FINAL

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8 años después...

― Dame tu mano, Seiji.

Dice la mujer luego de cerrar la puerta del coche y asegurarlo. El pequeño toma su mano y juntos se alejan del estacionamiento, pronto sus pies dejan de tocar el asfalto y pasan a caminar sobre césped recién cortado.

― ¿Estás contento?

― Sí tía, mucho.

Jane sonríe ante el pequeño, quien camina notablemente feliz, con un ramo de flores contra su pecho, asegurando que no caiga en medio del trayecto. Pasan entre las lápidas hasta llegar a su destino, aquel que han estado visitando cada fecha especial, desde hace 4 años.

― Hola. ― Jane se retira los lentes oscuros que cubrían sus ojos y sonríe ligeramente. ― Ya volvimos.

Seiji también sonrió al ver a su tía hacerlo; ambos se sentaron frente a la lápida y empezó su pequeña conversación.

― Tardamos un poco, pero estamos aquí para celebrar tu cumpleaños. ― Estira su mano y acaricia la lápida. ― Seiji te trajo tus flores favoritas, aquellas que teníamos en el jardín de nuestra mansión, ¿Recuerdas?

El pequeño se apresuró en colocar con cuidado el ramo de tulipanes rosas a los pies de la lápida. Ante su vuen trabajo, Jane colocó su mano en los cabellos del pequeño y revoloteó sus cabellos, sacándole una sonrisa.

― Seiji ha crecido mucho.

― ¡Soy el más alto de mi salón! ¿Verdad, tía?

Ríe ante la mirada ilusionada del más pequeño. ― El segundo más alto. ― Sube la mirada hacia el cielo. ― Si lo pudieras ver, estarías muy orgulloso. Ganó un concurso de lectura, entró al equipo de baloncesto y es de los mejores en su clase.

Seiji se quedó callado ante las palabras de su tía, luciendo contento por los halagos, pero también reconociendo que era un momenro especial para ella, y lo mejor era permanecer en silencio.

― Te extraño mucho, me gustaría que estuvieras aquí, a pesar de todo lo que hiciste y lo que pasó... me gustaría tenerte aquí a mi lado, viendo a los niños crecer. Marilyn también ha crecido mucho, y se parece mucho a su padre.

¡Tía!

Al escuchar esa voz, Jane gira la cabeza al igual que Seiji.

― Y hablando del rey de roma...

Ambos sonríen al ver a Marilyn correr hacia ellos con otro ramo de flores en sus manos, moviendo su mano libre de lado a lado en forma de saludo. Seiji correspondió al instante, feliz de ver ahí a su primo.

― ¿Estas son horas de llegar? ― Reprochó Jane a la persona que venía detrás del energético adolescente.

Tenía la corbata floja en el cuello de su camisa de oficina, que hacía juego con sus pantalones negros y el saco que llevaba colgando en su antebrazo. Llevaba un maletín negro en su mano, y en general, lucía cansado, como cualquier persona luego de salir del trabajo.

"Luce extrañamente feliz" piensa la mujer.

JiMin se ve lleno de vida, con las mejillas sonrojadas por el viento frío, tan característico en los momentos previos al anochecer. Jane sonrió al verlo, con la luz del atardecer detrás suyo, resaltando el característico color púrpura de sus ojos. A pesar de todo lo que habían pasado, su hermano siempre lograba tener una sonrisa para su familia.

Finalmente, luego de tantos años, Park JiMin era libre, y feliz.

― ¡Papá!

Seiji se colocó de pie y corrió con los brazos bien abiertos hasta atraparlo en un fuerte abrazo, que fue correspondido al instante. JiMin tuvo que dejar caer al suelo su maletín para poder abrazar a su hijo.

Satisfied | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora