Limerencia +21 © [Bilogia Obsesiones] #PGP2024 | Completa ✔

43:☆Ilunga☆

Significado:
"Una persona que puede perdonar una o dos ofensas, pero nunca una tercera vez".

Anahí se fue, volvió a Nueva York y con su regreso, el plan que orquesté comenzó. Por fin desmantelaría la organización del clan Egorova. Pero antes de tirar los dados, tenía que asegurarme de que mi gente estaba a salvo.En cuanto Aidan me confirmó que en efecto, todos estaban bien y que Isla incluso se veía más feliz de lo que las otras veces se logró ver, me calmó. Sabía que yo era parte de esa felicidad que ella sentía. Y por volver con ella ha casa, haría hasta lo imposible por acabar con todo esto.

Dejé de mirar por el ventanal del jardín, en cuanto escuché la voz rezumbante de Lenka, hablando en su lengua materna.

Ruso.

—¡YA skazal tebe pozabotit'sya o ney, kogda ona prizemlitsya!

"¡Te dije que la cuidarás en cuánto aterrizara!"

Bastian reacomodó el chicharo de silicón flexible que llevaba tras la oreja, para comunicarse con los demás escoltas. Posteriormente, movió su cuello ligeramente de un lado a otro y le respondió en el mismo idioma, que por suerte yo ya entendía a la perfección:

—Mne ochen' zhal', mem, no vasha doch' ushla ot Roderika, i vy ne smogli yeye nayti. On poshel iskat' yeye v yeye dome, no ne nashel yeye, i yemu skazali, chto ona, vozmozhno, ushla v obshchezhitiye kampusa.

"Lo siento, señora, pero su hija se alejó de Roderick y no la halló. Fue a buscarla a su casa, pero no la encontró y le dijeron que posiblemente se fue a la residencia del campus".

Lenka se giró y me observó, su semblante gélido me causó un poco de incomodidad, pero decidí no demostrárselo. Elevé el mentón y le dí un trago a mi vaso de whisky. Ella volvió su mirada al escolta y removió un poco sus hombros. Está vez, le habló en mi idioma.

—Encuéntrenla, no sé que tenga entre manos, pero algo oculta esa niña y necesito saber el qué.

—Si, señora.

En cuanto Bastian se perdió en el pasillo de la mansión, Lenka regresó su atención a mí. Pero está vez, dejando de lado su máscara prodigiosa y poniéndose la de una dama enamorada.

Me sonrió cautivante y contoneó las caderas cuando caminó hacía mí. Resoplé amargamente.

—Tú no tienes nada que ver con la desaparición de Dominka, ¿cierto, amor?