𝐂𝐀𝐋𝐄𝐈𝐃𝐎𝐒𝐂𝐎𝐏𝐈𝐎 | ElMariana | CANCELADA

XXI

"You're My Bestfriend, I'll Love You Forever~"

01 de febrero de 2018 - Bogotá

Mis pies se movían con sutileza aunque mi ritmo era acelerado. Iba tarde a mi primer día de trabajo.

Genial.

Pero no me culpen, mi siesta de media hora se convirtió en algo muy cómodo, y termine durmiendo más de la cuenta.

Entre con rapidez a la cafetería y me coloque el mandil que sería mi nuevo uniforme de trabajo. Extrañamente no había nadie en el establecimiento, así que me acerque a la parte de la barra para ver si había alguien.

De detrás de la barra salió una chica con cabello corto, ojos redondos y cachetes rosados. Dos trenzas con hilos de colores sobresalían de su cabello, su nariz brillaba por el frío de la tarde y un mandil igual al mío adornaba su pecho.

—¡Hola! —Grito de la nada arrancandome un respingo. —Eres Alyssa, ¿Verdad? Yo soy María, pero dime Maru. María no me gusta. Eres la chica nueva, ¿Cierto? Alex me dijo ayer que tendría una nueva compañera y estoy muy, ¡Muy emocionada! ¿Quieres ser mi amiga?

Un frenesí de palabras salían de su boca y no era capaz de entender ni la mitad. La veía completamente sería, aún sin comprender nada de lo que intentaba decirme.

—Mi color favorito es el verde, pero el verde pastel, el otro verde es muy feo... ¿Cuál es el tuyo? Trataré de adivinar. ¿El azul? No, ese no. ¡Ya sé! ¡El rosa! O mejor el, ¡Naranja! Aunque no tienes mucha cara de ser fanática del naranja. —Relami mis labios ansiosa, sin saber bien que decir. Aquella acción pareció captar su atención. —Ou, lo siento. De nuevo hablé sin parar. Es que... estoy muy nerviosa de conocer a alguien nuevo y... ¡Rayos, de nuevo hablé de más! Entiendo si te parezco rara, yo de tí ni me acercaba a mi.

Sus ojos habían perdido el brillo esperanzado que tenían cuando salto de detrás del mostrador. Su cabeza ahora estaba agachada y sus mejillas coloradas en vergüenza.

—El rojo.

—¿Qué?

—El rojo. Es mi color favorito. —Sonreí en su dirección, caminando hacia la parte trasera de la barra, dónde se encontraba ella. —Y... si, soy Alyssa. Un placer conocerte, Maru.

Maru.

Que suerte tuve de haberte encontrado.

La fotografía situada entre mis manos había perdido algo de color y se notaba el tiempo que ahora cargaba consigo. Cuatro años en los que había estado resguardada en mi mesa de noche, dónde sabía, estaría a salvó.

Dos chicas de 19 y 18 años, que a pesar de haberse conocido hacía menos de dos meses, ya se amaban con el corazón. Dos almas gemelas que de alguna forma u otra volverían a encontrarse para fusionarse y resultar en algo tan bonito como una amistad pura y melancolica.

Yo no tenía idea para ese primero de febrero, que quién se volvería mi compañera de trabajo, amiga, confidente y más, ya había estado presente en mi vida. Ninguna de las dos lo recordaba, pero ambas habíamos asistido al mismo colegio y cursado más de la mitad del bachillerato en el mismo salón.