𝐂𝐀𝐋𝐄𝐈𝐃𝐎𝐒𝐂𝐎𝐏𝐈𝐎 | ElMariana | CANCELADA

XXIX

"Luna, no me abandones más
Que tiendo a recuperarme
En la cuna de tus cráteres"

Una semana antes.

Osvaldo:

Termine de arreglar mi cabello y por fin mi rutina de la mañana había acabado.

Si, a las dos de la tarde.

Almorce algo rápido y me senté en el sillón del salón.
Revise mi celular como era costumbre, pero como siempre pasaba, no había nada allí. Por lo menos nada que me llamara la atención.

El silencio en el apartamento era perpetuo, me había acostumbrado al sonar de las patas de aquella mascota que portaba como nombre "Brandy", y a la risa de aquella castaña retumbar en mis oídos.

Extrañaba su perfume, su escencia. Su carisma y su personalidad. Extrañaba a Alyssa.

—Osvi, ¿Estás aquí? —Pregunto Emma, entrando en mi apartamento.

¿Cómo había abierto la puerta?

—Hola, Emm. ¿Cómo entraste?

—Ah, pues, tome tus llaves. ¿Te molesta?

—N-no, no. Claro que no. ¿Ocurre algo? —Pregunte, volviendo a sentarme en el sillón.

—Ah, no. Solo quise venir a verte. —Dijo ella sentandose en junto a mi. Comenzó a jugar con mi cabello y a acercarse peligrosamente hacia mi rostro.

Ella estaba bastante cerca y yo parecía una estatua. Definitivamente no era algo que quería.

«Para besar debe haber un motivo.»

Aquella frase que solía decirme mi madre cuando termine con mi primera novia –y a la cual le sufrí como si fuera el pinche fin del mundo– se reprodujo en mi mente, justo en el momento en el que sentí los labios de la rubia rozar con los míos.

Y entonces solo sucedio, ella me beso. Me estaba besando y yo no sabía que hacer. Mi mente se fusionó en pensamientos vagos que pronto desaparecieron, pues aquellos solo evocaron en un solo acontecimiento, que se proyectaba en mi mente como si fuera una película.

Aquel beso con la chica colombiana, con esa canción de fondo y una bonita sensación en el estómago.

¿Por qué no sentía nada, si también era un beso?

Porque solo era eso, un tacto insignificante. Un acto que para mí no tenía sentido, y solo por una cosa.
Porque ese beso, no venía de Alyssa.

Mi estómago se revolvió en náuseas cuando reaccione ante la situación, y muy rápidamente separé a Emma de mi. Ella me miraba confundido, y yo solo la miraba neutro.

—¿Estuvo mal?

«—Esto está mal...

—Solo cállate, Lyss.»

Palabras que para cualquiera eran vanas pero que para mí significaban un universo entero. Un momento. Un sentimiento. Era algo que en definitiva no reflejaba nada de lo que el beso de Emma me había generado.