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Ella se sentó a mi lado, lo que me hizo verla con curiosidad.

—April... tu eres poderosa. – dijo, mirándome.
—Dijiste que era importante para ella, para la reina de hielo. – me acomodo un poco en la cama, quedando frente a ella. – ¿A qué te referías con eso?
—El fénix es el ave más poderoso del mundo, el resurgir de las cenizas... el tener la habilidad de destruir todo a miles de hectáreas. – baja su mirada, hacia un punto fijo en la habitación. – Puedes destruir el mundo entero si quieres y eso lo sabe ella.
—No planeo hacer eso. – murmuré y ella me miró. – No planeo hacerle daño a nadie.
—Pero sé que planeas más cosas. – se acerca a mí.
—¿Qué... qué haces? – pregunté, nerviosa por su acercamiento.
—Shhh... – murmuró y en cuestión de segundos, sus labios se pegaron a los míos.

Jamás en mi vida había besado a una chica, pero en este momento, nada parecía preocuparme.

De hecho, algo me hacía sentirme relajada.

El beso se intensificó, haciendo que ella quite cada prenda que comenzaba a estorbar hasta quedar por completo en desnudo, lo que me hizo acostarme, teniéndola encima de mí, acariciando cada parte de mi cuerpo.

Ella bajó sus besos a mi cuello y comenzó a subir hasta mi oído, mordiendo el lóbulo de mi oreja mientras comenzaba a pronunciar unas palabras en un idioma desconocido para mí.

—Proszę bogów, którzy mają to ciało, aby upadł, a tym samym byli w stanie podnieść prochy Feniksa. – dijo Rosie, con suavidad.

De pronto, sentí una enorme presión en mi pecho y un fuego desconocido cubrirme, nada similar a mi poder.

Esto era mayor que mis habilidades.

Una fuerte energía me cubría entera y recorría por dentro cada parte de mi cuerpo, cada órgano, la sangre entera.

Ella cubrió mi boca al intentar soltar un gemido de dolor mientras veía como comenzaba a ponerse azulada con un tono rojizo rodeándola.

Su mirada cambió y una sonrisa se posó en ella mientras continuaba tocando mi cuerpo, logrando que lo que intentaba hacer comenzara a hacer efecto en mí.

Yo solo podía sentir mi cabeza dar vueltas, sin dejarme disfrutar del momento sexual en el que ella quería tenerme o en el que creía que quería tenerme.

Solo pude ver la enorme sonrisa antes de caer desmayada bajo su cuerpo.

"El paisaje comenzaba a distorsionarse frente a mí, haciéndome caer al suelo con dolor en mi cabeza.

Frente a mí podía ver un Ocaso y yo intentaba llegar a éste, pero algo me lo impedía.

Al girar mi cabeza vi a una chica rubia tomándome del pie, su rostro no se podía apreciar con claridad ya que su sucio cabello lo cubría por completo, pero el murmuro podía reconocerlo.

Proszę bogów, którzy mają to ciało, aby upadł, a tym samym byli w stanie podnieść prochy Feniksa.

Eso me produjo escalofríos que recorrieron mi cuerpo por completo, por lo que intenté arrastrarme, pero el peso era demasiado, me llevaba a mí y a ella, lo que lo hacia más difícil el avanzar.

Alcé la mirada y pude ver que el ocaso cambió, convirtiéndose en una aurora boreal, cegándome un poco por la intensidad de los colores que aquí mismo eran mayores.

Como pude le di una patada a la chica, logrando que me soltase y así ponerme de pie para correr, pero al mirar hacia atrás, ella no se encontraba.

Cuando giré mi cabeza de nuevo hacia adelante, la pude ver parada frente a mí, con su cabello cubriendo el rostro y su dedo frente a ella, como di hiciese un "shh", lo que me hizo temblar un poco.

Al querer retroceder, algo me tomó por los pies y me hizo atravesar la tierra, pero con suerte pude agarrarme de la orilla.

Rosie se acercó en el suelo y puso sus manos en mis muñecas, girándolas, sin dejar de pronunciar aquellas palabras.

Poco a poco se fue formando una enorme rosa negra en mi muñeca, la cual soltó su primer pétalo, haciéndolo desvanecerse conforme caía.

Un fuerte viento llegó a nosotros, haciendo que su cabello se mueva y pueda ver el terrorífico rostro de Rosie, la cual sonreía ampliamente.

—Se ha terminado. – murmura ella. – Tu cuerpo me pertenece.

Y finalmente, me deja caer en el vacío, en lo que sería el infierno de esta dura pesadilla."

Desperté de golpe al sentir mi cuerpo golpearse con un frío suelo en mi sueño, rodeada de fuego y grietas.

Al mirar a mi alrededor pude ver mi cama en perfecto estado, pero lo que me dejaba mal era el hecho de sentir un fuerte mareo.

¿Había sido un sueño lo que sucedió con Rosie?

Toqué mis labios con mi mano, sintiendo aún la presión de los suyos, lo que lo hacía parecer tan real, pero ahora mismo la confusión me invade.

" Proszę bogów, którzy mają to ciało, aby upadł, a tym samym byli w stanie podnieść prochy Feniksa."

Esas palabras seguían retumbando en mi cabeza una y otra vez, haciéndome sentir realmente mal.

Pero por alguna razón la luz del sol me hizo relajarme como Michael cuando se sentaba en aquel lugar.

Cerré mis ojos, sintiendo el calor emanar del sol que entraba por la ventana.

La puerta se abrió de golpe y volteé rápidamente hacia ella, viendo a un Alex parado en el umbral de ésta.

—Es hora de irnos. – dice él y yo asiento, incorporándome en la cama. – ¿Te encuentras bien?
—Si... Si... – dije, poniéndome mis botines negros.
—Sabes que puedes confiar en mí. – se acerca y se sienta a mi lado.
—¿Cómo es que entra la luz del sol? – pregunto, frunciendo el seño mientras pongo una mano frente a mi rostro, cubriéndolo.
—¿Te encuentras bien? – vuelve a preguntar.
—Alex... algo no está bien. – dije y la luz comenzó a disminuir poco a poco.
—Cuéntame. – dijo y yo asentí, quitando la mano de mi rostro al notar como había desaparecido la luz del sol.
—Esa chica no me agrada. – murmuré y lo miré.

Pero algo en él cambió.

Sus ojos eran completamente negros y las ojeras eran tan marcadas bajo a ellos, lo que me hizo cubrir un poco mi boca con mi mano.

—¿Alex...? – dije, confundida.
—Estás enferma. – dijo, ladeando la cabeza.

Pero su voz era diferente.

Se encontraba tan distorsionada.

—Debes descansar. – sonrió.

Su sonrisa era tan tenebrosa, como si de un monstruo se tratase.

De pronto, sentí sus manos en mi cuello, era un agarre tan firme y fuerte que me comenzaba a dejar sin aire.

Lo último que vi fueron sus ojos oscuros, mirándome sin expresión alguna, para después volver a caer desmayada gracias a la falta de oxígeno.


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[COMPLETA] ✓ AURA: LA REINA DE HIELO II [SAGA AURA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora