evitar cárcel.

Se hicieron muchas cláusulas para lograrlo.

Hay tres tipos de esclavos.

Esclavos de trabajo.

Estos esclavos son aquellos que deben ser exclusivamente criminales, sean bandidos, corruptos, traidores o invasores de impuestos que traten de huir.

Los harán trabajar hasta la muerte, sin importar si tu deuda está pagada.

Los comerciantes de esclavos los aman, ya que son su principal fuente de recursos, siempre se necesita mano de obra, y si no quieres pagarles a los obreros ni pagarles a sus familias cuando mueran por accidente, son la mejor opción ya que no tienen derechos.

Luego vienen los esclavos domésticos. Ellos se encargan de cualquier trabajo que sea limpiar, barrer, cuidar a tus hijos, ser tu cochero, etc.

A diferencia del primero, los esclavos domésticos son gente que se venden a sí mismos por una gran suma de dinero.

Dinero que se puede recuperar fácilmente, la familia del esclavo vendido puede hasta vivir bien por un tiempo.

El esclavo que es vendido debe ser legalmente mayor de edad, si se venden menores puedes acabar muerto por eso.

El esclavista me dijo que siempre debes asegurarte de que estén en buenas condiciones ya que es posible que se repita ese milagro.

¿De qué milagro habla?

Bueno, según me cuenta, hace mucho tiempo.

Un hombre compró una esclava para usarla para sus fines más perversos, se había divorciado de su mujer y era un hombre muy resentido.

Compró a una muchacha joven y discapacitada... ¿esperaría uno una historia repulsiva no?

Pues no fue así.

La ambición del Dios de la EspadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora