Más que amigas

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Edaj era una joven muy crédula, inteligente y simpática que siempre tomaba las cosas con mucha seriedad y calma. Vivía con sus padres André y Yani y con su hermano Jhin. Su mejor amiga era Nancy, su vecina aunque no vivían tan cerca, pero estaban tan compenetradas, que Edaj la consideraba su confidente. Cursaban ya el último año en el liceo del pueblo y aunque estaban a más de la mitad del año escolar ninguna de las dos sabía que carrera iba a elegir en la universidad. Sus vidas transcurrían de manera normal como la de cualquier chica de su edad.

-Hola Edaj, cómo estás?, dijo Nancy al levantar el teléfono.

-Hola Nancy todo bien, ya lista para irme al liceo, me imagino que tu también, en breve paso por ti.

Siempre tenían por costumbre salir de casa faltando 15 o 20 minutos al liceo donde estudiaban, su hora de entrada era a las 6 de la tarde, pero nunca les gustaba llegar con la hora tope, a pesar de que no les quedaba muy lejos, lo hacían así porque tenían más tiempo de hablar con cualquier compañero de clases antes de iniciar, cosa que le encantaba a Nancy, siempre tenía un tema nuevo que comentar.

Era un día lluvioso y Yani la madre de Edaj le sugirió: 

- ¿Por qué no envías una excusa con Nancy y te quedas en casa hija?, esta lloviendo mucho y te puedes resfriar, ya tu hermano Jhin dijo que no se iba hoy por la lluvia, además no te afectará tanto que faltes un día al liceo.

-Ay no mami, nada de eso, entonces yo me puedo resfriar y mi amiga Nancy no. Además sabes que no me gusta faltar a clases, esperaré una escampada y me voy con un paraguas.

André el padre de Edaj no estaba en casa, pero al otro día llegaría temprano, tenía un trabajo en la ciudad que le obligaba viajar muy a menudo, dos o tres veces a la semana. Pero siempre estaba muy pendiente con todo lo relacionado con sus hijos, con su hogar en realidad.

La casa en la que vivían era muy modesta, era de su propiedad, la habían construido a base de amor y sacrificio y se lo hacían saber a sus hijos en cada oportunidad.

Edaj y Nancy estaban planeando un día de campo ya que en el liceo le habían asignado una tarea donde tenían que hacer una exposición de animales y arboles de su entorno, además tenían una exposición de matemáticas, materia con la cual no se llevaban bien ninguna de las dos.

Transcurrió el tiempo y al fin llegó el día de la exposición, se prepararon con todo el material de apoyo necesario, fue algo tedioso pero lo hicieron, les fue tan bien que el profesor las felicitó por el trabajo y el esfuerzo realizado. Cuando Edaj llego a casa, no podía contener la emoción.

-Mami debes darme un fuerte abrazo y unas felicitaciones muy bien remuneradas, hoy en el liceo hice una exposición en matemáticas y el profesor me felicitó, sabes que no soy muy buena en esa materia, pero me esforcé,-dijo la joven muy entusiasmada. 

-Está bien hija, prometo que cuando llegue tu padre les prepararé una comida exquisita, le dijo su madre, por salir del paso.

-Espero que cumplas tu promesa, desde que papi llegue te lo recordaré.

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Contigo al fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora