Dos semanas despuésEste viernes cumplo diecinueve, hace muchos años que no hago ninguna celebración. Siempre lo deje pasar como un día más a pesar de que mi madre me comprara una torta para apagar las velas pidiendo tres deseos, cumpliendo la tradición. Esta vez mis amigas están organizando una fiesta en mi casa, de primera me negué y luego lo pensé bien. Mi madre saldrá y no debo moverme de mi casa, es lo mejor por esa razón acepte la propuesta.
Lena quedó como la encargada de anotar todo lo que necesitamos para luego ir de compras. Estoy haciendo doble turno en la chocolatería para poder tomar libre el viernes, las clases de inglés me las graba David cuando no puedo asistir. Luego me la pasa explicando todo. Intento faltar lo menos posible pero un día como hoy cuando salgo a las nueve no alcanzó a llegar.
— El viernes haré una fiesta en mi casa por si quieres ir —le digo a mi compañera de trabajo Isabel, la cual es amiga de infancia de Lena.
—¿Yo? —pregunta sorprendida.
—¿Quieres ir?
—Es que... quiero decir me sorprendí, gracias —sonríe.
—No es nada —le aseguro.
—¿Debo llevar algo?
—Solo tu presencia —sonrió.
—Muchas gracias, Lurdes.
Pasé la tarde ocupada y me olvidé de que debo mandarle un mensaje Enrique. Cómo mi interés personal no va con él sino con la persona que lo entrena, debo saber jugar. Por eso mi invitación va hacia él y sus amigos, es la única manera que no sospeche nada. Le quería responder el mensaje que me llegó hace un par días atrás, pero me gusta saber que al final si me busco.
—Llegas a tiempo —David se pone a mi lado ayudándome a cerrar la cortina del local.
Besa mi mejilla en forma de saludo —Salimos más tarde de clases, aquí tengo los apuntes.
—Muchas gracias —se los recibo.
—¿Cómo estuvo el día? —pregunta.
—Cansador, me duelen los pies —me sujetó de él.
—Si quieres te llevo —me indica su espalda.
—Claro que no.
—Estuve buscando hoy lugares donde irme, Londres llamó mucho mi atención.
— ¿Londres?
—Sí, me gusta, mande un correo a una universidad para saber el tema de las becas y postulaciones.
— ¿Nueva York?
—Pensé que ibas a elegir Londres también.
— ¿Como?, ¿Quieres que me vaya contigo?
—Esa es la idea, sola tú en un lugar tan lejos de casa es preocupante, deberías mirar las universidades y alquilamos juntos de esa manera nos dividimos los gastos y sería todo menos complejo que estar solos.
—¿A qué te refieres con que sería preocupante?, ¿no confías en que puedo estar sola?
—Confió en ti, solo necesitas...olvídalo Lurdes, haz lo que tú quieras.
—¿Ser más estable es eso?, dilo si sé que todos piensan que necesito ayuda.
—No dije eso.
—Lo querías decir.
—No, dije que me quiero ir contigo y eso no lo entiendes.
—Porque te doy lastima.
—Nadie...Lurdes jamás has dado lástima, ¿por que dices eso?, solo quiero que nos apoyemos mutuamente estaremos lejos de casa y si encontramos una universidad en el mismo lugar sería mucho mejor —me abraza.
— Lo siento no he estado bien últimamente, también quiero irme contigo necesitaré de alguien que me conozca a mi lado cuando las cosas no vayan bien y si eres tú me harás sentir bien en lugar que estemos...solamente quiero que confíen en que puedo conseguirlo.
—Confió en ti.
— Te quiero David.
—Te quiero Lurdes.
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Tu mirada dentro de mí
RomanceCuando una persona nueva llega a tu vida por más que no quieras todo tu mundo se comienza a mover. Las mañanas son menos complicadas al levantarte, el sabor del café es más intenso y cuando vas a toda prisa porque el autobús te deja, comienza a sona...