Limerencia +21 © [Bilogia Obsesiones] #PGP2024 | Completa ✔

21:☆Flipar☆

Significado:
"Alucinar en todas sus variaciones. Una persona flipada, es una persona creída, y cuando flipas con algo es por qué estás alucinando".

N/A: Este capítulo será narrado por una de los personajes importantes para el desarrollo de la historia. Capitulo a capitulo se irán dando cuenta de que tan importante es para la trama de LIMERENCIA.👌🏼

Fiona:

—Buenas tardes.

—¡Vístete, niña! —le ordené sin preámbulos, a la joven que atendía fuera del despacho del esposo de mi mejor amiga y socia.

La secretaria de Thiago, solo llevaba puesta una bata barata que le transparentaba los senos. Ella se sonrojó y agachó la cabeza.

—Lo siento, su nobleza.

Rodé los ojos, odiaba que me llamarán así, pero por más que les dijera que lo dejarán, hacían caso omiso. Parecían robots programados para ser nuestros exclavos.

—¿Está Thiago?

—Si, pero...

—No hay pero que valga, ¡Y vístete decentemente! —le ordené por última vez.

Entré a la oficina de Thiago, hecha una furia. Caminé a la cantina y me serví un trago de martini que me bebí de un sorbo.

—Deduzco que por la manera en la que has entrado, es por qué has visto a ese pequeño hijo de put*.

Azoté la copa sobre el mueble de granito y me giré para mirar al cerdo que me observaba burlón desde su escritorio.

—Cállate, imbécil. Que ha diferencia tuya, yo si estoy pensando en la posibilidad de darle una lección a ese idiota —bramé encendida —. ¿Cómo mierda se le ocurre amenazarme a mí? —reí incrédula —. Pero si creé que con eso me va a detener, está muy equivocado. No soy una mujer que le tema a las amenazas, mucho menos a las de un chiquillo con dejes de adulto.

Thiago se puso de pie, rodeó su escritorio y se posó frente a mí.

—Deja el drama, mujer. Ambos sabemos que no lo dañarás por qué lo quieres, es idéntico a...

Levanté la mano y lo silencié con rigidez

—Olvídalo, tienes razón —las manos me temblaban aún del coraje —. Y puedo asegurar que es su hijo, con certeza. Dejé de grabarlo cuando cumplió 10 años, pero ahora ya ha cambiado.

—Si estás segura de eso, creo más en que no vas a lastimarle ni un cabello de su cabeza castaña.

Bufé iracunda ante la puntería en las palabras del gordo.

—Pero confía en que lastimaré lo que él más quiere, ese será su más grande dolor —sonreí con malicia, mientras miraba el librero de centro como punto fijo —. Lo doblegaré, vendrá arrastrándose a mí y estará tan dispuesto a todo, con tal de no hacerlo sufrir más. Ya lo verás, lo tendré comiéndo de mi mano.

El hombre tomó mis brazos y los comenzó a frotar de mis codos a mis hombros. Lo miré con el ceño fruncido, y él me dio una de esas sonrisas grotescas que lejos de animarme a tirarmelo, me asquearón.