Llegó el fin de semana y el sábado bien temprano Edaj y Jhin se alistaban para salir a casa de su tía Margarita.
-No se olviden de decirle a su tía que me llame tan pronto lleguen, ah y el lunes vienen tempranito, le entregan el regalo a Laura en la noche, recuerden que ella no sabe nada de la sorpresa, y.....
-Espera, espera mami, le interrumpió Edaj, -acaso crees que somos unos bebés, ya nos has repetido eso como cinco veces, vámonos Jhin que el autobús no tarde en salir.
-Adiós mami, nos vemos el lunes, la bendición.
Dijo la joven al momento de salir. En el trayecto todo transcurrió de forma normal, el paisaje era hermoso, pero Jhin aprovecho la ocasión para echar una siesta, Edaj por el contrario no quería perderse ni un momento de aquel esplendoroso y hermoso panorama.
-Eeey tu, despierta que casi nos quedamos, le decía Edaj a su hermano al momento de sacudirlo fuertemente por un brazo. -No entiendo que tanto sueño es que te da a ti. En pocos minutos llegaron a donde tenían que quedarse para esperar a que los pasaran a buscar.
-Tengo deseos de ir al baño, me esperas acá por favor, le dijo Edaj a su hermano, pendiente si llega tío por nosotros. Dicho esto se dirigió rápidamente al baño, era tanta la prisa que tenía que no se fijó en el letrero que había en la puerta, sólo empujó un poco la puerta y entró, una vez dentro empezó a subirse la blusa y a desabrocharse el pantalón, cuando de repente escuchó esa voz varonil, que le pegó el susto de su vida.
-Epa, están cayendo ángeles del cielo, pero al lugar equivocado, este es el baño de nosotros los hombres, y no creo que tu seas hombre hermosa. Le dijo el joven que estaba en frente de ella al tiempo de topetarse los dos de frente.
-AAAAAh, exclamó ella, quedando por un instante completamente inmóvil sin saber que hacer, por su mente pasaron tantas cosas en ese instante que hasta se le fue el deseo de usar el baño, cuando pudo reaccionar se sintió muy avergonzada, procediendo a volver a abrocharse el pantalón y bajarse la blusa. -Ay joven, discúlpeme por favor, venía tan apurada que no me fijé que este era el baño de los hombres, dijo con voz quebradiza.
-Ah no, no importa, descuide ya voy a salir, puede usarlo sin problemas, hermosa, le respondió el joven, dándole una mirada tan sensual que se le estremeció el cuerpo entero.
Fuera en la parada de autobús, estaba Jhin esperando por su hermana y por su tío que aún no llegaba.
- Caramba muchacha! pensé que te habías ido por el inodoro, le dijo Jhin a su hermana, cuando llegó.
-Jajaja, si te cuento manito que no conseguí el baño, pero vi un ángel terrenal, en el camino, dicho esto dejó salir un suspiro que su hermano no comprendió. -Como me gustaría velo de nuevo, Se dijo para si. Ya habían transcurrido 40 minutos desde que se desmontaron del autobús a esperar al tío que aún no daba señales de vida.
-Edaj, Jhin, ¿Cómo están?, les presento mil excusas, se me hizo imposible llegar antes, tuve un pequeño inconveniente en el trabajo, pero ya estoy aquí.
El tío Pablo era un señor de unos 50 años más o menos, delgado con pelo canuco y voz un tanto ronca, de corazón noble y muy chistoso.
-Vamos a apresurarnos no sea que su tía salga a buscarnos por todo el pueblo, jajaja, es tan desesperada ella que se que lo haría, vamos chicos.
La casa no estaba tan lejos de la parada de autobús, por lo que llegaron de inmediato. Una vez allí, se desmontaron y entraron a la casa. Laura no estaba en ese momento ya que su madre margarita se había puesto de acuerdo con una amiga para que la llevara a dar un paseo en lo que ella le organizaba la sorpresa. Edaj se sentía desorientada sin su prima en casa, Jhin por el contrario, salió con su primo Raúl a jugar baloncesto en la cancha de la comunidad que le quedaba cerca de la casa.
-Hija, si gustas puedes ponerte a ver tv en lo que llega Laura, no debe tardar, pero recuerda, cuando ella llegue y te pregunte que haces acá le debes decir que sólo viniste a traerme un encargo de tu madre y que te iras mañana temprano.
-Pero tía, ella va a sospechar cuando vea a Jhin acá también.
-Ah no, ya le dije a Raúl que cuando vengan entren por la puerta del patio y se vayan directo a la habitación, que por nada se dejen ver de ella.
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Contigo al fin del mundo
Teen FictionEdaj siempre luchó por mantener viva la pasión y el amor por su adorado Siruen, y mientras muchos apostaban a que su relación no duraría mucho tiempo, la encantadora y simpática chica se mantenía siempre firme luchando por sus objetivos sin presta...