Capítulo 17 ─ Teocracia vs. Herejes

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La batalla finalmente comenzó.

Trataré de que las batallas no sean alocadas y medio bizarras como en Razel, ya que esas raras peleas son parte del encanto de la novela.

Cada pelea en mis novelas tiene su propio encanto.

Disfruten el capítulo.

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─ ¡Maten a los herejes!

Proclamó Zald mientras pisaba fuerte el suelo para salir corriendo a gran velocidad.

Su objetivo era Regulus.

Los demás miembros de Juicio esperaban para atacar, pero Zald les dijo.

─Ustedes irán a por las brujas, apoyen a Testamento.

Él sólo quería enmendar su error, por lo que pelearía contra Regulus sin nadie que lo respalde.

Una apuesta arriesgada, porque Regulus usaba una armadura mágica.

Las armaduras mágicas son iguales a las espadas mágicas, con la diferencia de que otorgan a su portador una alta defensa, un gran poder de ataque, una casi imposible de seguir velocidad y, sobre todo, una curación automática a la armadura.

Dicha armadura sería un artículo imposible de recrear, ya que generalmente solo tienen un atributo imbuido en ellas.

Si tuviera dos, sería el regalo para un rey.

Pero tenía aproximadamente cuatro atributos.

Dicha armadura era un objeto sagrado sin importar como lo vieses.

Pero a Zald no le importó.

Él quería matar a Regulus para expiar su error de dejarlo entrar a una misión importante, solo por el parecido con su difunto hijo.

Perdió subordinados antes y peor ahora.

El simple hecho que Regulus respire aún era suficiente para dejarle una sensación de ahorcamiento.

Al llegar cerca de él, sacó su espada y lo atacó.

Regulus usó su pierna y la espada de Zald se rompió.

─ ¡...!

Él no podía creerlo, ya que esa espada estaba hecha de mithril.

El mithril era un material más valioso que el oro y más resistente que el oro blanco o platino.

Por lo tanto, que una espada que costaría millones sea destruida con una simple patada.

Indicaba que esa armadura era tan fuerte que incluso podría destruir su armadura.

Pero aun con su espada rota.

Zald tenía un as bajo la manga.

─ ¡No creas que eso es todo!

Usó sus enormes escudos para atacar a Regulus.

Nuevamente, él les dio una patada, pero en lugar de romperse.

La armadura que cubría su pantorrilla comenzó a agrietarse y él salió volando al menos cinco metros en el aire para luego caer al suelo.

─ ¿Qué fue eso?

Exclamó muy confundido Regulus ante ese extraño suceso.

Recordó la noche anterior.

Observaba como Alice y Luvia usaban su poder mágico para convertir una armadura del castillo en una súper armadura capaz de enfrentarse a cualquiera.

La ambición del Dios de la EspadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora