NARRADOR
Internados en el bosque una niña recolecta flores de diversos colores, su expresión es seria al recolectarlas, minuciosa elije solo las mejores. Con un gran ramo en su diminuta mano, con la otra sonriente sujeta a su hermano lista para encaminarse rumbo al Clan de la Penumbra. Esa es la primera vez internándose en propiedad canina, pero no la primera vez que ve a miembros del mismo, es habitual encontrarlos por el reino especialmente a quienes suelen acompañar a su padre.
Al ingresar, sorprendida recorre el lugar con la mirada, la tez de hombres y mujeres es más oscura. Sus pasos se detienen a la par que Adel quien pregunta por la estadía del alfa a un par de hombres, mientras ella en la lejanía distingue un rostro conocido. Llama su atención una vez lo escucha agradecer señalando en dirección de un grupo de jóvenes. Una vez se detienen se apega a la pierna de su hermano escuchándolo saludar, preguntando una vez más por el alfa aun sabiendo ya las indicaciones para llegar a él, haciéndolo únicamente para darle tiempo a ella quien tímida mira los ojos del joven que los acompañaba ese día.
Ojos verdes grisáceo, la pequeña muerde su labio llamando nuevamente la atención de su hermano.
—No hay verde -susurra.
—Una amarilla y una azul -le dice.
Asiente con la cabeza seleccionando las flores de dicho color, acto seguido alza la vista sonrojándose al detectar varios pares de ojos en su dirección. Alentada por su hermano se acerca al joven extendiéndole las flores seleccionadas.
—Por papá.
El joven sonríe apreciando la ternura de la pequeña que hace tan solo unos días los espanto.
—Son lindas, gracias.
Se despiden repitiendo una vez más la acción al encontrar en el camino a otro que ese día los acompaño. Adel visualiza al alfa en compañía de hombres, viendo a la pequeña a su lado se acerca a interrumpirlos saludando cordial a la par que se disculpa explicando el motivo de dicha intromisión. Akemi por su parte se muestra cohibida ante varios ojos puestos en ella hasta que el alfa, se coloca frente a ella de rodillas.
—Princesa Akemi -El hombre le sonríe acostumbrado ya al tímido comportamiento de la menor. —No es necesario agradecer, es un placer cuidar de ambos y me alegro de que tu padre se encuentre mejor.
Los ojos rojos de la pequeña no se despegan de los del hombre alucinada con el brillo que el color dorado en ellos posee. Al descender la vista a sus flores selecciona las que cree adecuadas entregándoselas a él.
★★★
De vuelta en su hogar se muestra más relajada manteniendo aún flores en su mano. Contenta corre hasta la sala sin detenerse subiendo con sigilo al mueble para lanzarse a su padre a quien abraza fuertemente. Deposita un beso en la mejilla de su padre antes de acomodarse sobre sus piernas estirando el brazo con las flores en dirección a su madre. Cuando su mirada recae enfrente avergonzada su espalda se pega al cuerpo de su padre, frente a ellos un hombre de mirada penetrante e intimidante.
—Akemi, Adel, él es Artem un amigo y Rey de Luna Gris.
El joven saluda con respeto al hombre y una trémula voz se escucha de la menor cuando su padre le pide saludar. Cohibida juega con sus manos mirando de soslayo de vez en cuando al invitado mientras los adultos conversan. En el momento en que es capaz de ver más allá de lo penetrante que es su mirada queda embelesada, curiosa desciende de las piernas de su padre, cautelosa se acerca subiendo al sillón de enfrente para acercarse al hombre, ya a su lado le es imposible no acariciarle el parpado.

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Compromiso roto
VampirAkemi lleva años siendo sometida, prisionera de quien debía protegerla, mismo que lleva a cabo actos crueles con tal de satisfacer sus deseos carnales. La antes muñeca de porcelana, gentil y delicada, es ahora un simple títere que lleva tras de sí u...