Cuarenta y cinco: Fiesta.

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― ¿Estás listo, cariño?

Lisa baja las escaleras con esa elegancia tan característica suya, camina sobre sus tacones hasta quedar frente a Jungkook y lo ayuda a ajustar la corbata en el cuello de su camisa.

― Llámame por mi nombre, linda. ― Fuerza una sonrisa y retira suavemente sus manos de su cuerpo, prefiere arreglarle la corbata él por su cuenta. Se dirige al espejo de cuerpo completo detrás suyo.

Lisa lo escanea un momento. ― Últimamente te portas muy extraño, Kim. ― Coloca sus manos en sus hombros. ― Estás tenso.

Ambos conectan sus miradas a través del espejo. Jungkook se queda en silencio, meditando sus palabras. La verdad es que la presencia de Lisa se ha vuelto aburrida para él, no le da la misma dosis de adrenalina y satisfacción que solía darle meses atrás. Se ha alejado de ella poco a poco, y ha preferido buscar llenar el vacío dentro suyo con otro tipo de adrenalina.

― Menos mal tus ojeras las tapaste con corrector. ― Acaricia su mentón. ― Espero que hayas reducido tu dosis de droga para hoy, cariño.

Jungkook comenzó a drogarse desde hace unos días. Pasó del alcohol a las drogas, estas se han convertido en su nueva dosis de satisfacción, al menos por ahora. Todo el dinero que tiene, todo el poder y la relación meramente sexual que mantiene con la jefa de la mafia, todo eso lo está aburriendo, llevándolo lentamente a su perdición.

― Te quiero lucido para esta fiesta, ¿Entendiste? ― Su voz es más dura.

Jungkook asiente sin decir nada, no puede contradecirla, a pesar del poder y autoridad que ella le ha entregado y que tan feliz lo ha hecho estos últimos meses, no puede contradecir su palabra, sigue siendo su jefa y no puede sobrepasar sus mandados... Aún no al menos, porque aún no llega a la parte final de su plan.

― Perfecto. ― Gira su mentón para que la vea a los ojos y no a su reflejo. ― Necesito que me muestres tu mejor sonrisa, eres mi mano derecha, no lo olvides, por lo tanto tienes que lucir impecable y encantador si queremos nuevos socios y recuperar nuestros negocios.

― Lo haré, descuida. ― Finge una sonrisa. ― Hoy es nuestra noche. ―

Le ofrece su brazo y ella le sonríe coqueta, toma su brazo y caminan hacia la fiesta que tienen organizada. Es su última oportunidad de conseguir nuevos socios y recuperar su imperio, que se ha visto tremendamente afectado.

Pronto reciben a sus invitados y la noche pasa con tranquilidad, se escucha a la gente hablar dentro del salón en la lujosa mansión Manoban.

Jungkook se mantuvo al margen la mayoría del tiempo, sonriendo fingidamente hacia los futuros socios y sus esposas. Pasó horas de la velada tranquilo, hasta que Lisa le pidió una copa de vino para saciar su sed, se la pasó hablando toda la noche tratando de arreglar negocios y generar amistades con quiénes podrían ser fuertes socios.

Saca de su saco un pequeño sobre, mira a sus lados y no encuentra a nadie cerca por lo que se apresura. Abre el sobre y vierte su contenido en la copa de vino. Vuelve a guardar el sobre y toma la copa en su mano, alejándose de la zona de bebidas hacia el centro de la fiesta.

Saluda a viejos mafiosos y a sus acompañantes mientras una música suave suena de fondo gracias a la banda que contraron. Todo va de maravilla y él sostiene su sonrisa de pura diversión en la cara, y la copa de vino en su mano es la causante. Los invitados visten elegantes y carísimos vestidos y trajes negros, absolutamente todos incluyendolo a él y a Lisa.

Finalmente llega a su destino, Lisa está conversando con algunos viejos ricos que manejan negocios con armas y droga, ella usa su encanto y palabrería para poder ganarse su confianza.

Satisfied | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora