24. Satisfacción

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DRAKE

Día 288

—A papá le gusta mamá, y a mamá le gusta papá.

—Si tienen o no una relación ya es una situación entre ellos.

—Pero..., ¿por qué no están de una vez juntos?

—Me has dicho que tu madre tiene problemas, ¿no es así?

Asiento haciendo muecas.

—Bueno, ella debe superarlos, debe ir a su propio paso antes de tener una relación más allá de la amistad que tiene con tu padre. Tal como sucede con ustedes, poco a poco han ido conviviendo, me dices que el domingo estuvo dispuesta a prepararte la comida, pero se les quemo, ese ya es otro paso en su relación.

Hago una mueca, supuse que diría algo así.

—¿Pero van a estás juntos? -insisto.

—Eso no lo sé.

Desanimado salgo de la habitación, al levantar la mirada veo a papá y un hombre a su lado, frunzo el ceño viéndolo ponerse de pie y alejándose un poco.

—¿Quién es él?

—Un amigo.

No me agrada, sonríe, pero lo ignoro.

—Papá – pronuncio con ambas manos en sus rodillas —¿Vas a estar con mamá?

Me mira.

—Voy a estar con ambos.

Hago otra mueca.

—No me refiero a eso...

Frustrado me quejo hablando solo cuando papá se pone de pie luego de que sale mamá. Ella sonríe lo que me hace sentir feliz.

—Papá... -me quejo siguiéndolos por detrás.

Me ignora cuando le pregunto de mamá.

—¿A dónde vamos? -pregunto tomándolo de la mano y viendo hacia arriba recordando el día en que conocimos a papá. Se veía tan alto como los árboles, poderoso y temerario, cuando detuvo al can en transformación supe que era muy fuerte, no había visto algo igual, no creí que fuera posible. —¿Podemos entrenar?

Papá me mira, después a mamá, hago lo mismo, ella arruga la nariz mientras niega, sonrío, amo sus gestos.

—Otro día, vamos a la biblioteca.

AKEMI

En el interior del enorme lugar admiro su plenitud, hay gente en mesas, sillones o de pie entre los estantes, curiosamente, aunque son diversos los del sexo masculino no siento temor como antes. Con emoción escucho al castaño exclamar.

—Necesitamos animales.

Zia sabe mucho de ellos, conoce aquellos en los libros, incluso ha dibujado y hablado de los que aún no hemos visto en ellos. Cuando Drake no se percataba solía tomar los libros, la emoción con la que ambos hablaban de aquellos seres terminaron llamando mi atención, suelo mencionarle uno al ojiazul y él lo plasma en su blog mientras lo veo hacerlo, se centra tanto en ello como cuando lee que a veces ni se percata que lo veo a él. Lo curioso es verlo utilizar ambas manos con destreza.

Entre estantes los escucho hablar sobre lo que buscan, con lentitud me retiro adentrándome entre otros pares de libros leyendo secciones y lomos. Era frustrante cuando no podía hacerlo, hubo un tiempo en el cual creí era definitivo, me ayudaron y después pude hacerlo, pude leer y escribir por mí misma. Cuando un título llama mi atención tomo el libro entre mis manos comenzando a hojearlo hasta detenerme en un párrafo para leer.

Compromiso rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora