XVIII

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Por otro lado de la historia, Yeonjun terminó de revisar los papeles que necesitaba, se informó de qué tenía que hacer ahora y por fin había llegado su hora de salida... Soobin lo estaba esperando, había olvidado por completo que hablarían después de su turno, él solo respiró profundo y se acercó a él.

— Oh, Yeon... Estaba esperando por ti.

— Lo sé, ah, bueno supongo que quieres hablar, ¿Cierto?

Soobin asintió, Yeonjun suspiró y se fueron a charlar a un parque cercano, habían salido temprano de trabajar lo cual hacía que se convirtiera en una caminata con algo de atardecer.

Mientras caminaban, Soobin le contaba algunas cosas de su trabajo a Yeonjun y así, con tal de distraerlo un poco, pero pronto llegó la hora de los problemas.

— ¿Por qué llegaste llorando a la oficina?

— Prefiero no decirlo...

Soobin hizo una mueca y se detuvo frente a Yeon. Lo tomó por los hombros y le hizo mirarle a los ojos, Yeonjun apartó la mirada muy fríamente e intentó alejar los brazos del contrario de su cuerpo, pero fue inútil ya que Soobin fue el que se apartó primero.

El sol caía y le daba justo en la espalda a Soobin, Yeonjun al observar eso sintió como si él fuera el nuevo sol de su vida, su razón de ser, ¿Por qué volvía a tener estos pensamientos?, Solo quería desaparecer... Otra vez quería desaparecer.

Bin algo avergonzado se encogió de hombros y carraspeó un poco, continuaron caminando hasta que llegaron a unos bancos y ahí tomaron asiento.

— Siento querer hablar de tus problemas, es solo que... Quisiera poder ayudarte.

Bin sentía como si en su pecho le estuvieran clavando una estaca, le dolía mucho, sentía como si su respiración se hiciera más pesada, su vista se nublaba, poco a poco sentía como perdía control de sus sentidos, estaba recordando ese pasado dónde no tuvo a nadie, específicamente cuando lo echaron de casa, ¿Por qué el mundo tenía que ser tan cruel?, No quería eso para Yeonjun, no quería que ninguno de sus amigos pasará por eso.

Todo se aclaró cuando Yeonjun comenzó a hablar.

— No, no es eso... — dijo para guardar un poco de silencio y retomar las palabras. — es solo que me da un poco de pena.

— ¿Por qué? — dijo y regreso su atención al contrario.

— Cuando era pequeño se me prohibía expresarme libremente, de hecho, yo inicié una carrera de modelaje a una corta edad, pero lo abandoné y estudie algo totalmente diferente a lo que mis padres querían que estudiara...

— Eso es triste.

— No, no lo es. — contestó Yeonjun.

Soobin intentó acercarse a Yeon para darle un abrazo pero se detuvo, esto porqué continúo hablando y no quería interrumpir.

— La única persona que estuvo ahí para mí fue mi madre.

— ¿Cómo conociste a tu esposo? — cuestionó Bin.

Yeonjun soltó un par de risas y suspiró, esas "risas" no era de gracia o algo similar a la burla, eran de nostalgia, esos días... Esos duros y horribles días.

Yeonjun comenzó a contarle la historia de cómo fue que se conocieron.

En un principio, ellos eran rivales, Yeonjun era modelo y Beomgyu también era hijo de padres algo adinerados pero él no era competitivo, en cambio Yeonjun sí, y al estar en el mismo instituto le causó una gran envidia ver cómo todos querían estar cerca de él, y no era porqué sus padres tuvieran alguna empresa especial o porqué el destacará en la sociedad... ¡Al contrario!, Él era el chico misterioso, nadie sabía nada de él, nunca tuvo amigos o alguna relación, al principio creían que era genial pero poco a poco esas ilusiones se convirtieron en ideas de que era un bicho raro o que tenía alguna enfermedad mental, algún trastorno... Nada era real, solo era muy tímido.

Yo los declaró...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora