Capítulo 10

53 26 13
                                    

Keyllan estaba de vuelta en su suite, había terminado la reunión con Elijah, Marco y Charles y habían dejado todo organizado. Esa misma tarde volarían a sus destinos y mantendrian sus actividades habituales y verían a ver si nuevas amenazas aparecian.

Estaba dándose cuenta que la decisión de permanecer con la princesa fue muy impulsiva y en el fondo ella tenía razón, tenia gente de confianza para haberla protegido pero no queria alejarse de ella aún, era la excusa perfecta de permanecer a su lado y de que ojalá volvieran a estar juntos nuevamente. Eso último no sabía si sería posible, teniendo en cuenta que su princesa furibunda salió casi arrancando la puerta de su sitio.

Aprovecharía el vuelo para calmar su enfado y hacerla ver que no era tan mala idea que él permaneciera a su lado, y que además tenían cosas que hablar, al menos él quería hacerlo. Con esa idea en mente fue a darse una ducha y preparar su maleta, en menos de 4 horas despegarían con rumbo a Roma.

*****
Elieanora estaba furiosa, Keyllan había roto su promesa y le había impuesto su presencia delante de toda su familia, había tenido que luchar mucho para controlar su genio y no acabar desvelando el porqué se negaba a que él permaneciera a su lado en aquella situación. No entendía ese empeño en ser él su protector: la parte mas romántica de su ser gritaba que lo hacía por estar a su lado y su lado racional le indicaba que tal y como se tiraban las cosas a la cabeza por cualquier pequeñez podrían acabar matándose compartiendo casa.

Marco irrumpió en su dormitorio, con una sonrisa sacarrona en el rostro y sin más se tiró a la cama de forma dramática soltando un gran y ruidoso suspiro. Ese era su gemelo, su mitad, el que en medio de una tormenta conseguiría hacerla reír y al que jamás tendría que justificar sus sentimientos o sus acciones, él la entendia, como ella a él. Lo que ella sentía, él lo sentía y viceversa, a pesar de los años, eso no había cambiado.

-Nos quieren asesinar, vaya sorpresa ¿verdad?

Su tono despreocupado era una máscara igual que su fachada de seductor sin oficio ni beneficio. a pesar de las apariencias su hermano era un hombre inteligente que llevaba sus negocios al dedillo y había amasado una fortuna muy considerable en los pocos años de vida que tenía. Le encantaban los excesos en ciertas ocasiones, disfrutaba del sexo sin compromiso, se podría decir que si el sexo fuese comida, Marco sería la gula personificada pero no existian los compromisos en su futuro cercano, huía del amor y de los sentimienos casi más de lo que ella había hecho.

-Un poco sorprendente es, a ver si va a ser el marido de alguna amante tuya que ha descubierto que te cuelas entre sus sábanas en su ausencia.

-Ha ha ha, ¡qué graciosa eres hermanita!

-Mira quién habla.- adoraba a su hermano.

-Bueno, y ahora hablando de cosas realmente importantes, qué tal es volver a compartir cama con el majestuoso Keyllan McCarthy?- se estaba recolocando en la cama como si fuese a ver una película, le faltaba el típico cuenco de palomitas.

-Eres un metomentodo, ¿lo sabias?- la frustraba no poder ocultarle ciertas cosas

-Soy un sinvergüenza pero tú, Alteza Real, anoche disfrutaste de una maratón sexual con el millonario y poderoso K.

-Idiota,- y estalló en carcajadas-de acuerdo, pasamos la noche juntos.

-¡Era evidente! y ¿cómo llegasteis de desear arrancaros los ojos a arrancaros la ropa?

-K me propuso un acuerdo, una última noche juntos para quitarnos el sabor amargo del pasado y después no volver a vernos, sin ataduras. Accedí porque, aunque mi cerebro gritara que era una idea pésima, mi cuerpo exigía lo contrario.

-Asi que una noche de pasión y un dulce adiós.

-Exacto. Lo que no entiendo es porqué se ha ofrecido a hacerse cargo de mi seguridad él mismo, el trato no era ese.

-Creo, hermanita, que habéis jugado con fuego, soplasteis sobre las brasas de un fuego sin apagar y habéis encendido otra vez la fogata, os seguís deseando, él se ha dado cuenta de que no basta con una noche y creo que quiere mantener este affaire un poco más de lo previsto. Ahora la gran pregunta es ¿ que quieres tú? ¿por qué estás tan enfadada?

-Estoy enfadada porque no sé qué me espera, con el Keyllan furioso sé lidiar perfectamente pero con este K no, y le deseo, como hace años, pensé que eso ya no existía pero la intensidad es incluso mayor que entonces

Con un gesto de frustración total se tiró boca abajo en la cama al lado de su gemelo y este empezó a juguetear con un mechón de su pelo igual que cuando eran pequeños, era su forma de reconfortarla.

-Déjame pensar; yo no sé mucho de estas cosas y quizás mi opinion no sea la más acertada pero creo que debéis hablar, aclarar las cosas y dejar claro lo que está sucediendo, y si ambos deseáis lo mismo, podréis disfrutar de un sexo maravilloso mientras estéis juntos en todo este embrollo y al terminar, cada uno por su camino.

El razonamiento de Marco no estaba nada mal.

-Intentaré respirar, prepararé mis cosas y quizás
pueda mantener esa conversación en el vuelo.Me has sido de gran ayuda; por favor, ten cuidado, me aterra la simple idea de que os pueda suceder algo.

-Lo mismo digo, hermanita, estaremos en contacto y si necesitas que te rescate del dragón grande y que escupe fuego, solo avisa y acudiré con un ejercito a por ti- le dijo guiñándole un ojo; la abrazó y besó en la mejilla: se adoraban, esa era la mejor parte, que ellos como hermanos, los tres, se querían y no dudaban en demostrárselo.

-Vaya, ¿me puedo unir a ese gran derroche de amor fraternal o es solo ¨cosa de gemelos¨?- y ahí estaba el hermano que faltaba, que seguramente venía a preguntar qué había sucedido en su despacho hacía un rato.

-Si no queda otra, te abrazare- le pinchó Marco.

-A mí sí me vendría bien ese abrazo Leli- Elieanora abrió los brazos y su hermano acudió a ellos, fundiéndose en un abrazo de oso todos.

-¿Y ahora me vas a contar qué ha ocurrido con Keyllan? Pensaba que toda esa historia había quedado en el pasado.

-Claro que sí, hermano, si a lo que te refieres con pasado es a la noche pasada tienes toda la razón, nuestra hermana lo tiene muy en el pasado- Marco empezó a reírse como un maniaco.

-¿Qué?, ¿me estás diciendo que en la noche de mi coronación Keyllan y tú habéis planeado tener una aventura?- sonaba un pelín molesto.

- Las cosas se dieron así y se supone que nadie lo sabría jamás, que nuestros caminos se separarían y todo quedaría en el olvido.

-Entonces ¿tu ataque de furia visceral ha sido porque K ha incumplido con su parte?

- Premio para el rey.

-Vaya, y ¿qué tienes pensado hacer, bollito?

-Habláremos y veremos qué hacer, parece que él me desea a mí tanto como yo a él asi que hay que ver si nos comportamos como adultos capaces de mantener una aventura a muy corto plazo o acabamos matándonos.

-Suena interesante, Elvira lo sospechaba, dijo que la energía que se emana cuando estáis en la misma estancia es única.

-Genial, simplemente es genial, lo sabe todo el mundo, vaya secreto, ya solo falta que padre entre por la puerta y se sume esta charla.

Un amor implacable - trilogía el poder del amor 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora