Cincuenta y siete: Complicado.

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Empuja con cuidado la puerta y finalmente puede ingresar a su casa, luego de una semana de ausencia. Pasa su mirada por el lugar al encender las luces y hace una mueca de incomodidad porque lucía tal cual la había dejado: completamente desordenada y sucia. Habían botellas de alcohol por doquier así como cigarrillos regados por los muebles, e incluso unas tiras de polvo blanco en la mesita de centro en su sala de estar, las cuales dejó sin terminar antes de salir de casa.

Había profanado su hogar, el único techo que le quedaba, donde pasó lindos pero cortos momentos con su aún esposo. Momentos que ahora solo quedarán en su memoria, así como la elegancia de la casa que se perdió completamente por sus vicios evidenciados en el olor a cigarrillo y alcohol.

Suspira decidiendo ignorar el desastre que es su casa y sube escaleras arriba mientras se quita el saco del traje maltratado y manchado de sangre. Camina hasta su cama con intención de quitarse la ropa y darse una ducha, pero apenas toca las sábanas de su cama el sueño se apodera de él y se queda dormido sin esperarlo, hasta el día siguiente.

El sonido de su teléfono en el bolsillo de su pantalón lo despierta de mal humor, tiene la cabeza dándole vueltas y la gran necesidad de beber algo con alcohol al sentir su garganta seca, pero primero decide contestar al ver el nombre de Taehyung en su pantalla.

― ¿Pasó algo?

― No, solo llamo para avisar que estoy de camino a tu casa.

― ¿Justo ahora?

― Sí, justo ahora. Estoy a 5 minutos, así que toma una ducha si aún no lo has hecho, y trata de estar lo más presentable posible.

― Es justo lo que iba a hacer.

Jungkook se coloca en el borde de la cama y pasa una de sus manos por su rostro para quitarse el sueño de encima.

― Iremos a la estación, deben colocarte el rastreador y planificar lo que haremos. ― Chasquea la lengua. ― Así que debes estar presentable y... sobrio. Nada de alcohol, ni drogas, ¿Escuchaste?

Con pesar asiente aunque no pueda ser visto por el ex-militar.

― Descuida, lo tengo controlado.

― Eso espero.

Cuelga y lanza despreocupadamente el teléfono en la cama. Se apresura en quitarse toda su ropa y dejarla en la cesta de ropa sucia, la cual tiene muchas prendas acumuladas a decir verdad.

Toma una toalla y se dirige a la ducha para tomar un merecido baño y quitarse toda la sangre seca de encima. Luego de eso se arregla lo mejor que puede para salir de casa, y aparcado frente suyo encuentra a Taehyung esperándolo dentro de su camioneta.

― Sube. ― Señala el asiento de copiloto.

Jungkook se monta al coche y ya dentro suspira cuando emprenden marcha por las calles de Seúl.

― ¿Te sientes bien? 

Taehyung rompió el silencio poco seguro de su pregunta. No sabía qué más decir para evitar el incómodo silencio en el que se vieron envueltos, solo dijo lo primero que se le vino a la mente, y no podemos culparlo porque la confianza que tuvieron se perdió hace mucho tiempo atrás, y era la primera vez en meses que estaban a solas sin peleas de por medio; era obvio que la situación sería incómoda.

Las aguas se habían calmado entre ellos, pero no podrían recuperar la confianza que tuvieron por tantos años; habían demasiados baches en su relación para eso. 

Jungkook ríe un poco con amargura. ― Han sido días de mierda, pero estoy mucho mejor que antes... Al fin pude dormir debidamente, tomé una ducha y no he consumido nada en dos días... excepto por la droga que usaron para dormirme, claro.

Satisfied | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora