Capítulo 21

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Eran las 18:30 y estaban en un atasco infernal, la Via del Fiori Imperiali estaba imposible, el sonido de los claxon de los coches se escuchaba continuamente y eso les tenía a ambos de muy mal humor, por no tener en cuenta que les habían fastidiado la llegada rápida a casa que necesitaban.

—¿Esto pasa a menudo?
—Es Roma, el conducir es una odisea ya lo sabes y hay horas muy desafortunadas, por no hablar del baile de turistas que en ocasiones lo imposibilita todo más aún si eso es posible.
—¿Eres consciente de que perteneces a la realeza? Sabes que podrías perfectamente hacer que te permitan el paso y poder llegar a nuestra casa ya.
—Keyllan, a veces eres como un niño pequeño, sé que puedo colocar los banderines y enseñar a los carabinieri* la documentación y me dejarían pasar, pero eso querido mío formaría un circo mediático de lo menos discreto y no estoy en un punto donde pueda lucir mi presencia tan alegremente, y tú lo sabes. - su tono de voz demostraba lo enfadada que estaba con la actitud de él, ella también estaba deseosa de llegar a casa y tener un respiro y todo eso la estaba volviendo más irascible.
—Me disculpo, tienes toda la razón, es que no soporto las esperas y honestamente estoy cansado, el no tener pista alguna me está volviendo loco, tengo la sensación de que nos movemos en círculos Eli, maldita sea, son como fantasmas y no me gusta en absoluto que vayan 20 pasos por delante nuestra. Tengo al maldito ejército investigando esto y lo único que hay como respuesta a mis preguntas es NADA

Había hablado con su amigo el general Burke y le había indicado que no había ninguna pista de la que tirar, habían revisado en el caso de Idara, en las amenazas anteriores y nada, no había nada.

—Mi instinto me dice que ya tenemos nuestra pista, estoy segura de que
Kane está involucrado de algún modo. Debemos tener paciencia,
Amenadiel informará pronto. - en lo más hondo de su ser sabía que había dado con la clave del entuerto, ahora debían cerciorarse y terminar de tirar de los cabos hasta conseguir averiguarlo todo.

—Espero de verdad que tengas razón. Siento haber perdido los nervios.
—No te disculpes, ambos los perderemos, mientras seamos un frente unido no habrá problemas o al menos, les buscaremos solución juntos.
—Cuando esto acabe tú y yo nos iremos de vacaciones a alguna parte solos, sol, mar, buena comida y así podremos planear nuestro futuro.
—Suena de maravilla, pero has dejado olvidada la parte donde nos pasamos el día haciendo el amor, y considero que esa parte es la más importante del viaje.
Keyllan estalló en carcajadas.
  
—He de reconocer que tu propuesta mejora muchísimo más mi plan- tomó su mano que descansaba sobre la palanca de cambios y beso sus nudillos.
—Por eso soy buena en los negocios, soldado, hago propuestas magníficas.
—¿Debo ponerme en modo hombre de las cavernas?
—Puedes intentarlo, quizás resulte divertido.
—Tienes mucho parecido con tu gemelo cuando bromeas así, Eli, esa picardía es muy de Marco.
—Santa María madre de Dios, no llegaré jamás al nivel de mi gemelo, él es único – fue ella la que empezó a reírse haciendo que ambos se contagiaran y terminar riendo juntos hasta que se les saltaron las lágrimas.

El tráfico había retornado a la normalidad y Elieanora había arrancado nuevamente el motor, se alejaron de la zona céntrica y callejeando fueron avanzado para llegar al apartamento, en menos de 15 minutos llegarían si no se encontraban más atascos. La canción de "Kings&Queens" de Ava Max sonaba en los altavoces del coche, la princesa la iba cantando por lo bajo mientras Keyllan la miraba sonriendo, no muchos la veían cantar y lo hacía bien. El momento de tranquilidad se dio por terminado cuando la llamada de Amenadiel se conectó al Bluetooth del coche.

