Yo también anhelaba estar contigo

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Como por arte de magia los dos sintieron un fuerte escalofrío que les recorrió el cuerpo por completo. Edaj se estremeció al sentir la cálida mano de él tocando su brazo.

-Edaj necesito que hablemos por favor, le dijo él con aquella voz que a ella le fascinaba. El nerviosismo de ella aumentó aún más. Nancy le dijo entonces: -Señores hasta aquí llega mi participación, espero que puedan resolver sus diferencias, amiga nos vemos en el liceo en la noche, y se escabulló en la multitud.

A pesar de que el centro comercial estaba super concurrido, sintieron como que quedaron los dos solos en aquel lugar, el nerviosismo se apoderaba de ella y él lo había notado. Por la mente de ella pasaron muchas ideas, intentó irse detrás de su amiga, pero no tuvo valor.

-Ven sentémonos acá, le dijo Siruen mientras la conducía a un espacio a parte donde podían sentarse y conversar, -quiero pedirte disculpas antes de todo, me dejé arrastrar por los celos, lo sé, pero tuve mis razones. Tu........

Ella lo interrumpió y le dijo: -Dime en verdad que fue lo que te dijeron de mi que estas tan indiferente conmigo? Me colgaste el teléfono, siento que fui una tonta al pensar que significaba algo para ti.

-No digas eso por favor, reconozco que he sido un idiota, que me dejé arrastrar por los celos, pero Edaj! que hubieras hecho tu en mi lugar y más aún si la información venía de una fuente tan segura como de tu propio hermano.

-Es que con tu actitud me estas dando a demostrar que lo que sentías por mi era pasajero Siruen, cuando ella dijo esto empezó a llorar, quiso seguir hablando, pero las palabras no le salían. Siruen sintió que el corazón se le encogía.

-No sigas llorando por favor, no sabes lo difícil que han sido para mi estos últimos días, le dijo Siruen mientras la atraía hacia si, -se me parte el corazón verte así. Que de cierto hay que tienes novio?

-Pero de donde has sacado eso? Al único que tengo en mi corazón es a ti, dijo Edaj sin parar de llorar.

-Es que Jhin fue quien me lo dijo, y como es tu hermano lo di por hecho.

-Muy mal por ti, ese Jhin siempre anda de despistado, no sabes el pleito que me armó mami por su culpa. No se de donde se inventó que Robert, el enamorado de Nancy es mi novio. Y para mi han sido días super difíciles también, le gritó ella desesperada.

-Perdóname Edaj por favor, se que no debí actuar en la forma en que lo hice, pero los celos me cegaron.

Siruen no se contuvo tenerla tan cerca, la abrazó fuertemente y le dio un beso, que ella de igual manera correspondió, todo parecía como si uno estaba esperando a que el otro se decidiera a dar el primer paso. Por un instante se quedaron abrazados sin decir una palabra. Solo sentían los latidos del corazón de cada uno.

-Te prometo que no vuelvo a desconfiar de ti, dijo él mirándola a los ojos.

-Te amo como no imaginas, estaba sufriendo mucho por ti.

-Yo también he sufrido bastante, perdóname por favor.

Edaj lo miró y le dijo: -es tiempo de irnos ya, donde estará Nancy?

-Ella no se quedó a esperarte, le dije que me encargaría de regresarte a tu casa. 

Cuando Siruen le dijo esto, volvió a abrazarla y a besarla, pero esta vez fue más agresivo, más ardiente, más ansioso.

-Me vuelves loco, le susurró al oído, vamos a un lugar más privado por favor.

Ella no podía contestar pues no tenía ni domino ni control de ella, el deseo la controlaba por completo.

-Esta bien atinó a decir mientras seguía aferrada a él. Entonces se marcharon del centro comercial sin rumbo definido, pero si con las ansias de estar a solas a flor de piel.

Llegaron a un lugar muy acogedor y acorde a la ocasión, una especie de motel, uno de esos lugares en los que las parejas solo iban de paso. Ella se mantuvo todo el tiempo detrás de Siruen, estaba avergonzada de que la vieran entrar allí. Después que Siruen hizo todo el procedimiento de pago y adquisición de las llaves de la habitación que rentaron, subieron a un segundo piso y buscaron la habitación asignada.

Tan pronto como ella cerró la puerta, por se la última que entró, Siruen le dijo:

-Al fin solos, no sabes como ansiaba estar contigo. De inmediato se colocó detrás de ella y la abrazó. El mundo entero se detuvo para ellos, no existía nadie más, ella se dio la vuelta y le dijo:

-Yo también anhelaba estar contigo.

Él estaba tan encendido como ella, sus cuerpos temblaban de deseo. Las caricias y los besos se hicieron cómplices de aquel momento que ambos estaban disfrutando perfectamente. Poco a poco se fueron acercando a la cama sin dejar de besarse, él empezó a despojarla de la ropa dejándola completamente en sus prendas interiores. Se apartó un poco de ella para poder apreciarla así como estaba, con poca ropa. Enseguida empezó a quitarse la ropa de él, ella estaba completamente excitada y necesitada de él.

-Uuuy como me encantas?, te ves preciosa, me fascinas.

Ella en su deseo ardiente de ser poseída  por él le dijo:

-Hazme tuya, ámame por favor, tengo ansias de ti.

Estas palabras hicieron que la excitación de él creciera mucho más, la boca de él le recorría el cuerpo en toda su extensión y con cada paso provocaba que ella dejara escapar un suspiro. En aquella habitación solo había cabida para la pasión desbordante que sentían ellos dos, eran dos locos enamorados que se dejaban arrastrar por el deseo. Ella se aferraba fuertemente a él tratando de controlar el impulso desenfrenado de las emociones que él le hacía sentir, se sentía plena, satisfecha, amada. Él por su parte quería que ella se sintiera tan complacida como él y por lo visto lo estaba logrando, al mirar la cara de felicidad que ella mostraba, justo cuando ambos llegaban al clímax de aquel encuentro tan placentero. 

Contigo al fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora