AKEMI
Mi nombre titula un nuevo apartado en el cuaderno mientras pienso en todo lo acontecido, lo revelado, lo recordado y lo que hasta ahora he aprendido o mejorado. ¿Quién soy? Es la pregunta del día que ronda mi mente mientras observo la hoja en blanco, acto seguido levanto la mirada encontrando mi reflejo en el gran espejo. Mis dedos juegan con la pluma en mi mano hasta que mi mirada desciende dispuesta a plasmar sobre aquella hoja.
Provengo de Sol Saliente el continente más extenso en el mundo, un sitio cálido no solo por el calor que lo envuelve sumergido actualmente en la penumbra del Clan que posee el mismo nombre. Mis padres Youhei Espax y Chizue Armitt fueron los protectores, Rey y Reina del Reino de las Sombras, fallecieron al igual que todos en el reino. Gran parte de mi origen yace muerto, la otra intenta mantenerse a flote tal como hice durante todo este tiempo.
Sonrío con tristeza, no he perdido mi esencia, pero tampoco soy la misma. Ahora soy la madre de un pequeño híbrido, Zia aunque no de sangre es su padre tal como Adel se volvió mi hermano, aunque no compartiéramos lazos sanguíneos. Lo curioso es la manera en cómo los tres nos complementamos, poseemos diferencias, pero al mismo tiempo somos similares. Zia no solo se ha encargado de enseñarle a Drake, sino a mí también, eso ha ayudado a mi memoria. El castaño ama aprender, a mí me aburría, Zia se enfocaba más en lo que le causaba interés. Amo el sol, sentir su calidez, puedo permanecer inmóvil con el único fin de tomar el sol; Drake es inquieto, cualquier estación le parece bien, además le gusta estorbar cuando tomo el sol para luego abrazarme reconfortándome con su calor; el pelinegro disfruta más estar bajo la lluvia, después de todo es de Luna Gris.
Las flores me alucinan, estar rodeada de naturaleza es gratificante, a Zia le provee de tranquilidad, el castaño por su parte está bien mientras tenga compañía. El ojiazul siempre soñó con viajar, yo también y a los tres nos fascinan los animales.
Sonrío mirando hacia la ventana, una leve brisa entra agitando la cortina con suavidad, el sol comienza a hacer acto de presencia. Durante este tiempo hemos entrenado arduamente, Drake ha aprendido a manipular la espada, así como su fuerza, Zia no duda en que será poderoso. Por mi parte tras tres semanas logré recordar cuando entrenaba, no soy de fuerza bruta aun así soy capaz de derrotar al ojiazul, soy más veloz que ambos y ellos me superan en fuerza. Por otra parte, los dos contra Zia es complicado, aún más al ser hábil con ambas manos. Nos hemos fortalecido, yo lo he hecho y prometo no volver a caer, luchare y no me rendiré. Otro dato curioso es justo ese, los tres pensamos exactamente lo mismo, no permitiremos que lastimen a los demás y yo, no me quedaré sola una vez más, mi ventaja es que para Zia luchar es como respirar mientras que Drake está decidido a fortalecerse y hacer lo que haga falta por los demás, cada vez se parece más al ojiazul.
Dejo a un lado el cuaderno una vez me gana el llanto, ganando esa sensación sin saber realmente la razón por la cual fluyen las lágrimas, simplemente lloro sintiéndome liberada, por primera vez me siento a gusto con lo que soy, con lo que he logrado y con el amor que siento por y de ambos. Aunque, nada me quitara esto, las cicatrices con las cuales he sido marcada, verlas causa dolor, son el recuerdo de lo que ocurrió.
Cierro los ojos controlando mi respiración, eso ha quedado atrás, ahora tan solo debo avanzar en lo que el futuro deparara. Hoy es un nuevo día, hoy se cierra un ciclo para abrir otro, hoy comienza mi nueva vida.
★★★
Cabizbaja y con ambas manos en donde las cicatrices me marcan cierro ojos y puños, crean en mí desconfianza, pero quiero hacerlo, suspiro tranquilizándome escuchando la puerta cerrarse. Levanto la vista mordiendo mi labio inferior mientras camino rumbo a la puerta, nada más la atraviesa me coloco de puntas y lo jalo de la playera para besarlo degustando el néctar de sus labios, mordiendo su labio, jugando con su lengua, atrayéndolo al tomarlo de la nuca jugando con su cabellera ahora corta. Una sonrisa se plasma en mi rostro cuando las yemas de sus dedos se deslizan por mis piernas gozando del recorrido que estos hacen hasta elevarme para rodear su cadera permaneciendo sus manos en mis muslos.

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Compromiso roto
VampirgeschichtenAkemi lleva años siendo sometida, prisionera de quien debía protegerla, mismo que lleva a cabo actos crueles con tal de satisfacer sus deseos carnales. La antes muñeca de porcelana, gentil y delicada, es ahora un simple títere que lleva tras de sí u...