Doce: Plan en marcha.

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Matalo.

Él niega con la cabeza, su pequeño cuerpo inestable mientras el cuchillo entre sus manos tiembla.

― No te pregunté si querías, te dije que lo hicieras. ― La mirada que el hombre le regala hace que las lágrimas salgan de sus ojos. Su hermano mayor trata de negarse desde lo lejos, detrás de su abuelo. "Ya pasará, hazlo" logra leer de sus labios.

― ¡Hazlo!

Toma el mango del cuchillo afilado con fuerza, aún temblando y cierra los ojos mientras el sonido de la carne cortada y los chillidos del animal sonaban en su cabeza. Sacó el cuchillo y volvió a enterrarlo torpemente. Finalmente el conejo amarrado de patas dejo de moverse. Soltó el cuchillo lleno de sangre inocente, su abuelo quitó el arma que apuntaba su cabeza y sonrió con sorna. Cae de rodillas con los ojos bien abiertos viendo la sangre en sus manos que solían ser puras.

Hay una gota de sangre en su mejilla y quema contra su piel.

― Bien hecho, Jungkook.

Siente tanta repulsión por esas palabras, como si no hubiera matado un inocente animal, y corre lejos del animal hasta chocar con un árbol y vomitar. Su abuelo lo obligó a matar a su propia mascota para que deje de ser tan rebelde. Pero Jungkook solo tenía trece años, esa fue su primera vez quitando una vida, y la odió.

― ¡Jungkook!

Abre los ojos despertando de aquella maldita pesadilla disfrazada de recuerdo, toca su pecho y mira sus manos. Están limpias, está en su cama con la respiración agitada y la mirada de su esposo sobre él.

― Tranquilo, estás bien. ― Limpia con sus suaves dedos las lágrimas en sus ojos, y le sonríe a labios cerrados. ― Estás bien.

Asiente y se incorpora en la cama para respirar mejor. ― ¿Me quedé dormido?

― Sí, vine a despertarte porque dijiste que irías a casa de Gguk en la noche y ya son las ocho.

Jungkook dirite su mirada al reloj digital en la mesita de al lado, son las ocho efectivamente. Se levanta de la cama con cuidado y se dirige al baño para lavar su rostro, JiMin lo sigue hasta la puerta del baño.

― ¿Volverás temprano?

Jungkook se coloca nervioso y solo carraspea negando, prefiere no hablar porque sabe que JiMin se dará cuenta de su mentira. ― ¿Te quedarás a dormir con Gguk entonces?

― De hecho, no creo que tengamos tiempo de dormir. ― Rasca su nuca con nervios. ― Tenemos trabajo que hacer, debemos seguir a un traficante que está vendiendo en nuestro territorio.

JiMin asiente para estirarse y dejar un beso en su cuello. ― Bien, entonces te veo en la mañana.

Si tan solo supiera que Jungkook no irá a casa de Gguk.

Jungkook asiente y ve como JiMin se aleja del baño para volver a su habitación, cierra la puerta y aferra sus manos al lavamanos mientras ve su reflejo en el espejo.

Hoy empezará su plan.

Sale de casa dejando a JiMin durmiendo una hora después, y conduce hasta una torre de apartamentos, en este lugar entra a uno de los departamentos para cambiar de vestimenta y apariencia, y también cambia de coche a uno gris. Cabello negro, letillas marrones, traje elegante azul noche y una máscara negra que oculta su identidad, después de todo es una fiesta de máscaras.

Pasa un rato conduciendo hasta que finalmente llega a un muelle, estaciona su auto al lado de otros más y sale sintiendo el olor del mar y la brisa contra su rostro.

Satisfied | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora