15. Eclipse lunar

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NARRADOR

18 de mayo

Con el sol en el centro del cielo una rubia cabellera destella con su brillo, pies descalzos tocan la arena, pies blancos y cálidos que disfrutan del astro y de la textura bajo la planta de sus pies. Una marea provoca que agua acaricie su piel, al levantar la mirada una sonrisa se plasma en su rostro.

—¡Satish! -grita buscando a lo lejos detrás de ella.

Al dirigir su vista nuevamente al océano el joven repite su acción viendo aquello que provoca su emoción, rumbo a Ciudad Antu un barco se aproxima. Curiosos todos observan colocándose en pie cuando se encuentran a nada de tocar puerto.

Humanos incentivados por los miembros del Clan Ica acercándose al barco los siguen por detrás, siendo tan solo la rubia y su pareja quienes se aproximan. Cuando el primer joven desciende ella no tarda en hablar.

—¿Quién está a cargo? -pregunta aún después del porte imponente de quien la mira desde arriba por su altura.

—Yo mismo, supongo que eres de Diero

La rubia sonríe extendiendo su brazo.

—Soy Sirina, Zia aseguro que vendrían.

El joven de penetrante mirada acepta su mano sin despegar la vista de los verdes ojos de la chica depositando un beso en su dorso, su acto pasma a la rubia. Por su parte otro joven de cabellera castaña se hace paso entre el gentío hasta colocarse al lado del pelinegro.

—Hola, soy Karim Karlsson, este es Assim Kinght, ambos estamos a cargo.

Aunque con el ceño fruncido aquel de cabellera trenzada habla.

—Bienvenidos, soy Satish próximo alfa del Clan Ica, hemos esperado su llegada tal como ya menciono Sirina, el príncipe Zia dijo que vendrían para apoyar a la Ciudad.

—Zia aseguro que uno de sus amigos vendría, ¿quién de ustedes...

—Ambos -la interrumpe Assim, —somos como hermanos, Artem me eligió por ser el mayor y para no enviar a alguno de nuestros padres, Karim había venido con Zia así que sabe algunos detalles. Comunicaremos todos los detalles relacionados con la ciudad al reino.

La rubia asiente con la cabeza.

—Bien, debo hablar con ustedes en privado, me pidió informarles algunos detalles.

★★★

—¿Crees que sea certero entrar así sin más? -pregunta Karim dudoso a metros de la entrada al Clan de la Penumbra.

—Es la mejor manera de saber quiénes son fieles al fallecido alfa.

El castaño suspira.

—Odio cada locura que se te pasa por la cabeza.

—Tranquilo hermanito, yo te protejo.

—También detesto tu arrogancia.

Assim sonríe altivo.

Cuando el cielo levemente se oscurece, las nubes de colores cálidos se pintan, un par de iris verde brillan, mientras en el interior del Clan de la Penumbra aún nada es certero. Hombres y mujeres discuten, algunos se creen merecedores de tomar el título de alfa, otros lamentan hechos años atrás, otros gritan guerra, muerte le desean al Clan Ica. Mínimos son aquellos que hablan de los guerreros, nadie esperaba que Luna Gris regresara fortificado. Así mismo, en silencio e imperceptibles, escasos son los que piden redención.

Absortos en disputas inconcluyentes, gruñidos y transformaciones se producen ante la intrusión, pelos de punta, canes a la defensiva, sin nadie aun que los guíe las reacciones individuales se vuelven su perdición. Valiente o tonto un adolescente ataca, con simpleza el ojiverde retiene al can del cuello quien gruñe y se asfixia hasta retomar su forma humana.

—¡Es solo un niño! -se escucha a una fémina con desespero mientras el chico se acerca a la inconsciencia.

Petulante sonríe quien lo sujeta.

—¿Por qué ser considerado con aquellos que no lo fueron por nadie cuando atacaron al Reino de las Sombras?

Sin consideración alguna lanza al chico que retenía, un breve lapso en silencio transcurre ante ojos que esperan que el menor reaccione, aun cuando este, tose respirando con dificultad hombres gruñen.

Uno más corre para atacarlo, este no corre con la misma suerte, el joven ágil lo esquiva a la par que desenvaina, un alarido se escucha cuando el arma lo atraviesa, con un veloz movimiento mueve el arma en su interior partiendo al can en dos, cuando regresa la vista a la audiencia, su sonrisa cínica prevalece.

—Véanlo así, su verdugo ya llego.

Compromiso rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora