Capítulo 12 ─ La aterradora Teocracia

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Nuevo capítulo queridos lectores, debo guardar este mensaje como plantilla porque lo uso seguid, pero no sé cómo empezar esto XD.

Habría mucho que decir, pero mejor lo guardo, solo diré lo mismo que el capítulo anterior.

¿Son sensibles?

Bueno, de nuevo toca sentirlos incómodos pero tranquilos, la cosa empeorará.

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La sangre roja como la mía salpicaba como un chorro de agua de sus cabezas cortadas.

Sus cuerpos sin vida eran arrojados en una montaña de cuerpos.

─Estás comenzando a apestar, denles su bendición y luego quémenlos.

Exclamó Zald tras taparse la nariz.

Observé como los demás hombres con ropas similares a él recitaban algo, luego unos hombres de diferentes bordados de colores en sus ornamentos quemaban los cuerpos.

Zald se me acercó con un extraño hombre a su lado.

─Lamento que hayas visto eso, por lo general les enseñamos a los nuevos esto después de varias prácticas. Algunas veces es muy impactante para ellos.

─Zald-dono.

─Lo siento.

*Toser*

─Regulus-kun, déjame presentarte a mi compañero.

A su lado estaba un hombre con ropas blancas y un ornamento negro a su alrededor, era el único que tenía el color negro en su ropa blanca.

Su aspecto era aterrador, muy desnutrido y su cara era similar al de un esqueleto.

Haciendo resaltar lo grandes que son sus ojos y su pequeña boca.

Su cabello era blanco, no parece ser un hombre anciano ya que se mueve a paso normal pese a su apariencia.

─Zartras Riefenstein. Un gusto conocerlo joven.

Era muy educado, se reverenció para saludarme.

─U-Un gusto en conocerlo.

─Zald-dono, ¿este es el joven del que me hablaste verdad?

─Lo es.

─Ya veo.

La manera en cómo se me acercaba con su espalda jorobada y su forma de caminar sin levantar las piernas me aterraba cada vez más.

De repente tomó mis manos, sus uñas eran largas y algunas manchas en ellas.

Me sonrió como si fuera un padre a su hijo.

─Es un placer tenerte aquí. Todos los presentes son hombres mayores de edad, de más de 30 años y tener a un saludable joven por aquí para que aprenda nuestras prácticas me recuerda mucho a mi época donde enseñaba, eran grandes tiempos.

─Ah, lamento no haberlo saludado antes. Zartras Riefenstein, capitán de Testamento.

─Un gusto conocerle, Cedric me llamo, el placer es mío.

Incluso saludó a Cedric, pese a estar en un lugar donde acaban de matar a varios elfos oscuros, los demás se acercaron para saludarnos.

Eran muy educados y hasta bromeaban algunos.

La ambición del Dios de la EspadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora