39. Hermandad

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AKEMI

-¡Pa! -exclamo, acercándome al verlo adentrarse con un cuerpo desnudo en brazos, al distinguir su rostro me percato que se trata del alfa del Clan de la Penumbra. -¿Qué ocurrió?

-Desertores, se resguardaban en el bosque. Izan se interpuso cuando de la nada aparecieron otros, no pudimos salvarlo. Le haremos los honores esta noche y Gael tomara su lugar como alfa.

-¿Y su hijo? -pregunta Adel.

-Tiene seis -responde Gael.

-Tomara su lugar una vez cumpla la mayoría de edad.

Asiento con la cabeza percibiendo el corazón en el estómago, tan solo seis años y ha perdido a su padre a causa de desertores. Veo a mi padre alejarse perdiéndome de apoco en mis pensamientos, en ese aterrador recuerdo...

-Akemi -suspiro para voltear a verlo, sobresaltándome cuando un calor abrasador comienza a envolverme llevándome a otros recuerdos.

Respiro agitada una vez se abren mis ojos, más el calor que va en aumento persiste. Curiosa acerco mi mano al castaño de quien desprende dicha temperatura, Zia también se encuentra despierto. Sin saber lo que ocurre supone debe tratarse al hecho de ser híbrido por lo que sin dejar de observarlo permanecemos despierto esa noche, en el transcurso de la misma el calor disminuye hasta volver a la normalidad permitiéndome acariciarlo, duerme como si nada hubiera ocurrido.

16 de marzo

Percibo una mata de pelos restregarse a mi costado, cálida, suave y peluda. El cansancio no me permite despegar mis ojos, pero los pelos que rozan mi piel me producen removerme hasta finalmente abrirlos perdiéndome por un instante en el techo, no deja de encantarme. Cuando volteo la cabeza para ver al par de hombres que me acompañan un sobresalto me causa lo que veo, remuevo en su totalidad la sabana incapaz de no mirarlo tan sorprendida como confundida. Mi corazón tamborilea en mi pecho frenético, lo recorro con la mirada una y otra vez percibiendo un leve temblor instalarse en mis piernas; no obstante, me insto a calmarme.

Detallo el espacio que posee a la par que intento recordar algo, cualquier cosa que explique lo que ocurre; sin embargo, mi mente no coopera, abrumándome esa pequeña presencia hasta reconocer las ahora desechas prendas. Mi vista se dirige a la cabeza donde sus ojos aún permanecen cerrados, una duda se instala en mi sistema. «¿Acaso es...?»

Sin interferir su sueño remuevo a Zia escuchándolo quejarse, insistiendo hasta que me permite ver sus hermosos ojos y con la mirada le señalo a la mata de pelos, no tarda en tomar asiento. Cuando sus ojos se posan en los míos parece analizarme, además de saber lo que mi cerebro en este momento no me permite ver. Al descender la mirada una de sus manos acaricia su pelaje, lo que parece un cachorro se estira arqueándose para posteriormente bostezar y abrir sus ojos, el par de iris blanco me sorprenden aún más.

-¿Drake?

Su respuesta es una pata rozando su hocico que interpreto a cuando restriega sus ojos. Su pequeño cuerpo gira boca arriba con la vista en mi persona. Sonrío, desvaneciéndose esa sensación de incertidumbre, desciendo y deposito un beso en su peluda mejilla.

-Parece que tendremos que adelantar algunos detalles después de todo -expresa a la par que observa al castaño cachorro girar poniéndose de pie, se vuelve a estirar y sacude el cuerpo.

Sonrío cuando curioso observa sus patas para después lamerlas, mientras lo hace su mirada se posa en mí restregándose una vez termina, causándome reír por lo que acaricio su pelaje, lo beso nuevamente y deja que lo abrace.

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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