Limerencia +21 © [Bilogia Obsesiones] #PGP2024 | Completa ✔

♡Extra 3: Un acto de amor♡

N/A: Esa canción 👆🏼 me recuerda mucho a Izan e Isla, sin duda habla de mis niños.❤😭

Por que su amor al principio era prohibido, pero ellos hicieron lo que se le dio la gana y de tanto amarse... bueno, ya sabe. Y ahora Isla tomó otra mano que no era la de él... 😭

Pero tal vez lo repitan... lo de la primera cita. ❤🥰

Isla:

Cuando volví a abrir los ojos, tuve que pestañear un par de veces más para acostumbrarme a la luz de la estancia en la que me encontraba.

—Catica.

—Eric, ¿donde está él? —pregunté con la voz pastosa.

El colombiano se puso de pie y me acarició la cabeza con suma delicadeza, tenía un semblante triste y cansado.

—Estuvo un par de días detenido, pero al deslindar responsabilidades y saberse de su caso, fue liberado. —me explicó con sutileza, sin dejar de peinar mi coronilla.

—Quiero verlo. Necesito que sepa.

—Lo sé, Cata. Tranquila, Izan no se ha despegado ni un minuto de usted.

—Por favor, dile que venga, no puede volver a dejarme así. —supliqué con debilidad.

—Déjeme lo llamo. —besó mi frente.

Eric salió de la habitación y a los casi quince minutos, Izan apareció con la mirada hundida y sus ojeras en claros días de desvelos.

—Isla.

—Amor. —apretó los ojos con fuerza al escucharme llamándolo así, no se había acercado a mí y eso me decepcionó.

—Me alegra ver que estés bien, Isla.

—Estamos bien, mi amor.

—¿Lo estamos? —me observó severamente.

—Si, no te preocupes, tuvimos una recaída pero lo vamos a solventar, juntos.

Izan me observó con la frente arrugada y una ceja enarcada.

—¿Una recaída, dices? —repitió con amargura —. No, Isla. Esto no fue una recaída, te he hecho daño desde que estamos viviendo juntos, quisimos aparentar que no y que todo estaba bien, pero no lo está y ambos lo sabemos. No sé puede tapar el solo con un dedo.

La respiración se me empezó ha agitar y comencé a sentirme culpable por haberme sentido mal cuando él solo me había hecho el amor igual que siempre me lo había hecho. Con rudeza y salvajismo, así era nuestra forma de entregarnos al placer y me maldigo por haberme sentido "violada" sólo por que me folló así.

Sonreí tranquila para que viera que estaba bien.

—Izan, lo podemos solucionar, esto también sólo fue una recaída y te juro que no lo volveré a hacer.

—Claro que no lo volverás a hacer —anunció con la voz débil. Detrás de él, un hombre alto de cabello color marrón y ojos azules con una bata blanca y un estetoscopio, me miró y sonrió con dulzura.

—Buen día, Isla.

—Hola. —susurré dolida a aquel médico que me observaba comprensivo.

—Puede decirle lo que encontraron en su cuerpo, por favor. —anunció Izan con sufrimiento.

—No creo que ella deba saber...

—Tiene que saberlo, es importante para que entienda la gravedad de la situación en la que hemos estado. —Izan miró al médico con seriedad.