Capítulo 2

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Me doy la vuelta y veo a la misma persona que hace unos minutos atrás no quitaba su mirada de mí, lo tengo cerca permitiendo apreciar lo atractivo que es. Sus ojos son de color marrón, sus pestañas no se logran ver de lo rubia que son y sus facciones son muy marcadas. Su cabello está muy desordenado y puede que por su altura intimide a las personas como lo está haciendo ahora conmigo. Mi mirada pasa a sus labios los cuales son muy gruesos y están mojados...como me gustaría besarl...sacudo mi cabeza para sacar ese pensamiento de inmediato.

—¿Me escuchas?

—No fumo gracias.— le quito la mirada.

—Espera, ¿tú cuántos años tienes? —sonríe.

—Dieciocho. 

—¿Dieciocho?, si pareces de quince— comienza a reírse fuerte, provocando que las demás personas de nuestros alrededor nos comiencen a mirar, haciéndome sentir  incómoda.

Me gustaría gritarle a todo pulmón lo idiota que se ve riéndose, sin embargo debo admitir que su risa es tan agradable entonces mejor me quedo en silencio reprimiendo mi enojo, solo lo fulmino mi mirada. Que me vea de quince no es ninguna novedad, la mayoría de las personas que me conoce piensa lo mismo, solo que en sus labios se siente diferente.

—También eres muy tímida por lo que veo—lo escucho hablar nuevamente atrayendo mi atención al presente.

—¿Algo más? —respondo con voz sería.

—Si, cuando te enojas frunces el ceño, tal cual como lo estás haciendo ahora—me indica rozándome con su dedo.

Llevo mi cabeza hacia atrás al sentir su roce frío en mi, me tomo de sorpresa y mi cuerpo supo que algo me sucede porque siento mis piernas un cosquilleo como si me fuera a caer.

—Bueno ahora que terminaste con tus burlas me puedo ir— le digo intentando disimular que algo me sucedió interiormente, me doy la media vuelta para volver a donde está Lena, el camino se hace eterno y eso que solo estamos a centímetros.

Lo escucho reírse nuevamente realmente es un imbécil.

—Tengo una idea —grita Adri.

—Tus ideas son malísimas amor— le reponde Matilde acercándose para darle un beso.

—¿Hagamos una competencia con algún juego de la consola? 

—¿Y? —contesta Matilde impaciente. 

—Que el ganador elija si la otra persona se toma un shot de whisky o se saca una prenda, una prenda que se pueda ver alguna parte del cuerpo oculta—propone alegremente Adri.

—Eso es una trampa, tú vas a ganar —reclama Matilde.

—Bebe eres tú la mala jugadora pero no te preocupes que luego me verás completito, le responde Adri cerrándole un ojo.

Reímos todos.

—Juguemos sin quejas.

—Siempre tan agradable César—le comenta Matilde moviendo la cabeza en negación.

— Comencemos anda con tu novio, la rubia con Dante y la de melena conmigo, si los demás quieren jugar se van uniendo— ordena tajantemente ese tal César.

Deseo que esto terminé pronto para llegar a casa Y olvidarme de que vine aquí. Hasta el momento se me ha hecho difícil relajarme sobre todo cuando tengo a ese idiota intimidándome si no es con la mirada, es con su risa y sino con sus palabrotas, dándonos órdenes, ni siquiera nos dejó elegir las parejas y encima
me llama "la de melena'' acaso no sabe mi nombre, ahh imbecil, me muerdo el labio de rabia.

—Quién empieza—pregunta ese tal Dante que tiene la mirada fija en las bubis de Lena.

Puedo ver como ese idiota buscar hacer conectado visual conmigo.

—Nosotros—salta Matilde, exhalo el aire reteniendo agradeciéndole con la mirada por salvarme, se debe haber dado cuenta.

Luego de un rato jugando se forma una pequeña discusión donde Matilde se enoja con Adri por no hacer lo que ella quiere. Mientras que por otro lado Dante se toma su shot de whisky en silencio, ahora llegará mi turno y solo pienso en una cosa ganar, no puedo quedar como una perdedora y mucho menos deseo sacarme alguna prenda, mi cuerpo no esta bien en esta temporada, debo depilar mis piernas, me pechos no son grandes como los de mis amigas, mi ropa interior no es para nada sexi al contrario y tomar un shot de whisky me puede mandar a hacer cosas no deseas, cómo comenzar a gritarle a ese idiota o quizás besarlo, muevo la cabeza para borrar esos pensamientos.

Me acomodo en el sillón y él hace exactamente mismo, puedo sentir el roce de su cuerpo con el mío haciendo de mis nervios una bomba queriendo explotar en este mismo momento. El sofá es pequeño solo caen dos personas, de igual manera intento moverme hacia el pequeño espacio que queda libre, alejándome un poco para relajarme debo mostrarme segura, yo puedo. Mis manos comienzan a moverse y a transpirar, lo disimulo pasándolas por los pantalones en forma de caricia como si tuviera frío, espero que no se de cuenta.

—¿Sabes cómo usarlo?—me pasa el control rozando nuestros dedos.

—Si, podemos empezar —le respondo rápidamente. 

—Relájate, aún no te quiero ver sin ropa —me mira con picardía.

Siento como mis mejillas se tiñen de rojo, el calor de esta sintiendo, lo está haciendo a propósito para provocarme, no dejaré que piense que lo está logrando.

Minutos más tarde

—¡Gané! —grito eufórica, riéndome en su cara, sonriéndole por primera vez.

—Solo fue suerte, no te alteres tanto —exclama molesto.

—Entonces tengo buena suerte —le guiño un ojo. 

Lena ríe.

—Pero hombre te dejaron como perdedor —escucho que le dicen.

—Eso quisiera... igual podríamos ir por la revancha ¿no?

Sonrío —Lo siento, por ahora deberás tomarte tu shot de whisky, a nosotras ya se nos hace tarde.

Mis amigas comienzan a levantarse entendiendo mi tono de voz el cual dice a gritos deseo irme ahora mismo.

—¿Pueden esperarme un poco? —nos dice Lena —Solo necesito ir al baño.

Matilde va a donde está Adri y yo saco mi teléfono para mirar la hora, son las once alcanzaremos justo el último metro, menos mal mi madre me comenzará a llamar pronto.

Voy sintiendo un leve cosquilleo en mi oreja haciéndome llevar mi mano hacia ella, en el intento alguien me la agarra de manera brusca.

—La próxima vez que nos veamos pienso quitarte toda la maldita ropa en ese sofá y esta vez el que ganara seré yo y tu solo me pedirás más —sopla en mi oreja suavemente soltando mi mano.

Tu mirada dentro de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora