Capítulo 26 ─ Audiencia de la familia real

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Espero que disfruten a las nuevas waifus ya que tenía mucho que meter respecto a ellas.

Me gustaría meter diseños de la familia real, pero consideré que era innecesario.

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Una chica de unos catorce años estaba caminando por un largo pasillo mientras tarareaba una canción, su cabello estaba atado en dos coletas y era rubio y dorado como sus ojos.

Ella es la tercera princesa del reino de Rosenthal, Liliane Noel Rosenthal, pero prefiere ser llamada Lyla.

Detrás suyo estaba su guardaespaldas, una mujer caballero del mismo color de cabello y ojos que la princesa, se llamaba Jody.

Jody le habló con un tono temeroso a la princesa Lyla.

—P-Princesa, ¿realmente es necesario que vaya?

Preguntó ella muy asustada.

—Claro que sí. Padre y madre no me creerán sino tengo un testigo y tú eres mi testigo más fiel.

—N-No. A lo que me refiero es si usted realmente planea mentirle al rey y a la reina y de paso involucrarme a mí.

—Soy una simple escolta. Me cortarán la cabeza por decir que apoyé a la tercera princesa del reino en ir a pasear.

—Jody. Te lo estás tomando muy en serio, no pasará nada, nyajaja.

—¡Me preocupo porque es a usted quien regañarán solamente, en cambio a mí además de despedirme me colgarán!

La princesa Lyla se detuvo y miró a su escolta.

—Eres realmente molesta. Está bien. Tengo un plan en caso de que se enojen contigo.

—No por nada soy considerada la chica más bella e inteligente del reino.

—Si yo fuera reina. Este país avanzaría cientos de años en investigación en pocos años.

—Eso llevaría al reino a una crisis económica ya que usted cree que el dinero crece en las montañas.

—¿El oro no sale de ahí?

—Bueno, sí, pero. ¡Ese no es el punto!

—El problema es que usted cree que todo saldrá bien porque lo dice. Solo recuerde que casi morimos por tener poca seguridad y por ir a lugares desconocidos.

—Además. La princesa heredera se reiría de usted por llamarse hermosa.

Lyla se enojó con su escolta por mencionar a su hermana mayor.

—Tú sabes lo irritante que es esa hermana mayor mía.

—Yendo por ahí y presumiendo su falsa sonrisa como esos horrendos y enormes globos que llama senos.

—En cualquier caso. ¿Para qué sirven? Para nada, son inútiles.

—Princesa Lyla. Se puede ver la envidia a su hermana mayor en su cara.

La princesa se sonrojó y aceleró el paso.

—¡No te ayudaré ahora, idiota!

—¡Discúlpeme por favor!

Después de caminar un rato, llegaron al salón de audiencias, exclusivo para la familia real.

Jody tocó la puerta estando muy nerviosa, se sentía que se iba a desmayar en cualquier momento.

La ambición del Dios de la EspadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora