Killian
Necesitaba alejarme de la casa, no quería estar cerca de Skyleen, mucho menos de mi padre cuando llegara, sin mencionar que ahora también debía soportar la presencia de Elijah, aunque espero que por su bien se quede en la casa de verano. No es algo común que un jodido muerto se levante como si nada de su tumba con todos los órganos funcionándole al cien por ciento. No me imagino la cara de idiotas asustados que pondrían todas aquellas personas que nos acompañaron en el funeral si vieran a Elijah entrando por una puerta. Aunque, pensándolo bien, sí sería bastante divertirlo verlos cagarse en los pantalones.
Diablos. Mi vida es un maldito desastre, y la única persona que la hacía menos mierda era Skyleen, pero ahora eso también se fue al carajo.
Siendo honesto, no entiendo porque me afecta tanto, ella no significa mayor cosa para mí que alguien con quien puedo divertirme. Me he obligado a mí mismo a mantener una cierta distancia con Skyleen, no sobrepasar lo casual de lo personal, y aunque he roto algunas de mis reglas con ella eso no significa que le esté permitiendo entrar a mi vida. ¿O sí?
Los días pasan, nuestros encuentros son constantes, comienzo a sentirme acostumbrado a su presencia, y aunque me cueste admitirlo, se sintió bien el revelarle la muerte de mi madre y hermano, como si tuviera la seguridad de que ella es la única capaz de comprender lo que es vivir un pasado traumático y que no me juzgaría por ello.
Me gustaría decir que esas son las únicas razones por las cuales no quiero que se vaya, pero sería un maldito mentiroso si lo hiciera, ya que otra razón, y creo que la más importante, es porque soy jodidamente adicto a ella. Su cuerpo, sus labios, su aroma, el brillo en sus ojos cuando la hago venirse o el sonido de su voz al gemir cuando me tiene dentro, incluso su frustrante manera de provocarme con su actitud defensiva. Ninguna mujer ha logrado mantenerme tan interesado como Skyleen Evans, y lo que es peor, dejarme asqueado de las mujeres huecas y fáciles a las que suelo llevarme a la cama.
Me molesta de sobremanera tener que depender de ella sexualmente, con eso no quiero decir que no se me pueda parar cuando veo a una chica sexi pasar, sino que el sexo me parece aburrido cuando no es con Sky, ya que ella al ser una completa virgen, me hace mucho más divertido el jugar con ella y el poder manejarla a mi antojo porque tengo la certeza de que todo lo sentirá como una nueva experiencia, sin mencionar que será a mí a quien le entregue todas sus primeras veces. Ella es mía, completamente mía.No estoy molesto por su decisión de continuar con sus estudios, es el hecho de que haya optado por una universidad que está a dos mil kilómetros de aquí. Me mata el pensar en la cantidad de imbéciles que querrán estar con ella, y aún más, el tiempo de abstinencia al que me someterá por no tenerla cerca.
¡Con un demonio! Me siento como un estúpido puberto de preparatoria en depresión por caer en cuenta de que las relaciones a larga distancia son una mierda y que en cualquier momento, su novia, con quien lleva años de noviazgo, conocerá a alguien digno de ella y se olvidará para siempre de él. Claro que a mí esos sentimentalismos no me pueden importar menos. Yo sólo puedo pensar en que Skyleen es de mi propiedad, mi juguete, y no voy a permitir que ningún hijo de perra se crea con la oportunidad de meterse debajo de sus bragas. Eso jamás. Primero asesinaría a todo aquel que se atreviera a mirarla.- Hola guapo, hace tiempo que no te veíamos por aquí- unos brazos esqueléticos me abrazaron por detrás.
He estado tan sumergido en mis pensamientos que ya ni siquiera escuchaba el ensordecedor ruido del Inframundo. Era imposible no reconocer aquella insoportable voz, sin mencionar las largas uñas color neón y los tatuajes de flores que adornaban los brazos.
- Jessica- digo fríamente.
- Sabes, Killian, te perdono.
- No recuerdo haberte pedido una maldita disculpa.
- No lo hiciste, pero quiero que limemos las perezas- se coloca de mi lado izquierdo y acaricia mi nuca, pasando sus dedos por mi cabello. -Además, te extraño.
ESTÁS LEYENDO
Amor Inquebrantable (2)
RomanceSkyleen: Si alguien me hubiera dicho en lo que Killian y yo nos convertiríamos con el paso del tiempo, jamás lo hubiera creído. Hemos pasado por tantas cosas y aún no sé qué es lo que realmente siento por él. Los problemas no terminan, los secretos...