—Buenas tardes, mi señora, ¿no han llegado aún a casa?
—¿Me estás rastreando Ami? - estaba sonriendo
—Siempre, alteza, mi trabajo y mi obligación es saber dónde esta para así poder cuidarla.
—Voy a darte vacaciones y será una orden real. ¿Tienes novedades para mí?
—No me gustan las vacaciones, señora, ¿acaso he hecho algo malo?
—Ami, las vacaciones no son un castigo, son una recompensa por el esfuerzo y el gran trabajo hecho por uno, pero ya lo negociaremos más adelante, ahora cuéntame qué es lo que has averiguado.
—No se equivocaba, en los últimos 3 años Julius Kane ha volado a Zafiro en 4 ocasiones utilizando un nombre y documentación falsa, lo descubrí con el reconocimiento facial en las cámaras del aeropuerto. En cuanto a llamadas, hay una línea contratada a nombre de James Label que es su falsa identidad que varias veces a la semana realiza llamadas a Zafiro, para ser más exactos a Palacio, la mayoría de ellas son largas, superan los 20 minutos, pero desde que mandaron la primera amenaza las llamadas son diarias, más de cinco al día y son inferiores a 3 min.
—Lo sabía, maldito enfermo. ¿A qué teléfono se hacen esas llamadas, Ami?
—Esa línea está a nombre de Jane Doe. *
—¡Cabrón!- la princesa dio un puñetazo al volante.
—Eli, por favor, aparca en donde puedas

Keyllan quería asegurarse de que no estarían en marcha arriesgando su vida en la carretera.

—Buenas tardes, Amenadiel, soy Keyllan McCarthy, un placer conocerte.
—El placer es mío señor, su ficha militar es impresionante.
—¿Me has investigado? - estaba muy sorprendido
—Me aseguro de saberlo todo sobre las personas que rodean a su alteza Elieanora y debo decir que estoy impresionado señor, su labor es brillante, tanto la militar como su faceta de millonario.
—Te lo agradezco, voy a tener que indagar yo también en tu pasado para igualar el marcador- estaba picado
—Puede intentarlo, pero le aseguro que yo no existo, soy una sombra desde el día de mi alumbramiento.
—(risa marcada) No me sorprende en absoluto, Amenadiel, ¿has intentado geolocalizar con los satélites las llamadas?
—Tengo ya ambos teléfonos pinchados, en caso de nuevas llamadas grabaremos todo y trataremos de localizar el punto exacto de la llamada, pero las anteriores el sitio que indican todas son el palacio, hay una de ellas que se recibió estando en Rubí y otra que pude descubrir que fue recibida cerca del despacho del Rey.
—Tenemos al maldito traidor en casa, han ido siempre por delante nuestra chicos porque nos ha estado escuchando, Ami, vuelve a revisar las fichas de los empleados, no son de seguridad, sino no habrían cometido el error de tener el GPS activado, mira bien entre camareros, limpiadores y familiares de los trabajadores más antiguos.
—Eli, estás segura de que vas a venir al evento del Refugio.
—Vaya, ósea que debo estar en peligro de muerte para que me llames por mi nombre- trataba de bromear, pero se le había helado la sangre.
—No te burles de mí, ya has visto que tu teoría era más que cierta, si es lo que pensamos ya saben que acudirás a la gala, es el momento perfecto para tenderte una emboscada.
—En eso tiene razón, Eli, estaremos con la diana pegada al trasero. Lo mejor sería cancelar el viaje. - en Nueva York eran presa fácil, les estaban esperando.
—Chicos, soy completamente consciente de que estoy corriendo muchos riesgos y que atacaran ahí, pero no voy a cancelarlo, el Refugio es muy importante para mí y tú lo sabes más que nadie Amenadiel, hemos luchado mucho por levantar ese proyecto y por hacerlo funcionar como lo hace, necesitamos el dinero que nos proporcionaran en la subasta. Además, ya sabemos que vendrán a por mí o a por Marco, es la mejor forma de pillarles ya y no alargar esto más.
—No estoy de acuerdo con esto mi señora, y los hermanos tampoco lo estarán, pero cumpliremos con sus órdenes y sus deseos. - ella era su salvadora, en muchos sentidos, su alma y su cordura dependían de la princesa y saber que su vida corría peligro le volvía a llevar a los días donde era llamado El guerrero de la muerte.

—Si soy sincera, a mí tampoco me apetece hacer de cebo, pero no nos quedan muchas más opciones. Informa a los hermanos Amenadiel, a M también, debemos armar una estrategia.
—¿Y Elijah? ¿qué hacemos tesoro, le informamos de los descubrimientos? - Keyllan tenía el cerebro funcionando a 1000000 de revoluciones por minuto, debían tener una estrategia.
—Si vamos a ser el cebo, dejaremos miguitas. Esta noche haré una videoconferencia con todos, les diré que hemos descubierto que Julius Kane está detrás de todo y que tenemos ya a la policía, ejército y a nuestros mejores hombres detrás de él, así su cómplice le avisara y nosotros estaremos escuchando.
—Es una buena idea, mi señor.
—Concuerdo con el fantasma.
—Sombra, señor, me resulta más elegante.

Elieanora y Keyllan estallaron en carcajadas.

—Sombra entonces, quién soy yo para llevarte la contraria, además me da la sensación de que podrías acabar conmigo mientras duermo y no me enteraría siquiera.
La carcajada lúgubre de Amenadiel inundó el coche.
—No se equivoca y mientras mi señora desee seré su protector también, pero si me pide aniquilar, seré muy rápido. Mi señora, me retiro, ahora informaré a todos, si hay novedades la notificaré.
—Gracias Ami, ve con cuidado.

La llamada se cortó y hubo un breve silencio.

—Ese hombre me ha puesto los pelos de punta, ¿de dónde lo has sacado?
—Y con razón, Amenadiel es un ser bondadoso, leal pero letal. Viene de una vida oscura, quizás algún día si él me lo permite, te compartiré su historia.
—Vaya, sí que ha sido dura su vida.
—Muchos se habrían quitado la vida ellos mismos si tan solo hubieran sobrevivido a un cuarto de lo que mi pobre muchacho sobrevivió.
—Él es especial, ¿verdad?, cuando hablas de los hermanos se te ilumina el rostro, les quieres con devoción, pero cuando hablas de él, es diferente, le proteges más.
—Los demás saben vivir en esta sociedad, en cambio Amenadiel a menos que yo le obligue a hacer algo, se pasaría la vida luchando y encerrado en la oscuridad de su habitación. Es un ser brillante, pero con demasiados demonios rompiéndole por dentro.
—¿Así que vamos a pecho descubierto a enfrentarnos a nuestros enemigos?
—Siempre, y saldremos vencedores. Tengo la corazonada que esto nos dejará heridas muy profundas pero que resolviéndolo sabremos quién y porqué mataron a Madre.
—¿Quieres que conduzca yo? - no quería presionarla más.
—Estoy bien, necesito una taza de café y una ducha. Cuando lleguemos me haces el favor de informar a Bastiano y a los demás de todas las novedades, mientras yo hablare con la familia y dejare caer la bomba y cuando hayamos terminado nos damos ese baño que me has prometido.
—Me parece perfecto. ¿hay que hacer maletas?
—Nop, en la mansión hay de todo, seguramente los chicos ya te tengan preparada la ropa para la fiesta y para la guerra.
—Cierto, ya saben hasta el número que calzo- daban miedo
—Lo saben todo de todo el mundo, te acostumbras con el tiempo.
—No me queda otra, princesa mía, porque quiero quedarme contigo y ellos vienen en el paquete.
—Por eso es fácil quererte, soldado, contigo no tengo que fingir, lo sabes.

Un amor implacable - trilogía el poder del amor 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora