La ambición del Dios de la Espada

Interludio ─ El mundo se mueve

Lo que se dijo aquí es algo que tuvo que salir en el epilogo, pero quedaría muy extraño, por eso hice algo inesperado para mí, darle un interludio.

Nunca lo planeé, pero como siempre, la vida te da giros inesperados de guion XD.

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Después de la noticia de los miembros de Juicio y Testamento muertos que sacudía al mundo.

Todos se empezaron a preguntar lo mismo.

¿Quién fue el responsable de aquello?

¿Quién habrá aniquilado a fuerzas militares de la teocracia?

¿Quién en el mundo se atrevería a pelear contra aquel que defiende más a los derechos humanos que sus propias naciones?

Para un cierto país, esas preguntas eran irrelevantes.

Eran inútiles, eran reemplazables.

Solo había una pregunta real que importaba.

─ ¿Quién es ese dios mago?

Dijo un hombre en una habitación de reuniones muy lujosa.

Muebles finos en ciertos rincones, un buffet con platillos calientes y postres de todo el mundo.

Una fuente de ron fue puesta por uno de ellos.

En el centro de la habitación, sin contar a los sirvientes, había siete sillas formando un círculo.

Solo una de ellas estaba vacía.

De los seis presentes, uno de ellos sacó varias carpetas y las distribuyó a sus compañeros.

─Tal vez no lo sepan, pero hace un mes, en el Reino Rosenthal ocurrió un extraño incidente.

─Soldados de la teocracia fueron a realizar su purga a los herejes como es habitual.

─Pero esa no es la razón por la que los llamé.

Exclamó el hombre de traje fino, apariencia de un joven casi en sus treintas, delgado, cabello peinado en una sola dirección y con anteojos redondos.

─Los llamé porque ese individuo, ese sujeto, ese payaso. Se atrevió a hacer algo que nadie debería hacer en esta vida, y eso es...

*Abrir*

La puerta se abrió sin siquiera ser tocada.

Un hombre de traje elegante y con mucha colonia entró bostezando.

─Buenos días a todos, ahh. Recién me he levantado, déjenme desayunar algo.

Hace poco terminó el mediodía, el hombre que usaba muchos anillos se dirigió a la mesa y le pidió al chef que le sirviera diferentes bocadillos.

Luego fue personalmente a la fuente de ron donde se llenó una jarra entera con la forma de un cisne.

Se sentó en su asiento y procedió a comer su desayuno.

Se percató que todos lo veían fijamente, especialmente el hombre de lentes que parecía que iba a explotar en cualquier momento.

─ ¿Interrumpo algo? Lo siento. Continúa.

─...

─Cómo decía antes de ser interrumpido.

Tras mirar al hombre que comía plácidamente, e incluso levantó un pastelillo para decirle que va muy bien, el hombre de anteojos reveló su razón de llamarlo.