Veintisiete: Fotos.

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Se concentra y toma la foto, el flash alerta a Jungkook, gira para ver a su esposo detrás suyo con su cámara instantánea en manos. JiMin sonríe por el bonito resultado que obtuvo, Jungkook apoyado en el balcón con el atardecer reflejando su rostro. Podría convertirse en su fotografía favorita, de las tantas que tiene, al menos por ahora.

― Perfecto. ― Observa la foto en sus manos. ― Va para mi colección. ― Camina hasta su esposo y se coloca a su lado.

Jungkook sonríe un poco. ― ¿Otra más?

JiMin lo mira con una sonrisa. ― ¿A qué te refieres?

― Últimamente me tomas muchas fotos. ― JiMin ríe. ― No iré a ningún lado, no es necesario tener tantas fotos mías.

JiMin niega. ― No es necesario para ti, pero para mi sí. ― Le enseña la fotografía. ― Estas fotografías son importantes para mí. En un futuro, cuando tenga mi álbum de fotos completo, quiero ver tus fotografías y recordarte así.

Lo mira a los ojos. ― ¿Así cómo?

JiMin coloca una mano en su mejilla. ― Tranquilo y contento. ― Tuerce los labios. ― Últimamente te veo muy estresado y distante. ― Jungkook solo lo mira y gira su rostro haciendo que la mano de JiMin deje de tocar su mejilla. JiMin retira su mano finalmente y carraspea.

Desde que Jungkook volvió ha pasado un mes y unos días más, en todo este tiempo, JiMin ha tenido que acostumbrarse a su falta de afecto y frialdad. Está a su lado pero se siente igual de solo que en esas dos semanas que estuvieron distanciados. Es como si realmente Jungkook nunca hubiera vuelto.

― ¿Qué te tiene tan distraído? ― Pregunta suavemente.

Jungkook lo mira. ― Negocios, nada más. ― Miente. Últimamente miente tanto, que las mentiras salen automáticamente de su boca sin siquiera pensarlo.

Jungkook no piensa en negocios, piensa en Lisa, ellos han pasado mucho tiempo juntos desde la muerte de Nichkhun, tanto que Jungkook puede sentir su perfume impregnado en sus sacos. Es una fragancia de frutas cítricas que siente picando su nariz todo el día, por más que no quiera, se ha acostumbrado al aroma.

Algunas veces, inevitablemente, compara la fragancia floral que JiMin suele tener encima todo el día, gracias a las cremas corporales que usa después del baño, con el aroma cítrico que Lisa usa en sus perfumes. El aroma cítrico es nuevo para él, muy diferente al olor a flores que ha sentido durante años, ese olor ya no le genera emoción. Se le hace repetitivo como la rutina de siempre. Antes jamás se habría quejado, pero ahora está descubriendo nuevas experiencias fuera de casa, que inevitablemente llaman su atención y se graban en su mente.

Cuando JiMin lo abrazaba, se sentía lleno, completo en todas las formas posibles porque tenía al hombre que más ama en este mundo entre sus brazos, con su delicado perfume a flores invadiendolo, pero ahora, cuando tiene a su esposo cerca, con su típico aroma floral, ya no se siente completo, se siente como un rompecabezas con una pieza faltante. Y no solo pasa con JiMin, es con todo.

Desde que mató a Nichkhun y a su abuelo no pudo sentir nada en ese momento, pensó que podría llenar ese vacío que ese maldito hombre sembró en él. Al fin había tomado venganza por sus padres, por su hermano y él mismo, matando a Master. Pero, lamentablemente, no sintió lo que creía que sentiría.

No llenó sus expectativas.

Mientras más lo piensa, más se aterra de él mismo, porque no sabe realmente lo que espera de sí mismo o de su al rededor. Solo sabe que quiere algo nuevo, algo que lo llene. No sabe que es pero quiere atreverse a buscarlo. Algo le falta, quizás...

Satisfied | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora