XXVIII

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"Más que una simple malteada."

Alyssa;

El auto de mi hermano era el último lugar en el que pensé que algún día lloraría, pero todo era posible, incluso lo inimaginable. Las lágrimas volvían a caer como cascadas, y no lograba encontrar la manera correcta para calmar mis sollozos.

Abi abrazaba mi cabeza y la apegaba a su pecho, acariciaba mi cabello y susurraba a mi oido que ya nunca más nada volvería a lastimarme. Ni siquiera Osvaldo.

Juan iba en el asiento del piloto, por la forma en la que apretaba el volante era notorio su enojo, además de su ceño totalmente fruncido.

En pocos minutos llegamos a mi apartamento, Juan y Ari decidieron quedarse conmigo. Dijeron que era para que no me sintiera sola, pero en el fondo sabía que solo lo hacían para asegurarse de que no cometiera alguna estupidez.

Al entrar al apartamento Brandy me recibió, aunque no fui capaz de devolver su saludo con la misma intensidad. Estaba lo suficientemente perdida en mis pensamientos como para conectar con algo que no fuera él.

—Llame a Ama y a Samy, para que nos hagan compañía. ¿Te parece bien, cielo? —Pregunto Abi, tomando mi cabello para comenzar a acariciarlo.

—Si, claro. —Sonrei forzadamente, limpiando mis mejillas con el dorso de mi mano.

Juan había salido junto a Brandy, dijo que quería tomar aire para calmarse. Aún seguía alterado por el encuentro en la cafetería.

En pocos minutos las dos chicas llegaron al apartamento. Al entrar, Ama me atrajo a sus brazos, como una hermana mayor. Me permití disfrutar del abrazo, reposando mi cabeza en su hombro.

—¿Qué fue lo que pasó? Osvaldo me llamo llorando. ¿Se pelearon?

Llorando. Él estaba llorando. ¿Lloraba por mi?

—Algo así. Luego les explicamos. ¿Quieren ver alguna película? Ya saben, para... despejarnos. —Dijo Ari, señalando disimuladamente hacia mi con la cabeza.

Sin embargo, mi cabeza ya había conectado las piezas, y no me quedaría callada.

—S-

—Abi. —Interrumpi a Samy, disculpándome con ella después.

—¿Si, Aly?

—Cuando fui a tu casa, tú... dijiste que todos sabían que Emma era mala persona. ¿Tú ya la conocías?

—¿No viste como me miraba? —Pregunto sarcásticamente, mientras caminábamos hacia mi habitación para sentarnos en la cama. —Vino de visita hace menos de un año, creo. Ella se... obsesiono con Juan. Hizo que él se emborrachara en una peda que organizo Ded, y lo intento besar. Yo ví todo.

—¿Juan se dejó? —Pregunte asombrada, no sabía aquello.

—No, no. Claro que no. Juanito borracho y todo le dijo que no. Yo me encabrone bien feo y comenzamos a pelear, y al igual que a ti, me abofeteo. Desde entonces Juan la odia.

«Casi me rompe un brazo, dijo que acaparaba mucha atención de Osvaldo.»

«Ella se... obsesiono con juan.»

𝐂𝐀𝐋𝐄𝐈𝐃𝐎𝐒𝐂𝐎𝐏𝐈𝐎 | ElMariana | CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora