Epílogo (Parte 1) ─ Regulus y Mary

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Finalmente llegó el momento, queridos lectores, el final de esta historia.

Pero esto es solo el final de la primera parte, son dos partes.

Este es el final del volumen 3, y el próximo número será el final definitivo de la historia.

Realmente fue un corto recorrido, pero espero que hayan disfrutado la historia.

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Todo había terminado.

Los hijos de la madre oscura de la fertilidad fueron derrotados por Regulus, y los ocho caballeros del Imperio Walt fueron eliminados.

Incluso Hades yacía sin vida en el suelo; no había más peligros.

O eso creería alguien si no hubiera visto moverse el cuerpo de Hades.

Se puso de pie como si nada le hubiera pasado, faltándole la mitad de su parte superior junto con su cabeza.

Un portal se abrió, y el cadáver dio un paso para entrar y ser transportado a un hermoso bosque iluminado por un sol negro.

Tras entrar a dicho lugar, el cuerpo de Hades se regeneró.

Allí, sentado, comiendo una manzana dorada y leyendo un libro, se encontraba Nero.

Se percató de la presencia de su amigo.

— ¿Umm? Oh, Hades. Finalmente regresaste.

Hades se sacudió la cabeza mientras se quitaba la suciedad y la sangre de su ropa.

—Regresé. ¿Cómo te fue con la declaración?

—Estupendo. El dragón trató de matarme y le di un poco de pelea, solo pude lastimarle una uña antes de huir.

— ¿En serio?

—Sí. Quise arrancarle el brazo, pero la basílica tenía excelentes defensas y no me dejaron casi acercármele.

—No importa. —Comentó Hades antes de sentarse y tomar una manzana del árbol. —Nuestro objetivo apenas está iniciando.

—Por cierto. —Tragó su alimento y le dijo que finalmente lo conoció. —Conocí a ese Regulus.

— ¡Oh! ¿En serio? ¿Qué tal te fue? —Preguntaba Nero emocionado.

—Me derrotó. Me confié demasiado y acabé humillado. Incluso los retoños malditos fueron derrotados. Su madre estará enojada conmigo. Pero... —Su expresión de tristeza se desvaneció para mostrar una sonrisa de placer siniestro.

—Ya entiendo lo que dijiste. Es una existencia única. En esa desesperación que es necesaria para que los dioses oscuros se alimenten y resurjan, él logró encontrar la manera de sobresalir y ganar mucho poder. Ganó un poder que es imposible obtener para cualquiera. Estoy emocionado. Aún faltan más destinos donde invocar a los hijos de los supremos y así contaminar este mundo con su malicia y depravación para que sus padres lleguen y se complazcan con nuestro trabajo.

—Sí. Te entiendo. Hay que trabajar mucho.

En esa perversa conversación, Nero sonreía como un niño escuchando la más agradable conversación, mientras que Hades planeaba hacer más cosas siniestras.

Ellos descansaban en el único lugar fuera de este mundo que es su hogar: el Edén Negro.

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La ambición del Dios de la EspadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora