Capítulo 23

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Por primera vez en mucho tiempo, Liam sentía que no tenía que preocuparse por nada. Sentía mucha euforia y alegría.
Y él sabía perfectamente que era culpa del alcohol y además del hecho de que no tenía mucha tolerancia a ninguna bebida alcohólica.
Pero en realidad no le importaba en lo más mínimo porque se estaba divirtiendo.
No recordaba la última vez que había bailado sin importarle quién le esté mirando.

Además, agradecía que Karl no lo haya dejado para irse con algún chico o chica porque a pesar de que el rizado podía cuidarse solo, Liam se sentía responsable de él. Bueno, tenía que admitir que también era porque no quería estar solo en un lugar lleno de personas desconocidas.

-Oficial Payne, ¿Es usted heterosexual? -preguntó Karl arrastrando un poco las palabras.

Hace algunos minutos, se habían sentado en una mesa para tomar un poco de agua y así bajar un poco su borrachera mientras hablaban.

-Puedes llamarme Liam -le dijo el castaño-, y creo que hubo un tiempo en el que pensé que era heterosexual -añadió soltando una risita- ¿Que hay sobre ti?

-Uh... yo soy muy gay -manifestó Karl-, pero nunca tuve novio -confesó poniendo un puchero-. ¿No es eso injusto? ¿O es que no soy lo suficientemente bonito?

-Yo creo que eres muy bonito -le dijo Liam-, y estoy seguro que pronto conocerás a la persona indicada.

-Eso espero -suspiró el rizado-, como sea ¿Y usted? ¿Tiene novio?

-Mmh... Es... complicado -repuso Liam frunciendo el ceño.

-¿Discutieron?

-Ojala solo fuera eso -respondió Liam con una triste sonrisa-. Pero es complicado porque... hace menos de una semana que él se fue -sintiendo su voz temblar-, que él falleció y... uh... creo que es la primera vez que lo digo en voz alta.

Liam no era una persona que hablara fácilmente sobre sus sentimientos, pero en éste momento solamente quería desahogarse un poco, hablar con alguien.
Y no se equivocó porque, sin esperarlo, Karl lo abrazó y Liam simplemente apoyó su cabeza en el hombro del pequeño rizado, devolviéndole el abrazó sintiendo calidez.

-¿Cómo era él? La persona que amabas quiero decir-preguntó Karl después de un rato.

-Él era la persona con más mal genio que conocí, y nuestro primer encuentro no fue la situación más romántica, ni de cerca -dijo Liam, sonriendo con nostalgia por el recuerdo-, pero detrás de toda esa seriedad había un hombre dulce y lastimado que siempre trató de demostrarme cuánto me amaba.

Liam no pudo evitar que las lágrimas cayeran por su rostro y mojaran la parte del hombro de la camiseta de Karl pero éste solamente lo abrazó más fuerte.

-Suena como alguien genial.

(...)

Algunas veces Nick no podía entender cómo las personas podían estar en un lugar tan ruidoso y rodeado de personas con más perfume y colonia que alcohol en las venas.
Pero no tenía opción, era parte de su trabajo, aunque no era el peor lugar en qué había estado.

Nick sabía que debía pasar desapercibido pero era inevitable que algún chico o chica se le acercara y no precisamente solo para hablar. Así que cuando vió que una chica rubia caminaba hacia él, sin quitarle la mirada él simplemente giró un poco su cuerpo para mirar a otro lado.
Realmente no era algo que le molestaba, y quizás en otra circunstancias no le habría importado pero en éste momento estaba de mal humor porque nada estaba saliendo de acuerdo al plan.
Soltando un suspiro, observó hacia la planta baja, más específicamente a la barra y a la pista de baile mientras comenzaba a caminar al lado del barandal bajando las gradas pasando entre las personas.

Cuando estaba a punto de dirigirse hacia la barra se detuvo en cuanto vió a alguien que le parecía conocido.
Alex, quién recién había cruzado la entrada y caminaba directamente a la barra.
Era tan fácil reconocerlo. Aún tenía el cabello rubio y desordenado.
Fue como si volviera a tener a 17 años de nuevo, volvió a tener ese pequeño escalofrío como cuando lo vió por primera vez.

Quedándose donde estaba, Nick arregló su gorra asegurándose de que nadie pudiera ver todo su rostro. Porque de algo estaba seguro, si Alex estaba aquí, entonces eso significaba que no estaría solo.

Sin perder de vista al chico, Nick se acercó a la mesa más cercana a él y se sentó mientras sacaba su celular. Pero rápidamente levantó la mirada cuando alguien se sentó en la silla frente a él y simplemente se le quedó viendo con una mirada curiosa y una leve sonrisa en sus labios.

-¿Se te ofrece algo? -preguntó Nick frunciendo el ceño mirando al chico.

-¿Te gusta el anime? -preguntó éste de repente.

-¿Qué? -dijo desconcertado.

-Si gusta el anime -repitió-, ya sabes ¿One Piece, Shingeki no Kyojin, Dragon ball, Sk8 Infinity?

Soltando un suspiro,
-No -repuso Nick poniéndose de pie.

-Espera -incorporandose también-. Lo siento, sé no soy bueno para iniciar una conversación. ¿Pero en serio fue tan malo?

De acuerdo, tenía que admitir que el chico era lindo, además de que tenía unos hermosos ojos grises que se podían distinguir a pesar de las luces del ambiente. Y parecía un poco torpe, y también algo ebrio.
Pero no tenía tiempo para ésto. Había cosas más importantes.

-Si, fue desastroso -repuso Nick.

-Oh -haciendo un puchero mientras bajaba levemente la mirada-. ¿En serio?

Por alguna extraña razón, a Nick le pareció demasiado tierno ese gesto por lo que no pudo evitar sonreír levemente.
-¿Cómo te llamas?

-Karl.

-Bueno Karl, creo que... -interrumpió lo que estaba diciendo en cuanto vió hacia la barra y no vió a Alex-. Maldición -susurró-. Tengo que irme.

Sin decir nada más, Nick comenzó a caminar hacia la barra con rapidez pasando entre las personas.

Maldición.

Maldición.

Cómo pudo distraerse y perder de vista a su objetivo.

(...)

Liam sabía que no debería estar aquí, pero es que no pudo evitar seguir sus instintos en cuanto lo vió, así que sin pensarlo dos veces lo siguió.

Al principio creyó que era producto de su imaginación debido al alcohol, pero ahora estaba cien por ciento seguro de que era él, y es que, ¿quién podría olvidar a la persona que más daño le hizo? A la persona que le había quitado a quién más amaba.

Rykov.

Sentía tanta ira, tanto enojo.
Pero no podía actuar por impulso, porque era obvio que no estaría solo en un lugar así además Liam sabía de lo que era capaz ese psicópata.

Una voz en su mente le gritaba que se fuera de ahí pero Liam se negaba a hacerlo porque, ¿Qué probabilidades había de que Rykov estuviera en el mismo lugar que Liam?

Con cautela, caminó hacia un área un poco alejada ya que apenas se escuchaba la música y todo el bullicio.
Aunque si habían personas yendo y viniendo de ahí.
Se encontró en un pasillo con puertas distribuidas a ambos extremos de las paredes.

Respirando hondo, se acercó a la primera puerta y lentamente la abrió asomándose levemente para descubrir que era un cuarto simple donde la luz tenue dejaba ver unos sofás con mesas de centro.

Cerró la puerta sin siquiera entrar y caminó hacia la puerta de al lado, que estaba abierta ya que algunos chicos y chicas salían y entraban.
Al igual que el otro cuarto, éste tenía poca luz.
Vió alrededor tratando de no parecer sospechoso mientras caminaba hacia donde había más personas, pero al estar distraído chocó contra alguien provocando que el otro cayera al piso.

-Lo siento -dijo Liam ayudando al chico a levantarse.

Una vez de pie, el chico no dijo nada y solamente se alejó de Liam.

Con el ceño fruncido, el castaño vió que algo había caído de los bolsillos del chico y estaba en el piso.
Rápidamente lo levantó y se dió cuenta que era una bolsita de plástico con un par píldoras dentro.

Here u Are //Ziam//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora