Capítulo 23

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Fiesta

Me recogí el cabello en una coleta baja con mucha crema de peinar para que quedara bien. El vestido es largo entonces me tapa completamente los pies a pesar de traer unos tacones altos. Mi espalda está toda descubierta, preguntándome si será mucho, aunque hoy me siento bonita a pesar de lo extraño que es verme vestida de esta manera, incluso me maquille resaltando los labios con un rojo intenso para que combinara todo.

—Esta vez si estas muy sexi Lurdes —comenta Lena abriendo muchísimo sus ojos.

—¿Me pasé con el vestido verdad? —dudo.

—Esa es mi amiga, siendo una chica sexi esta noche —escuchó la voz de Matilde alentándome.

Me da vergüenza su comentario, mis mejillas en este momento me deben delatar.

—Estas muy bonita de rosa —miro de manera tierna a Matilde, cuando se que odia ese color.

—Tengo que parecer niña buena — arruga la nariz —Estarán los padres de Adri. 

—Nos podríamos ir —salta David molesto.

Está con Isabel en la parte trasera de la camioneta y van combinados, no creo que sea una casualidad se deben haber puesto de acuerdo. 

—Te ves muy linda Isabel —le digo para ver la reacción de David, él cual no me mira.

—Gracias, tú también —sonríe mostrándome sus dientes por primera vez, los cuales se ven muy blancos y me pregunto si hay algo más que tenga oculto.

El hermano de Lena es muy prudente para manejar, entonces el camino se nos hizo un poco largo.  No quise comentar nada cuando hablaban, la incomodidad se siente de lejos. Cierro mis ojos para que el viaje se pase más rápido, quedándome dormida.

—Lurdes hemos llegado —unas manos mueven mi cuerpo.

Lentamente abro mis ojos y me comienzo a estirar como si fuera un segundo despertar, me arreglo el vestido para bajar, soy la última en salir.

Está repleto de autos a mi alrededor, la casa que ven mis ojos es inmensa y se encuentra en medio de mucha naturaleza. A medida que vamos entrando voy quedando sorprendida porque la piscina que ahora está repleta de luces en este momento es del porte de mi patio. Las mesas están decoradas muy elegantemente con bandejas que cada una te va indicando lo que vas a comer. Las personas están con atuendos carísimos y algunos de ellos podrían ser perfectamente el jefe de mis padres. 

Se nos acercan un camarero ofreciéndonos una copa de espumante, todos aceptamos que debo comenzar esta noche con valentía para todo lo que se me viene encima. La persona que espero con tanta ansia vendrá acompañado y con solo pensarlo se me comienza a formar un nudo en la garganta.

Estoy tan inquieta que mantenerme sentada lo hace casi imposible, necesito moverme.

—Iré a dentro un poco —busco mi pequeña cartera donde guarde lo esencial, mi teléfono, las llaves y el labial para retocarme. —Me cuidas esto, vengo enseguida —le pido a Isabel que se encuentra a mi lado, solo asiente.

Caminar con estos tacones no está siendo nada fácil, más cuando el pasto está tan húmedo, a quien se le habrá ocurrido la brillante idea de regarlo antes de una fiesta. 

Entro por la parte trasera de la casa justo donde queda la cocina, se encuentran personas trabajando, camino un poco más hasta que viene un señor mayor hacia mí con no muy buena cara.

—¿Qué es lo que necesita señorita? —me pregunta seriamente.

—Algo para tomar —le respondo tímidamente.

Tu mirada dentro de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora