Tu mirada dentro de mí

Capítulo 21

Me vi en medio de dos caminos, el primero es seguir mi corazón y el segundo es rellenar ese vacío haciendo vista ciega a todo. Solo una persona podría construir en él por eso elegí la primera opción. Aunque el día de mañana me encuentre completamente destrozada en mi cama esperando a volver a ser reconstruida.

Me encuentro sentada esperando a que vengan a recogerme, hace unos minutos que salí de clases de inglés. Fue un día abrumador de mucho trabajo. Isabel desde la fiesta que está actuando de manera extraña, habla muy poco y me evita cada vez que puede, por otro lado, David también está faltando a clases, pienso que debe estar con turnos extra en el bar, le estuve mandando mensajes y venga y no responde, todo esto es muy raro.

Por otra parte, Matilde insiste en convencerme de asistir al cumpleaños de Adri. Será en la casa de sus padres que viven a una hora de aquí en el pueblo de al lado y nos tendríamos que quedar allí. Nos invitó a todos, también podemos ir con algún invitado. La temática es formal, tengo un vestido rojo que me regaló mi padre hace unas navidades pasadas, fue el regalo más raro de la vida, sin embargo, se lo agradecí igual. Lo estaba guardando para una ocasión especial, ahora me podría servir.

—¿En quién piensas tanto tú? —susurran en mi oído haciéndome saltar.

—César no hagas eso —me doy la vuelta quedando frente a él.

—Estabas esperando a que te dieras cuenta de mi presencia, pero no reaccionabas —besa mi mejilla.

—Tengo mucho frio, subamos al auto —me levanto.

—Estas muy desabrigada —pasa una mano por mi espalda.

—Ya no es invierno.

—Las tardes siguen frías.

—¿Cómo te fue en el veterinario? —su gatita no quería comer.

—Bien, le dieron unos medicamentos que debo ir a comprar, antes de subir acompáñame aquí a la vuelta está abierta una farmacia — se saca su chaqueta para ponérmela.

—Te puedes resfriar, estoy bien —se la devuelvo.

—Estoy con camisa, póntela —me ayuda.

—¿Y qué pensabas tanto? —toma mi mano apretándola.

—Matilde quiere que vaya al cumpleaños.

— ¿sábado?

Asiento mirándolo en busca de alguna respuesta.

—Puedes ir, bueno si quieres.

—¿Te incomoda que vaya?, tú estarás acompañado.

—Solo tendré que reprimir mis ganas de estar a tu lado, nada más —sonríe — Quiero que vayas me gustaría verte.

—¿Estás seguro de que será una buena idea?

—Nos escapamos cuando nadie nos ve, ¿cuál es el problema?

—No juegues con eso...enserio no quiero causarte problemas.

—Solo me preocupas tú, ¿estarás bien?

—Lo estaré —le aseguro.

—¿Qué película veremos entonces? —pregunta entusiasmado

—Me da igual, mientras no sea de terror.

—Busque en la cartelera —saca su teléfono —Esta se ve buenísima —me muestra el tráiler de una peli comedia.

Luego de pasar por los remedios nos fuimos directo al cine, llegamos justo cuando comenzaba la película. Pago la sala donde podíamos pedir para comer, entonces ganó las hamburguesas con patatas fritas las cuales estaban deliciosas. Disfruté mucho, nos reímos bastante y hace años que no pisaba una sala de cine.

—Estamos llegando a tu casa —escucho una voz lejana.

—Humm —me muevo acomodándome en el asiento.

—Lurdes...

No reaccionó, tengo mucho sueño y la calefacción está agradable.

—Lurdes —besa mis labios —Vamos tienes que entrar.

—No quiero.

—Es tarde, tendrás problemas con tu madre.

—No me importa.

—Vamos —vuelve a besarme —Arriba —sopla mi cara haciendo reaccionar.

—Que pesado eres —le digo mientras abro mis ojos bostezando.

—Quédate con mi chaqueta, otro día me la devuelves.

—Gracias.

—Ven aquí — esta vez le devuelvo el beso.

—Te veo el sábado.

Hago un puchero —Estaba muy bien durmiendo y me quiero quedar.

—Vale no pongas esa cara —me da el último beso —Anda, entra para que sigas durmiendo.

—Buenas noches César.

—Buenas noches Cariño.