XII

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"I was bleeding and no one saved me... except you<3"

Parte 1/3

A veces el tiempo es el cruel acompañante de una traición. De un episodio traumático, de algo que te gustaría borrar por completo de tu vida.

Así como el tiempo trae buenos momentos, recuerdos y sonrisas, también puede traer malos momentos, lágrimas, y mucho dolor.

Aquel cruel compañero que solo te recuerda que aquello que deseas desvanecer, ha sucedido, y no puedes hacer nada para que no vuelva a tu memoria.

Habían pasado dos meses desde los premios, y justo había llegado el día del cumpleaños de Maru.

El 5 de abril.

Uno de mis días favoritos.

Me había esforzado en mi maquillaje, y me había puesto un hermoso vestido rojo y unos converse del mismo color. Me sentía bonita y eso para mí era increíble. No me sentia así desde los Esland.

—No, no. Ese no, Lyss. Su color no combina con tu vestido. —La cara de Mariana en la pantalla de mi celular me hizo reír.

Yo estaba al frente de mi armario, y mi celular estaba en mi peinador, apoyado contra un vaso. En el teléfono se estaba llevando a cabo uno de los muchos videochats que hacíamos Mariana y yo a la semana.

Justo ese día me estaba ayudando a elegir mi outfit para la fiesta de mi mejor amiga, y habíamos entrado en debate por qué bolso debería llevar.

Dos meses en los que nos habíamos vuelto amigos, muy amigos. Las llamadas muchas veces duraban hasta la madrugada los días en los que no prendía directo. Pocos minutos o infinitas horas que me llenaban de alegría y de una comodidad extrañamente reconfortante. Había olvidado lo bien que se sentía empatizar tan bien con alguien, y que no solo el sentimiento fuera único. Sino mutuo.

—¿Tú crees?

—¿Dudas de mis habilidades de moda?

Rei por su comentario, sacando la segunda opción de bolso.

Una cartera sencilla pero elegante. Era pequeña, y con una linda cadena dorada que servía como agarradera. No era para nada llamativa, pero tampoco lo suficientemente pequeña como para pasar desapercibida.

—En definitiva, ese es el que tienes que llevar. —Su rostro serio me hizo reír por segunda vez en menos de cinco minutos. —Si no te llevas ese voy a abrirte hilo en Twitter.

—No había necesidad de la amenaza, pero okey. Llevaré este en honor a ti.

—Esa es mi chica. —Mire perpleja el celular, intentando disimular el sonrojo notorio que se había formulado en mis mejillas. —Ay, crecen tan rápido. Un día no saben que tacones llevar y al siguiente saben perfectamente qué bolso combina con su vestido. —Ni siquiera se inmuto por como me había llamado. Tan solo paso su mano a través de su mejilla como si limpiara una lágrima falsa.

—Pues, aprendo rápido.

—Y por eso sigo insistiendo en que algún día deberíamos jugar algún videojuego juntos. Solo piénsalo, incluso podrías volverte streamer. —Era la tercera vez en la semana que me decía lo mismo, tomando cualquier excusa para sacar el tema a flote.

—No soy buena en los videojuegos y mi presupuesto apenas y alcanza para el arriendo de mi apartamento. Así que gracias por la propuesta, pero paso.

Sus labios formaron un pequeño puchero y sus cejas se arquearon. Había descubierto lo mucho que lograba ablandar mi corazón con un simple puchero y ahora no dejaba de utilizar aquel gesto cuando quería convencerme de algo.

𝐂𝐀𝐋𝐄𝐈𝐃𝐎𝐒𝐂𝐎𝐏𝐈𝐎 | ElMariana | CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora