Capítulo 8

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Skyleen

Aproveché la despedida de los chicos para subir corriendo hasta mi habitación y así evitar que Killian me atrapara husmeando en sus asuntos una vez que abriera la puerta principal. Suficientes peleas hemos tenido en las últimas veinticuatro horas como para añadir una más a la lista.
Admito que mis piernas me hicieron el plan de escapatoria más difícil, ya que se sentían tan pesadas y adoloridas que poco me faltó para caer de las escaleras, pero no iba a permitir que el cansancio me venciera, tuve que hacer un último esfuerzo para poder llegar a mi habitación y encerrarme dentro de esas cuatro paredes que últimamente han sido mi refugio sagrado.  
No esperé a la usual intrusión de Killian, esta vez le puse el seguro a la puerta y a continuación me dispuse a buscar algo que ponerme antes de irme directo a la ducha. Me fue fácil curiosear entre mis cosas y elegir algo simple, como un conjunto beige de ropa interior y un vestido color verde bambú de tirantes con un estampado de pequeñas flores blancas.
Tardé más de lo habitual en la ducha, pensando, dudando, reconsiderando mis próximas acciones y creyendo que el chorro de agua caliente se llevaría todos mis miedos. Claro que no sirvió de nada y después de veinte minutos lo único que obtuve fueron unas manos y pies con la piel arrugada, igual que una pasa. Pronto salí de la ducha, sequé mi cuerpo con una toalla blanca y me cambié de ropa, cepillé mi cabello, agarrándolo en un moño la ayuda de una pinza, y de igual forma procedí a cepillarme los dientes antes de salir del cuarto de baño, no sin antes dejar mi ropa usada en el cesto de prendas sucias.
Tenía el resto de la tarde libre, pero no tenía nada que hacer. Pude bajar y prepararme algo de comer, aunque el poco apetito que provocaba ligeros gruñidos en mi estómago hace un momento había desaparecido después de escuchar la conversación Killian con sus amigos. Además, salir de mi habitación no era una opción, no estaba de ánimos para encontrarme con el causante de mis tragedias y tener un segundo round. Lo mejor que podía hacer con mi tiempo libre era pasarlo en mi estudio de arte, liberar toda mi frustración en pinturas o dibujos expresivos. Quizás los resultados puedas serme de útiles para mí catálogo, después de todo, están mostrando mi realidad y mis emociones, es casi como una auto terapia.

Pasar horas encerrada en una habitación donde mi única compañía son lienzos, colores, pinturas, lápices y pinceles, era lo mejor del mundo. Sentía paz, tranquilidad y seguridad. En este lugar era sólo yo, nadie más importaba, podía tomar mis propias decisiones sin afectar a nadie, por lo contrario, el resultado era algo hermoso y digno de presentar ante el mundo.
Soy una persona bastante sencilla a la cual no le gusta presumir de lo que es capaz, pero reconozco que tengo talento y soy muy buena en lo que hago, no siempre hay una buena razón de por medio que me permita mostrar mis habilidades.
Pareciera que el tiempo transcurre más rápido cuando me concentro en mi arte, ya que pasé toda la tarde dibujando a una chica sentada en la esquina de lo que parecía una habitación, con una postura de ovillo, pegando las rodillas al pecho y rodeándolas con sus brazos. En su rostro había angustia y tristeza, pero no lo demostraba con lágrimas, sin embargo, una enorme tormenta caía dentro de la habitación, representando la agonía que está padeciendo en su interior.
Muchas veces las emociones no juegan a nuestro favor y sentimos como una nube negra nos ronda en la cabeza todo el día, sin importar a dónde vayamos, está nos sigue hasta qué hay un punto de quiebre y deja caen sobre nosotros una imparable tormenta.
Estaba tan concentrada en lo que estaba haciendo, perdida en el valle de mis pensamientos y emociones, que sólo el simple sonido de un mensaje entrante en mi teléfono fue lo único capaz de regresarme a la realidad.
Al tomarlo, me doy cuenta de que se trata de mi madre.

Pronto llegaremos a casa.

Fue su primer mensaje.

Por cierto, recibí un mensaje del director de la universidad. Dice que le gustaría conocernos cuanto antes y que tienes una invitación abierta para conocer el campus.

Amor Inquebrantable (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora