Cada mirada que se les era otorgada al Adeptus y al Baladista, eran devueltas con ferocidad por mamá gallina. Ella intentaba que ninguno de los dos se sintieran incómodos con tantas miradas sobre ambos.No era fácil lograrlo, ya que por más miradas que ella devolviera, las personas insistían en mirarlos y a veces susurran palabras entre ellos; algunas miradas eran juzgadoras, otras criticonas, algunas otras eran curiosas y otras solo desinteresadas.
Ninguno de los chicos parecía interesado en las miradas ajenas, por supuesto, se daban cuenta pero cada uno tenía su opinión respecto a esos humanos que los miraban tan de manera irrespetuosa. Para ambos, esos humanos eran insignificantes, sin embargo, uno de ellos no podía dañarlos y el otro podría matarlos sin miedo.
Aunque eran distintos, también eran iguales, la realidad es que son como el agua y el aceite.
Agatha no pudo evitar echarles un vistazo, más lo único que pudo ver fue la espalda de ambos. Los dos chicos caminaban de brazos cruzados, cada uno miraba distintos lados, sus miradas eran inexpresivas y aún así, miraban todo con atención. Ninguno parecía querer acercarse al otro, parecía que si uno de ellos chocará su hombro con el contrario, se atacarían cómo dos gatos feroces.
Con esa imágen en mente, fue inevitable para la fémina soltar una fuerte carcajada, ambas mejillas se tornaron rojizas ante la ternura que veía en su mente, ante tal sonido armonioso, los dos chicos que caminaban delante de ella, la miraron con atención que luego cambio a confusión y a desagrado.
- Bonanus, ¿estás bien?
Sin embargo, Agatha no contestó al instante. Era difícil abandonar esa imágen en su mente, tardó unos segundos para calmarse y poder respirar mejor.
- ¿Por qué pregunta lo obvio? Sólo se está riendo como loca.
Scaramouche miró con desagrado a la chica que hace unos segundos estaba riendose según él, como loca. Por supuesto que tal comentario sobre su hermana, a Xiao no le agrado, así que no se detuvo cuando lo mandó a volar un par de metros lejos de ellos con una patada.
El baladista freno con la ayuda de ambos pies suyos, el par de añiles se oscurecieron y una sonrisa malévola se iluminó en sus labios. En ese momento, Agatha fue que reaccionó antes de que ambos chicos comenzarán a pelearse en medio de la calle, con uno de sus látigos de Hydro los capturó e impedio que se movieran.
- ¡Tu...! - la mujer con un movimiento de su mano alargó el látigo que sujetaba a Scaramouche y cubrió su boca para evitar que hablara, dentro de la mente ajena, la fémina fue maldecida. En cuanto a Xiao, este se quedó callado desde el momento en que fueron capturados.
- Lo siento público, sólo se les pasó el juego de las manos - explicó con mentiras la fémina cuando notó a los espectadores sorprenderse y murmurar por la escena que dieron los chicos.
Con rapidez, Agatha se las arregló para arrastrarlos y llevarlos a un lugar más alejado. Pero cuando su mirada captó el obsequio del angel a la lejanía, no dudo en llevar a ambos chicos dentro del lugar.
La verdad es que no le tomo mucha importancia si ese lugar pertenecía a Diluc, tampoco pensó sobre el odio del dueño hacia los Fatui. Por eso cuando los vio a los tres, su mirada paso de ser curiosa a ser de desagrado.
- ¿Qué hacen aquí? - preguntó el joven de cabellos rojizos con una mirada fría que iba dirigida sólo al baladista.
- Oh, lamento invadir tu territorio, Diluc - la mujer oculto al baladista detrás de ella y le sonrió al pelirrojo con nerviosismo. Diluc llevo su mirada hasta la chica, provocando en ella un escalofrío -. Pero hemos venido a comprar un jugo de uva.
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¿Yo en Genshin Impact?
Fanfiction[ Querido usuario. Queremos agradecerle por su sincera opinión. También queremos informarle que al leer parte de sus quejas, hemos decidido tomar medidas especiales para que disfrute del juego con más comodidad. Por lo que le deseamos un grandioso y...