Detrás (Enzo Fernández)

Thirty-five

________ observa a Tiziano mientras se acuesta en la cama lista para irse a dormir esperando, obviamente, a su madre para que le de las buenas noches. Agarra su peluche de panda y lo rodea con sus brazos sosteniéndolo con fuerza como que si alguien pudiera robárselo.

_________ entra en su cuarto con una sonrisa, le deja un beso en la frente mientras la acomoda bien.

- Duerme bien- susurra.

- Claro, mami. ¿vas a dormir ahora?-

Hace gesto que no con la cabeza acariciándole la mejilla no dejando esa hermosa sonrisa de sus labios.

- No tengo sueño, voy hacer todo lo posible para que me venga-

Asiente y se pone en una posición cómoda para dormir, _________ apaga la luz cerrando la puerta lentamente para después suspirar profundamente. No puede fingir y hacer como que si no le dolió el mensaje que le mandó Valentina horas atrás, sabe perfectamente que esa es la verdad y que Enzo quiere divorciar lo más pronto posible; no hay necesidad que se lo recuerden todos los malditos días.

Ya realizó que en este juego ella perdió.

Se sienta en el sofá con la mirada en la pantalla negra de la televisión, el silencio se apodera de toda la casa sintiéndose completamente sola sin la ayuda de nadie. Las lágrimas comienzan a salir recordando que es solo una perdedora, ¿algún día podrá obtener su premio?

Su garganta arde aunque si no ha gritado.

Se acuesta en el sofá viniendo le a la mente esos pequeños momentos de su vida en donde fue feliz. No pensaba que esas serían las últimas veces que iba ser feliz con él, no estaba dando un vistazo al futuro para ver que esos pequeños momentos iban a desaparecer para siempre. Es demasiado ingenua como le dijo una vez Enzo. Ingenua como Julián Álvarez.

Aprieta el almohadon con fuerza, siente que de un momento para el otro el corazón le va a estallar, nunca había probado ésta sensación tan grande de dolor. ¿Por qué la vida tiene que ser así de injusta? El ojo le pulsa de dolor, los doctores dijeron que fue un golpe demasiado fuerte ya que los vasos sanguíneos se rompieron causando ese color rojo intenso en su ojo, fue afortunada ya que por un golpe así habría podido perder la vista.

Lo mismo vale por el cuello.

Todas las veces que se mira al espejo, ve un monstruo con todos esos moretones manchando su piel. Tubo que mentir a la prensa diciendo que se calló de la escaleras; fue gracioso, todos creyeron a esa tonta mentira.

Otro punto para Enzo Fernández.

Las horas pasan, abre sus ojos algo asustada al sentir la puerta sonar con insistencia haciéndole venir un dolor a la cabeza por el ruido, mira el reloj dándose cuenta que son las tres de la madrugada. Por un momento, la idea de no ir a ver quien es le atraviesa por la mente, pero cuando siente que gritan su nombre se decide a abrir la puerta al descubrir que esa voz será la única que le hará palpitar el corazón como la primera vez que lo vio.